Votar sin innovación ni recursos tecnológicos

Entre marzo y abril, caminamos por una elección subnacional para elegir a gobernadores y asambleístas, a alcaldes y concejales, además de autoridades de la autonomía regional del Chaco. Hubo la segunda vuelta en cuatro departamentos del país (La Paz, Chuquisaca, Tarija y Pando) para elegir a sus gobernadores.
En la ciudad de La Paz, en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) se realizó también la elección para rector y vicerrector, incluida la segunda vuelta. Desde una lógica simple, uno piensa que el ente pensante del país, las universidades, deberían dar la propuesta de cómo hacer una mejor estrategia tecnológica e incluso una forma más democrática de elección de autoridades, eliminado cualquier recelo de fraude; pero paradójicamente el ente pensante piensa muy poco, con relación al Tribunal Supremo Electoral (TSE) Plurinacional. Lamentablemente, el comité electoral para el rectorado de la UMSA se copió nomás el cómo votar en dos turnos, según terminación de las cédulas de identidad, iniciando el sufragio con mucho retraso de la hora indicada y con una tardanza desmedida en el conteo final de votos para saber quién ganó las elecciones, en fin.
Si algo interesante nos ha traído el COVID-19 es recapacitar. Particularmente sobre la carrera de Informática, que se podría convertir en el pivote para generar una nueva forma de ejercicio mediante el voto electrónico. ¿Es tan complicado proponer una forma técnica del ejercicio de votación en tiempos en que todos/as nos ufanamos que estamos tecnologizados? Sabemos que esta iniciativa tiene que ver con la voluntad de las principales autoridades del ente rector de la UMSA e incluso del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB) para proponer al país nuevas maneras tecnológicas, ágiles, transparentes y seguras del ejercicio democrático mediante la votación electrónica. ¿Qué hace falta para plasmar estas nuevas formas de sufragio? Ganas de aportar, de trabajar, no solo pensando en la UMSA sino en el país. ¿O nos falta realmente la tecnología o personal capacitado para emprender estas nuevas formas de plebiscito? Seguir contando los votos uno por uno, anotando en la pizarra voto a voto, esperar días para que arriben los votos de lugares lejanos, es totalmente vetusto. La inmediatez de la tecnología nos exige ser súper creativos y dar respuestas de esta naturaleza.
No escuché a los/as ecologistas ni ambientalistas gritar al cielo de cuánto papel se gasta en estas elecciones. En términos más sencillos, ¿cuántos árboles se han tumbado para que se conviertan en papel y sirvan para las elecciones citadas y sus segundas vueltas? Imagínense cuánto de ecologistas seríamos si decidiéramos eliminar los usos del papel como documento votante a futuro. A propósito, ¿qué se hace con las papeletas usadas en pasadas elecciones? ¿Se reciclan, se venden, se archivan, se echan al basurero, se regalan…? Por la gran cantidad utilizada es preciso que el TSE y los tribunales departamentales informen al respecto.
En el caso de los candidatos a rector en la UMSA, casi todos han propuesto excelencia académica, pero ¿qué es excelencia académica en estos tiempos? Seguir imitando a las universidades decimonónicas occidentales? Las universidades, y particularmente la UMSA, tienen que pensar también en el país y sobre todo en proponer innovaciones de sufragio para estos tiempos. En cada gestión debería haber creaciones desde la elección de los directores de carreras, pasando por los decanos y la elección de representación estudiantil para el co-gobierno. Si llegáramos a nuevas propuestas de elección con la máxima seguridad y su respectiva transparencia, la sociedad nacional estaría muy agradecida; lamentablemente hoy no ocurre eso, somos simples imitadores de todo.
Jach’a utan apnaqirinakaxa janiw lup’ipkiti, kunjamasa mayxt’ayataspa machaq p’iqichirinak chhixllañataki. Ukhan amtawinpixa janiw suma thakhiruxa sarktanti ¿ janicha ukhamaxa?
Esteban Ticona es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.