El engaño de la victoria israelí
La guerra de exterminio a la que están sometidos los palestinos es una encarnación de las ambiciones históricas israelíes

Mahmoud Elalwani
El periódico Financial Times publicó el pasado 27 de diciembre un editorial en el que afirmaba que Israel no logrará su seguridad sin la paz justa con los palestinos, añadiendo que quizás Israel ha logrado sus objetivos militares pero que no alcanzará la seguridad sin dicha paz. El periódico señaló que el Primer Ministro israelí se jactó de rechazar el plan estadounidense propuesto en septiembre para detener la guerra horas después de haber sido lanzado éste; una guerra que se alarga desde hace más de 454 días, causando 45.581 víctimas, de las cuales 17.818 son niños, 108.438 heridos, más de 11.200 desaparecidos y dos millones de desplazados en Gaza y que en Cisjordania ha causado 835 víctimas, 6.450 heridos y 13.500 detenidos, además del asedio impuesto por Israel en Gaza, la restricción del acceso a la ayuda humanitaria, al agua y alimentos, y la destrucción de estructuras civiles, convirtiendo a la mayor parte de la Franja en una zona inhabitable.
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Netanyahu había ordenado el asesinato del secretario general de Hezbolah, Hassan Nasralah, y el de Hamás, Ismael Hanieh. No obstante, los logros de Israel en el campo de batalla han tenido un precio muy alto y seguirán empeorando en los próximos años, aunque Netanyahu presuma de haber derrotado a sus enemigos. El periódico añadió: “el éxito militar de Israel permanecerá manchado para siempre por el sufrimiento indescriptible que causó como resultado de su campaña militar a los residentes de Palestina y del Líbano”. Israel se enfrenta a crecientes acusaciones de cometer genocidio en Gaza, incluido un caso presentado ante la Corte Internacional de Justicia y en informes detallados de Amnistía Internacional y Human Rights Watch. El periódico dice que la guerra y el asedio a Gaza por parte de Israel no sólo son una mancha para Israel, sino también para sus aliados cuya respuesta permitió a Netanyahu actuar de manera inhumana.
Netanyahu presume de estar cambiando el equilibrio de poder en la región para los años venideros y añade que el nivel de superioridad militar israelí sobre sus oponentes ha quedado claro desde el fallo de inteligencia del 7 de octubre de 2023. En su orden de arresto contra Netanyahu, la Corte Penal Internacional dijo que había “motivos razonables” para creer que tiene responsabilidad penal por “el crimen de hambre como medio de guerra y otros actos inhumanos”. El periódico comenta que no hay escapatoria para Netanyahu y sus aliados de extrema derecha que parecen decididos a ocupar más territorio en diferentes frentes y a mantener a Israel en un estado de conflicto perpetuo.
La guerra de exterminio a la que están sometidos los palestinos es una encarnación de las ambiciones históricas israelíes de expandir la influencia del Estado fascista basado en una ideología sionista y cuyo objetivo es controlar los territorios palestinos y lograr un estado fundamentalista religioso. Esta visión no es nueva, sino que se extiende durante décadas. Desde el establecimiento del Estado de Israel, líderes israelíes como David Ben-Gurion e incluso Netanyahu han adoptado políticas similares, buscando ampliar las fronteras del estado a expensas de las tierras palestinas.
El estado de ocupación israelí está aprovechando el fracaso internacional y está explotando la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU para asumir sus responsabilidades legales; mientras Israel continúa arrasando la Franja de Gaza, intensificando sus masacres, destruyendo sus hospitales, lanzando bombardeos masivos contra los hogares y cometiendo genocidio contra los civiles palestinos para convertirla en una tierra inhabitable. La connivencia de la comunidad internacional con las escenas de genocidio y desplazamiento de la población civil, constituye una complicidad pública con este enorme número de violaciones del derecho internacional llevadas a cabo sin control ni rendición de cuentas.
Las instituciones de legitimidad internacional pierden su credibilidad, su legitimidad se erosiona mientras dure el genocidio, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU sea incapaz de detenerlo y mientras no se escuchen los llamamientos de las autoridades pertinentes, organizaciones internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud, el Programa Mundial de Alimentos y la UNRWA.
El Consejo de Seguridad debe implementar su Resolución 2735 que estipula: un alto el fuego, la entrada de ayuda a la Franja de Gaza, la retirada israelí de la Franja de Gaza, permite al Estado de Palestina asumir todas sus responsabilidades en la Franja de Gaza, así como en Cisjordania y también establece detener los ataques del ejército y colonos israelíes en Cisjordania, incluida Jerusalén. En última instancia, la seguridad de Israel sólo puede garantizarse mediante la paz justa con todos los países de la región.
(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia