¿En qué quedó la Ciudadanía Universal?

El año 2017 el gobierno boliviano convocaba a la “Conferencia Mundial de Pueblos para generar alternativas para la construcción de la Ciudadanía Universal”. El sentido de esa convocatoria fue principalmente abordar la problemática hemisférica y global de los inmigrantes en una época donde comenzaban a radicalizarse los discursos xenófobos y los Estados europeos generaban normativas contra los inmigrantes. En nuestro hemisferio, EEUU patrocinaba políticas radicales y agresivas como la construcción de muros y enmallados a lo largo de su frontera sur.
Ocho años han pasado de aquella propuesta de Ciudadanía Universal basada en una lógica humanista, entendiendo que, así como el dinero, los capitales, las finanzas y las mercancías se mueven libremente volviéndose transnacionales; no podíamos seguir viviendo en un mundo donde se promovían políticas de persecución a los inmigrantes y violaciones sistemáticas de sus derechos humanos fundamentales promovidas desde los Estados. Además de crímenes de lesa humanidad en los principales pasos fronterizos hacia Europa y Estados Unidos de Norteamérica.
Aquella propuesta de la Ciudadanía Universal, lamentablemente no fue continuada en los años posteriores al 2017 y con el paso de los años los muros y las barreras a lo largo del planeta fueron proliferando, al igual que las políticas agresivas y violatorias de derechos humanos contra los inmigrantes.
Hoy 2025, al igual que el 2017, Donald Trump vuelve a ser electo, esta vez como el 47° presidente de los Estados Unidos de Norteamérica bajo la misma lógica de “Be America Great Again” y un discurso muy fuerte de tolerancia cero a los inmigrantes. Desde EEUU vuelve a posicionarse una política internacional de exclusión, violación de derechos humanos y de odio hacia el inmigrante como el principal enemigo de los norteamericanos, como si EEUU no fuera un país construido por las históricas oleadas de inmigrantes africanos, europeos y latinos.
Lamentablemente, el Estado Plurinacional de Bolivia no solamente olvidó el paradigma de la Ciudadanía Universal, sino que actualmente se constituye en parte de la misma política, contra los inmigrantes, que desarrolla Donald Trump. Ya que el 23 de diciembre del 2024 el ministro de Gobierno de Bolivia en reunión con la ministra del Interior y Seguridad Pública, el ministro de Relaciones Exteriores y el subsecretario del Interior de Chile firmaron tres tratados bilaterales, calificados por los chilenos como “Tratados Históricos contra la Inmigración”. Los mismos promueven despliegues militares chilenos en la frontera con Bolivia, específicamente en los hitos 30, 31 y 32, despliegues militares que ya se hacían desde febrero del 2023.
Mientras que en Europa y Estados Unidos se levantan muros para evitar las inmigraciones, en nuestra frontera con Chile se promueven enmallados y despliegues militares contra los inmigrantes. Además, facultando a una potencia extranjera (Chile) a manejar los hilos de la política migratoria de toda la frontera boliviana-chilena. Nuestro país, lamentablemente, simplemente se suma mansamente a la Política Nacional de Migración y Extranjería diseñada por Chile que contiene un paquete de seis leyes migratorias agresivas al estilo de Donald Trump; políticas cuyo espíritu normativo son totalmente contrarias al paradigma de la Ciudadanía Universal. De esa forma, el Estado boliviano terminó de enterrar este naciente paradigma civilizatorio sin dar la más mínima pelea para su entendimiento y desarrollo en el concierto internacional.
Gabriel Villalba Pérez es abogado.