Santa Cruz es un departamento con extraordinario valor por su gran biodiversidad. En Bolivia, su extenso territorio representa el 33,7% de la superficie total del país, albergando nueve de las 12 ecorregiones de Bolivia, cada una con características únicas, desde bosques tropicales húmedos hasta zonas de clima tropical seco y amplias sabanas. La diversidad de paisajes que la constituye es de gran importancia tanto como patrimonio natural como cultural, no solo para Bolivia sino para el mundo. Actualmente el 36,2% del departamento está cubierto por áreas protegidas de carácter nacional, departamental y municipal, donde habitan aproximadamente 2.500 especies de vertebrados, estas áreas no solo sirven como refugios para la vida silvestre, sino que también proporcionan una amplia gama de servicios ecosistémicos esenciales para el desarrollo y la subsistencia de nuestra sociedad, estos servicios incluyen la garantía de nuestra seguridad hídrica al preservar fuentes de agua, la protección de la biodiversidad que sustenta nuestra seguridad alimentaria y la regulación climática.

A pesar de la relevancia que tienen los ecosistemas para nuestro bienestar, Santa Cruz enfrenta numerosas presiones y desafíos, tales como el crecimiento demográfico acelerado y la expansión constante de la frontera agrícola. Según datos proporcionados por MapBiomas Bolivia, en 1985 solo el 2,86% (1.053.061 ha) del departamento era ocupado para el uso agropecuario, cifra que aumenta al 15,77% (5.805.602 ha) en 2021; los bosques ocupaban el 84,45% (31.093.437 ha) del territorio en 1985 y en 2021 se reducen al 71,29% (26.247.403 ha). Si estos desafíos no se abordan de manera adecuada pueden repercutir de una forma negativa en la región y gradualmente en el planeta, provocando la fragmentación de hábitats, la pérdida de biodiversidad, la alteración del ciclo del agua, la erosión del suelo y la desertificación.

Con el fin de abordar estos temas y promover un desarrollo sostenible en la región, es esencial que se emprenda un esfuerzo conjunto y coordinado de la sociedad civil, el Gobierno y las organizaciones ambientales, esto implica la creación y expansión de áreas protegidas, mayor educación ambiental y soluciones urbanas basadas en la naturaleza, como la incorporación de espacios verdes en las ciudades, cumpliendo así con el objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas, para asegurarse en 2030 el desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles, y con el objetivo 15 para gestionar la sostenibilidad de los bosques, luchar contra la desertificación y detener la pérdida de biodiversidad. 

Si bien tenemos muchos retos que enfrentar, Santa Cruz se destaca por su resiliencia, demostrando capacidad para enfrentar desafíos y adaptarse a cambios significativos. En este contexto se vuelve fundamental para la preservación de nuestros recursos naturales, cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para proteger el planeta y garantizar que para 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad.

(*) Ana María Höhler es técnica de Comunicación de la FAN