¿Reflexión ideológica en el MAS?
Yuri Torrez
Las reyertas internas en el Movimiento Al Socialismo (MAS), entre evistas y luchistas, tienen como objetivo instrumental la lucha descarnada por recuperar o retener el poder. Pero, esta pugna, como si fuera un asunto sin ninguna trascendencia, está desprovista de un debate ideológico de fondo que desnuda a los actores involucrados en esta pelea, convirtiéndoles en arlequines montados de una escena circense.
Parece ser el signo de la época: la desideologización. Sin embargo, este rasgo, para un partido que en la última década y media configuró un horizonte estatal y societal de rasgos plurinacionales, parece inaudito. No olvidemos, en su momento este horizonte llamó la atención de expertos en procesos democráticos porque era un referente insoslayable para el debate político e inclusive para la teoría democrática.
Ese embrollo de disputas internas en el partido gubernamental no solo está provocando escisiones en las mismas entrañas de las organizaciones sociales e indígenas/campesinas que conforman al movimiento político (designación para evitar que el MAS sea un partido político, aun peor, de cuño tradicional), sino que, en el afán de astillar la imagen del opositor interno, los actores políticos involucrados en esta lucha interna urden discursos que ideológicamente responden a la derecha, inclusive a la extrema derecha.
Por la dinámica que adquirió esta disputa al interior del MAS, que impulsó a los actores en disputa, sean evistas o luchistas, a aliarse con la oposición política al interior del hemiciclo parlamentario; no coincidían ideológicamente, pero lo hicieron sin ningún rubor. El objetivo es dañar al adversario político interno. Obviamente, en esa disputa no reparan que sus discursos sean coherentes ideológicamente, por ejemplo, con los principios o la naturaleza política del MAS.
Quizás, uno de los ejemplos que resaltó en las últimas semanas está articulado a las declaraciones del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, quien dijo que la Ley 348 (Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia) es “antihombres”. Estas declaraciones causaron revuelo entre sectores feministas, pero la cuestión de fondo expresa un posicionamiento similar a los postulados ideológicos —como escribió Lourdes Montero— con la “extrema derecha”.
La contextualización de las declaraciones de Rodríguez —próximo a Evo Morales— se da casualmente en un momento donde el expresidente se siente acechado por algunas insinuaciones del ala luchista de abrir procesos en el marco jurídico de la Ley 348. De la misma manera sucede con otros asuntos: la cuestión de los hidrocarburos, que se convirtió en otro escenario de disputa de los bandos al interior del MAS. Empero, en sus interpelaciones discursivas no existe una argumentación ideológica de fondo, sino que se reduce a la epidermis de una discusión estéril que conduce a posiciones exentas de debates serios sobre un tema de preocupación de todos los bolivianos.
O sea: en este desplazamiento de sectores opositores al MAS a los márgenes de la discusión política, tal vez, el debate político al interior de la estructura partidaria gubernamental debería ser un ámbito adecuado para el debate ideológico, pero éste es sustituido por un cruce de acusaciones mutuas. En esa disputa interna, por ejemplo, no se dice nada de la situación de los avances para afianzar el Estado Plurinacional. Esta ausencia de debate sobre el horizonte político del denominado “proceso de cambio” expresa terriblemente la ausencia de una reflexión ideológica profunda al interior del MAS.
Yuri Tórrez
es sociólogo.