Del golpe monocultural al reencauce de la interculturalidad
Hay que seguir apostando por la interculturalidad que abraza una relación cultural horizontal.

El gobierno del Movimiento Al Socialismo-Instrumento por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), a la cabeza de Luis Arce y David Choquehuanca, ha restituido el Ministerio de Culturas como fue su promesa electoral. Hay que recordar que en junio de 2019 el gobierno de facto de Jeanine Áñez decidió eliminar ese ministerio, argumentando de que “es un gasto absurdo”. Áñez y su aparato político hicieron todos los esfuerzos para desmantelar el área cultural, que fue y es la lucha de muchos años. La idea de cultura de los golpistas fue muy clara, ser nuevamente una República de monolingües castellanohablantes y con una sola bandera, aunque hayan hecho gestos de diversidad neoliberal y utilitaria; pero en el fondo no fue más que un show mediático para aniquilar políticas de interculturalidad y descolonización.
La cultura, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), es “un conjunto de rasgos particulares, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a una sociedad o un grupo social”. Además, no abarca solo las artes y las letras sino también los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. Nuestra Constitución Política del Estado Plurinacional de 2009 fija los lineamientos generales de las políticas culturales, en pos de construir una sociedad intercultural.
Después de los trágicos sucesos del golpe de Estado en noviembre de 2019 y la movilización de petición para que haya elecciones nacionales en agosto de 2020, urge reencaminar políticas de las culturas, la interculturalidad, la lucha contra el racismo y la despatriarcalización, todos apuntalados hacia la descolonización profunda del país.
Hay que seguir apostando por la interculturalidad que abraza una relación cultural horizontal, sostenible y exitosa, por el pleno reconocimiento de la fuerza re-vitalizadora de los pueblos, que no ignora los estilos de vida, los sistemas de valores, las tradiciones, las creencias, los conocimientos y las capacidades de la comunidad que las reproduce. En términos muy sencillos, la cultura y la interculturalidad descolonizadora apuestan por el pleno reconocimiento de la totalidad de las culturas del pueblo boliviano, de los grupos humanos, según nuestro tiempo y construcción societal.
En este reencauce nuevamente aparecen grandes retos no resueltos. Por ejemplo, que las Fuerzas Armadas y la Policía se encaminen profundamente hacia una re-educación intercultural y de los derechos humanos, que permitirá a la larga redimirse del vergonzoso papel de haber jugado como los ejecutores de las políticas de genocidio, defendiendo una democracia neoliberal y el sueño de volver al viejo Estado-nación por parte de las mentalidades arcaicas, racistas, oligárquicas y elitistas del país.
También es el momento de que el Ministerio de Culturas y sus viceministerios de Descolonización y de Interculturalidad fijen el golpe de timón necesario y reencaucen acciones golpeadas por la transición gubernamental; pero a la vez apunten a nuevas acciones en pro de las culturas de los pueblos del país. Aquí es preciso mencionar la apuesta a los medios de comunicación intercultural, incluida la prensa escrita que también sufrió el golpe institucional. ¿Por qué el canal cultural del Ministerio de Culturas no está cumpliendo su misión de difundir las culturas de nuestros pueblos, tratando problemas actuales y en vivo? ¿Por qué no tenemos al periódico Cambio en la calle, remozado y con alta calidad informativa? El canal estatal pareciera que solo ha cambiado de caras y ¿no apuesta a tener mayor cobertura si no a informar a los pueblos indígenas campesinos originarios en sus distintas lenguas y desde sus lugares? No se puede perder más tiempo en las políticas de reencauce, es tiempo de redireccionar y reencauzar, ¡¡¡pero ya, ahora mismo!!! La cultura es tan importante como la política, la economía y lo social.
Wasitampiwa wali ch’amampi sartañasa. Jiwasanakan sarnaqawinakasa, ukhamaraki amuyunakasax qhanstayañasawa. Ikiskirjamakitanwa uka sartawinxa, p’arxtañasawa mä pita ¿janicha ukhamaxa?
*Es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo