Chávez: de frente y de perfil

El 17 de octubre, en Miami, el Interamerican Institute for Democracy —que dirige nuestro compatriota Carlos Sánchez Berzaín— presentó en solemne acto académico el libro CHÁVEZ DE FRENTE Y DE PERFIL, cuya autora, la exembajadora Virginia Contreras, me pidió que escribiera el prólogo, tarea que acepté complacido por haber tratado con aquel exmandatario venezolano en cuatro diferentes ocasiones en el marco del trajín diplomático. Figura, en verdad, enigmática que Contreras retrata con cercana familiaridad por haber sido primero juez imputador, luego abogada defensora y finalmente su embajadora ante la OEA, en Washington, donde actualmente reside como consultora internacional.
Los sucesivos discursos en el acto aludido me mueven a volver sobre la necesidad de una evaluación más objetiva de aquel personaje que trascendió del dominio de su propio país hacia la región latinoamericana y la cuenca del Caribe, extendiendo la ideología bolivariana y su modalidad autocrática a ciertos países donde su sombra sobrevivió a su temprana muerte. Para ello, complemento indispensable para la autopsia de ese carismático militar es indudablemente su autobiografía MI PRIMERA VIDA escrita en dúplex con el escritor gallego Ignacio Ramonet, cuya traducción al francés contenida en 715 páginas la devoré con fruición por los detalles meticulosos que cuenta Chávez desde su niñez paupérrima, su azaroso paso por la academia militar hasta su incursión activa en la política nacional como golpista fracasado primero (donde conoce a Virginia Contreras) hasta convertirse en el hombre providencial de un singular momento histórico. En cada una de las conversaciones registradas por Ramonet, en la autobiografía, estas van seguidas de pie de página con rigor verificativo. Esta particularidad desmiente algunas percepciones equivocadas de sus detractores acerca de su genuina personalidad, por ejemplo, sobre su formación intelectual o su integridad moral.
Gran error comparar al líder con su heredero Nicolás Maduro, quien, aparte de la tentación totalitaria de su mentor, carece del talento político, la ductilidad estratégica y el cinismo pragmático. En líneas zoológicas, se diría que éste tiene la fortaleza torpe del elefante y aquel la elegante astucia de jaguar. Además, uno disponía del maná petrolero y el otro tiene que batallar contra los embargos y el repudio universal que despierta su gestión.
Por tantas razones, las obras de Contreras y de Ramonet son indispensables para comprender a cabalidad a aquel agente de la historia, llamado Hugo Chávez Frías.
Carlos Antonio Carrasco es doctor en Ciencias Políticas y miembro de la Academia de Ciencias de Ultramar de Francia.