El mito del proyecto del ‘Nuevo Medio Oriente’
Simón Pérez publicó en 1992, cuando era ministro de Asuntos Exteriores de Israel, un libro titulado “El Nuevo Medio Oriente” en el que hablaba de las negociaciones de paz que comenzaron en Madrid a finales de 1991 y que desembocaron en los Acuerdos de Oslo de 1993. El libro versaba sobre los horizontes que abrigaría el nuevo Oriente Medio y que conducirían hacia la paz en la región, donde Israel sería el motor, guía y líder para garantizar la seguridad, la prosperidad y la estabilidad de la región. Netanyahu publicó más tarde un libro titulado “Un lugar bajo el sol”, en el que enfatizaba en la construcción de relaciones con los países árabes bajo el control de Israel.
A medida que el genocidio en Gaza entra en su segundo año, los objetivos de Israel son más claros y queda en evidencia la mentalidad colonial impulsada por Benjamín Netanyahu, no sólo a través de sus declaraciones incendiarias, sino a través de sus acciones sobre el terreno. Entre esas acciones, destaca la presentada en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde exhibió un nuevo mapa de Oriente Medio que revelaba su intención de remodelar la región en línea con los intereses de Israel y de su plan de expansión, lo que significa crear una entidad en Medio Oriente como alternativa al mundo árabe. A través de esta estrategia, Israel pretende obtener un control total sobre la tierra histórica palestina para lograr lo que se conoce como el proyecto del “Gran Israel”, mediante el cual los territorios palestinos ocupados quedan abandonados o lo suficientemente debilitados como para imponer un control total sobre ellos. Para algunos sionistas fanáticos y extremistas como Smotrich, el ministro de Finanzas y su colega Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, el objetivo de Israel debe ampliarse a tierras más alejadas como son el Líbano, Jordania, parte de Egipto, Siria, Irak y Arabia Saudita, tal y como queda patente en las fronteras dibujadas en el mapa del Gran Israel que está presente en una de sus monedas nacionales conocido como el shekel.
La idea de un nuevo Medio Oriente no es una idea novedosa creada por Netanyahu, ya en febrero de 2004 el presidente Bush presentó el proyecto del Gran Medio Oriente y en la introducción de su iniciativa, Bush advirtió que el Medio Oriente estaba al borde de la explosión debido al deterioro económico y a la tiranía política y resaltó el peligro que esto representaría para Occidente y sus intereses en la región.
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En junio de 2019, el expresidente Trump presentó en Bahréin un plan titulado “Acuerdo del Siglo y el Gran Oriente Medio”, este plan constaba de tres pilares: la economía, el pueblo y el gobierno y se describe a sí mismo como la apertura de un nuevo capítulo en la historia palestina que no tiene nada que ver con la historia anterior de adversidad y pérdidas. De la lectura del plan se desprende claramente que el objetivo es para perpetuar el statu quo existente, la ocupación. En su campaña electoral Trump dijo que cuando se mira el mapa del Oriente Medio se ve Israel ocupando un territorio muy pequeño y que necesita extenderse.
El apoyo estadounidense a estas políticas se manifiesta en un apoyo absoluto a la financiación militar y cobertura política, lo que da a Israel un gran espacio para moverse sin disuasión internacional.
Hoy en día se está discutiendo el mapa del nuevo Medio Oriente y su reestructuración de una forma que se adapte a la ambición estadounidense, occidental e israelí: propiciar la fragmentación y alimentar el sectarismo y la etnicidad en este vasto espacio árabe para que sea más fácil de controlar. El Nuevo Proyecto de Medio Oriente y el proyecto del Gran Israel son dos caras de la misma moneda y todo indica que la derecha religiosa sionista en Israel actualmente está planeando su control más allá de la Palestina histórica.
Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia.