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Thursday 27 Mar 2025 | Actualizado a 17:04 PM

La prioridad del gobierno debería ser reactivar la producción y el mercado

La clave de la respuesta nacional en esta pandemia es identificar los sectores más afectados que permitan una respuesta focalizada

/ 2 de julio de 2020 / 11:26

También de pan vive el hombre, podemos decir con seguridad en estos momentos de crisis de salud, para reflejar la preocupación que tiene el boliviano por su economía, pues opta por salir a desarrollar alguna actividad que le genere ingresos, arriesgando su vida por un contagio del COVID-19.

Esta realidad llevó al gobierno a anunciar hace pocos días la puesta en marcha de un Plan de Reactivación del Empleo, con un fondo de 16.000 millones de bolivianos, para atender toda la emergencia económica generada por el coronavirus. Aproximadamente 6% del PIB de Bolivia.

Si bien los empresarios ponemos en primer lugar la salud de la población, también estamos conscientes de que no atender los problemas económicos pueden derivar en males tal vez mayores que la pandemia. Por eso expresamos nuestro respaldo al plan gubernamental de emergencia económica.

La aplicación de este plan de emergencia debe ser inmediata. No podemos dejar esta tarea al próximo gobierno que será elegido en las elecciones programadas para septiembre próximo. La urgencia exige inmediatez en el accionar del gobierno transitorio.

Como señaló Juan Antonio Morales, prestigioso economista, en el webinar La economía boliviana en tiempos del COVID-19, patrocinado por la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, la política macroeconómica, fiscal y monetaria debe apuntar a reducir la brecha del PIB actual con el PIB de largo plazo, para lo que es indispensable el acceso a fuentes externa de financiamiento, lo que permitirá la recuperación de la producción.

Este profesional insistió en que la estabilidad macroeconómica debe asentarse en aspectos más estructurales, como una mayor inversión y una mayor participación privada en la generación del PIB, que permitan reanudar la producción y volver a las fuentes de trabajo, superando cuellos de botella como el transporte, la provisión de materia prima y restablecer los canales de comercialización, evitando las restricciones crediticias.

En la misma webinar, el también economista Fernando Candia recordó que ahora vivimos en mucha incertidumbre, la misma que solo se corregirá con un plan claro y preciso de mediano plazo, que oriente las acciones públicas y las expectativas privadas a corregir los desajustes micro y macro económicos.

La clave de la respuesta nacional en esta pandemia es identificar los sectores más afectados que permitan una respuesta focalizada, eligiendo y priorizando sectores que necesitan apoyo, como el exportador, las microempresas y trabajadores por cuenta propia.

A su turno Ramiro Cavero, el tercer economista que participó de la señalada webinar, recordó que la situación económica nacional ya estaba en crisis antes de la llegada del coronavirus, con una gran caída de las exportaciones, elevado déficit fiscal comercial, elevado crecimiento de la deuda externa e interna, desaceleración de la economía.

Esta situación económica ya era insostenible. Si a ello sumamos los problemas generados por el COVID-19 se requiere con urgencia un importante ajuste económico, y para minimizar los efectos se requiere un elevado financiamiento externo.

Según una encuesta de la Cámara Nacional de Industrias, el 75% de las empresas tiene dificultad para pagar sus créditos, el 80% no podrá invertir este año; entre el 80 y 90 por ciento tiene dificultades para pagar sus impuestos, comprar insumos o pagar sueldos; y el 73% se verá obligado a reducir su fuerza laboral.
En este panorama, al gobierno de transición le queda una situación financiera tranquila, con liquidez y apoyo patrimonial para que siga prestando apoyo financiero; y fondos en la caja del TGN, que le permita pagar salario y generar empleo, hasta que el nuevo gobierno tenga tiempo para organizarse y ejecutar su plan económico.

Como lo reconocen diversos organismos internacionales, América Latina será una de las regiones más afectadas por la crisis de salud y sus efectos económicos, aunque la recesión no será homogénea entre los países que la integran, señala el estudio COVID-19 y América Latina y el Caribe: los efectos económicos diferenciales en la región, del Instituto de Análisis Económico y Social de la Universidad de Alcalá de Henares.

El estudio explica que esta nueva recesión, la mayor crisis económica desde la Gran Depresión de los años 30, atacará a la región por vías como la baja de las exportaciones; la caída en el precio de las materias primas; el desplome del turismo y el transporte de pasajeros y la caída del flujo de remesas.

Como se puede comprender, de esta crisis no puede estar exento nuestro país. Para encararlo debemos estar juntos para enfrentar el futuro.

Rolando Kempff Bacigalupo es economista, empresario y Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Ph.D., miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.

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Las exportaciones de Bolivia hacia el Mercosur

Rolando Kempff Bacigalupo

/ 7 de enero de 2025 / 06:00

Bolivia es miembro asociado del Mercado Común del Sur (Mercosur), un bloque económico regional que comprende a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La incorporación de Bolivia al Mercosur como miembro pleno este año, fortalece la integración económica e intercambio comercial con los países de la región a nivel económico y político.

Este bloque recibe aproximadamente un cuarto de las exportaciones nacionales, pero como lo reconoció Huáscar Ajata, viceministro de Comercio Exterior e Integración, la balanza comercial históricamente ha sido desfavorable para Bolivia debido a su dependencia de la exportación de gas y la importación de productos manufacturados y maquinaria.

El presidente Luis Arce, que participó por primera vez, el 6 de diciembre, como representante de un país miembro pleno, en la 65ª Cumbre de presidentes del Mercado Común del Sur, fue claro al señalar que el ingreso del país a este bloque económico marcó un hito para la historia del país y significó un logro diplomático trascendental que abre un abanico de oportunidades económicas, sociales y estratégicas para el país.

El 5 de noviembre del año pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores informó sobre la firma de dos Protocolos Adicionales al Acuerdo de Complementación Económica N° 36 (ACE 36), que mejoran las condiciones de acceso de los productos bolivianos a los países del Mercosur, otorgando mayores oportunidades de exportación.

“El ACE 36 entre Bolivia y el Mercosur, firmado en diciembre de 1996, creó una zona de libre comercio para estimular el crecimiento y desarrollo económico en la región. Mediante este convenio, Bolivia fortalece sus lazos comerciales con el bloque, permitiendo que alimentos, textiles y manufacturas tengan un acceso más amplio en estos mercados, mejorando la competitividad de sus productos en el Mercosur”, explicó la Cancillería.

Con la firma de estos Protocolos Adicionales se busca potenciar más los beneficios, actualizando las condiciones de acceso a los mercados del bloque para responder a las necesidades actuales, beneficiando así a diversos sectores productivos en Bolivia.

Pero, debemos tomar en cuenta las afirmaciones de Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, que lamentó que la situación comercial de Bolivia con el Mercosur “ha empeorado con el tiempo”, pues el país exporta menos a este bloque. “Incluso considerando la exportación de gas, el año pasado tuvimos un déficit por 815 millones de dólares y hasta septiembre del presente año, el déficit, incluida la venta de gas, es de más de 426 millones”, recordó Rodríguez.

Hace algunos años, a través de las ventas de gas a los mercados de Argentina y Brasil teníamos un superávit comercial con Mercosur. Si quitamos este valor, el 2023 nuestro déficit comercial con este mercado ampliado llegó a 2.865 millones de dólares y entre enero y septiembre de este año alcanzó a 1.700 millones de dólares.

El papel boliviano de nexo entre Mercosur y la Comunidad Andina da mayor relieve al Corredor Ferroviario Bioceánico como proyecto destinado a fortalecer el eje de integración entre los océanos Pacífico y Atlántico, conectando los puertos del Pacífico, como Chancay del Perú con el puerto brasileño de Santos en el Atlántico.

La importancia de este proyecto la ilustró el viceministro Ajata al afirmar: “El tren bioceánico no solo es un proyecto comercial, sino también un esfuerzo de integración regional. Es fundamental que se mantenga como una política de Estado, más allá de los gobiernos de turno”.

(*) Rolando Kempff Bacigalupo es licenciado en economía de la UMSA y presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP)

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Promoción comercial entre Bolivia y Chile, concesión del puerto de Tocopilla

Rolando Kempff Bacigalupo

/ 22 de noviembre de 2024 / 06:00

Chile y Bolivia buscan alternativas para incrementar su intercambio comercial y fortalecer los lazos económicos. A fines del mes pasado firmaron el memorándum de entendimiento sobre promoción comercial y la hoja de ruta para la implementación del Certificado de Origen Electrónico.

El encuentro de las delegaciones de ambos países se desarrolló en el marco de la XXIII Reunión de la Comisión Administradora del Acuerdo de Complementación Económica 2 (ACE-22), en la ciudad de Santa Cruz, buscando dinamizar el intercambio comercial entre Bolivia y Chile.

Las estadísticas nos ilustran la realidad de la relación comercial entre Bolivia y Chile, la cual supera los 1.000 millones de dólares anuales, siendo históricamente deficitaria para Bolivia.

Según datos oficiales del IBCE, la pasada gestión, nuestro país exportó 172 millones de dólares (33% menos que la cifra registrada en 2022), importando 1.015 millones de dólares en bienes y servicios provenientes de Chile; es decir, el desbalance comercial para Bolivia fue de 843 millones.

