Jimmy Carter

Jimmy Carter, quien recientemente falleció a los 100 años de edad, ha dejado una huella indeleble en la política internacional y en la defensa de la democracia y los derechos humanos con su trabajo a lo largo de su vida, durante su mandato como presidente de Estados Unidos, entre 1977 y 1981, y tras dejar la Casa Blanca. Su compromiso con la paz, la defensa de los derechos y la transparencia gubernamental se ha consolidado a través del Centro Carter, un reconocido organismo internacional de fama mundial desde donde se promueve la paz y la justicia social en el mundo.
Antes de ganar la presidencia, Carter fue gobernador del estado de Georgia, lo que lo hacía un candidato relativamente desconocido para muchos estadounidenses. Sin embargo, utilizó esta condición a su favor para intentar restaurar la confianza en el gobierno tras el escándalo de Watergate, que provocó la renuncia de Richard Nixon y la guerra de Vietnam, un conflicto que polarizó a la sociedad estadounidense y generó protestas masivas. Él optó por un enfoque diferente, buscando sanar las divisiones y reconstruir la credibilidad del gobierno ante sus ciudadanos.
Su presidencia se vio confrontada por desafíos notables, la crisis de los rehenes en Irán, sumada a una economía afectada por la hiperinflación que debilitaron su imagen. Sin embargo, su legado incluye logros significativos, como los Acuerdos de Camp David, que promovieron la paz entre Israel y Egipto, la Ley de Seguridad Energética y quizá su más grande legado, los tratados denominados Torricos-Carter sobre el Canal de Panamá que devolvía al país centroamericano el control sobre el canal en su territorio, que hasta ese entonces estaba bajo dominio de Estados Unidos.
Con una visión de política Internacional contraria a las tradiciones de su país, viró su atención hacia América Latina y consolidó una relación especial con países como Bolivia, que pocos gobernantes de ese país cultivaron. “No seguiré los consejos de mis compañeros que opinan que, para el beneficio de buenas relaciones, sería mejor que no hablara en español hoy”. Con estas palabras y en español, Carter comenzó un discurso que marcó un cambio en la política exterior de Estados Unidos hacia el resto de las américas.
Su relación con Bolivia ha cobrado relevancia en momentos críticos, como durante la crisis de octubre del 2003, que desestabilizó al país y dejó 56 muertos y centenares de heridos que marcaron la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada. En este contexto, el expresidente Jimmy Carter visitó el país durante el gobierno de Carlos Mesa para discutir el papel del acceso a la información en la democracia, subrayando la necesidad de aumentar la transparencia en la lucha contra la corrupción. Durante su encuentro con líderes bolivianos, enfatizó en que “una ley de acceso a la información fortalecerá el gobierno y la sociedad civil, forjará alianzas entre ellos, y ayudará a construir una nueva era de cooperación y confianza”. En palabras del propio Carter.
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Durante su visita, Carter se reunió no solo con el presidente Mesa, sino también con otros líderes políticos, incluido Evo Morales Ayma, en ese momento líder de la oposición y dio su perspectiva sobre los eventos de octubre. Morales destacó que este encuentro era una oportunidad para estrechar lazos con el pueblo estadounidense, más que con el gobierno de EEUU.
En abril del 2009, Carter visitaría nuevamente Bolivia, en esta ocasión el exmandatario y miembro del Cuerpo de Paz de Estados Unidos, reafirmó el compromiso de su país en no apoyar la división de Bolivia, en respuesta a las tensiones generadas por grupos del oriente boliviano en la denominada “media luna” que pusieron en vilo al país incluso con la organización de grupos separatistas. Durante su encuentro, Carter se comprometió a regresar en diciembre para ayudar en la cosecha de hojas de coca, luego de una invitación del entonces presidente Morales.
La relación entre Jimmy Carter y Bolivia se fortaleció aún más cuando en mayo del 2013, los expresidentes Evo Morales y Eduardo Rodríguez Veltzé visitaron Plains, Georgia, para reunirse con Carter, su esposa Rosalynn y el personal del Centro Carter. La reunión se centró en el marco de la demanda que presentó Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, reclamando una salida soberana al Pacífico. El acceso marítimo de Bolivia al océano Pacífico es un objetivo que Carter ha apoyado desde su administración y posteriormente, sobre la base del antecedente del manejo jurídico del tema del Canal de Panamá.
Su enfoque en el diálogo, la educación y la participación ciudadana continúa inspirando a líderes y activistas en todo el mundo, reafirmando su legado como defensor de los valores democráticos los derechos humanos y un modelo de liderazgo ético. En 2002, ese compromiso con la paz fue reconocido con el Premio Nobel.
Hoy, que Jimmy Carter ha partido después de una vida centenaria digna de grandes reconocimientos, es justo valorar su legado y sus enseñanzas para construir un mundo mejor.
Héctor Arce Zaconeta es embajador de Bolivia ante la OEA.