Comportamiento agresivo en niños

Anelice Lobo Pérez
Para muchos padres, así también maestros, el tema de la agresividad constituye un problema común. Entre las causas más frecuentes para estas conductas agresivas están las situaciones familiares inadecuadas, es decir, afectan directamente a las relaciones interpersonales del niño(a) y, por lo tanto, tienen una repercusión en su rendimiento escolar. Para analizar o desglosar un poco más este tema, es importante mencionar que hasta cierta edad (dos años), la agresividad es parte de la conducta de un niño, es decir se puede considerar “normal”, puesto que ellos utilizan la agresividad como una reacción a ciertos momentos de frustración por no poder expresar plenamente sus emociones, sentimientos o necesidades. También no se debe dejar de lado el entorno y los medios externos que influyen en la conducta agresiva, tales como hogares disfuncionales, padres agresivos, influencia de la televisión, el internet, juegos virtuales, teléfono móvil, condiciones cognitivas, entre los más importantes.
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En el nivel inicial, el niño puede agredir con gestos, insultos y golpes hacia sus pares, es decir, hasta ese momento él no ha desarrollado habilidades sociales como la empatía, por lo que no identifica claramente si lastima a otros. En primer lugar, las maestras deben realizar un diagnóstico conductual de los niños con el fin de identificar las diferentes conductas agresivas, para posteriormente aplicar diferentes estrategias pedagógicas enfocadas en la práctica de valores y el buen trato entre pares, haciendo prevalecer las normas y reglas de clase que los niños deben cumplir en la unidad educativa.
Es muy importante mencionar que el trabajo debe aplicarse en coordinación con los padres de familia, para que tanto dentro como fuera del aula los niños realicen la práctica de las buenas conductas y logren de esta manera disminuir las conductas agresivas. En caso de persistir con estas conductas, se debe recurrir a un profesional entendido en el tema para que pueda tener un diagnóstico preciso del origen de la agresividad y llevar adelante una terapia adecuada, con la participación de los padres y familiares cercanos al niño.
Es fundamental detectar a temprana edad las diferentes conductas agresivas de los niños para poder intervenir de manera oportuna y lograr disminuir o eliminarlas, empleando desde el nivel inicial diferentes estrategias pedagógicas acordes a los intereses y necesidades de los niños, y de esta manera poder aplicarlas desde el aula, involucrando siempre a los padres de familia, puesto que en su mayoría los niños adquieren estas conductas en su entorno familiar.
(*) Anelice Lobo Pérez es directora de la unidad educativa Nazario Pardo Valle