Es importante resaltar que las importaciones provenientes de Chile en 2021 sumaron los 522 millones de dólares, cifra que en 2022 se duplicó, alcanzando los 1.079 millones de dólares; fundamentando la cifra por el significativo aumento de las importaciones de combustibles.

Las acciones para la promoción comercial entre Bolivia y Chile abarcan preferencias arancelarias y habilitación de productos bolivianos en el mercado chileno. También, se presentó una propuesta de memorándum de entendimiento para fomentar el turismo a través de programas sociales. Ambos países acordaron desarrollar y ejecutar una hoja de ruta para instrumentar formatos para el intercambio de certificados de origen electrónicos de los productos de exportación.

Chile y Bolivia enmarcan sus relaciones comerciales en el Acuerdo de Complementación Económica 22 (ACE-22), que busca la integración de las economías a través de la ampliación y diversificación del intercambio comercial de bienes y servicios, para crear las condiciones óptimas de un avance armónico y equilibrado en el comercio bilateral.

Nuestro país y Chile también buscan fortalecer los vínculos comerciales y económicos, promoviendo el comercio de bienes y servicios mediante el intercambio de información, la realización de actividades que beneficien mutuamente a ambas partes, mediante la asistencia recíproca en la promoción de exportaciones, entre otros.

En ese sentido, los empresarios destacamos la instancia binacional habilitada, conocida como el Consejo Empresarial Binacional Bolivia Chile, cuyo objetivo es promover diversos temas para mejorar el comercio entre ambos países.

Cumpliendo esta tarea, en mayo de este año, la presidenta ejecutiva de la Aduana Nacional, Karina Serrudo, y el cónsul de Chile en Bolivia, Rafael Velasco, junto con autoridades y empresarios, celebraron el acuerdo que ha abierto los pasos fronterizos de Pisiga-Colchane y Tambo Quemado-Chungará, los cuales estarán habilitados los 365 días del año, con la finalidad de dinamizar el comercio exterior, el transporte de carga y pasajeros en los centros integrados de Frontera Bolivia-Chile.

Considerando que alrededor del 70% de la carga boliviana se exporta por puertos chilenos, se prevé también analizar la concesión portuaria del puerto de Tocopilla en favor de Bolivia, por estar ubicado en un área más amplia, con acceso de ferrocarril, y que bien podría convertirse en un hub comercial y un polo de desarrollo minero logístico, promoviendo la vinculación multimodal utilizando redes ferroviarias y camineras.

Rolando Kempff Bacigalupo
es licenciado en Economía y presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz.

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Libre transitabilidad

/ 1 de noviembre de 2024 / 06:02

La paralización del país, desde mediados de este mes, la sienten todos los bolivianos. Unos porque no pueden atender sus compromisos de venta, otros porque no pueden adquirir los insumos que necesitan, y la mayoría porque deben pagar precios elevados por los alimentos que necesitan para sus familias.

Al 29 de octubre, Yamil Flores, ministro de Desarrollo Rural y Tierras, estimó que por los bloqueos —en diversas regiones del país— superan los 1.500 millones de dólares, de los cuales aproximadamente 970 millones de dólares corresponden al sector agrícola y pecuario.

Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, explicó que estas pérdidas se deben principalmente a la caída de las exportaciones agrícolas, porque los bloqueos no solo frenan las oportunidades de desarrollo económico, sino que también afectan negativamente la imagen del país en el escenario internacional.

Solo como ejemplo podemos citar los grandes perjuicios a las exportaciones nacionales que se verán fuertemente afectadas, el sector turismo con millonarias pérdidas que también se ve perjudicado por el daño a la imagen del país. Los productores de banano del trópico de Cochabamba que también tienen amenazas de cancelación de contratos de exportación de esta fruta a los mercados de Uruguay y Chile.

Los problemas también están presentes en los gobiernos subnacionales. Así, el 90% de la maquinaria de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Cochabamba está paralizada por la falta de diésel.

De manera coincidente, los portavoces de los sectores afectados lamentaron que el bloqueo dispuesto por seguidores de Evo Morales destruya el sistema de comercialización, parecen olvidarse que ellos también tienen derecho a comer, a la vida y al trabajo.

El caso de la venta de carne de gallina en el mercado paceño muestra de manera clara el problema por el que atraviesa esta ciudad. El 23 de este mes se informaba que la empresa Sofía ya envió, en dos días unas 40 toneladas de pollo al mercado paceño y Grover Lacoa, viceministro de Logística y Comercio Interno, informó que se prevé habilitar puentes aéreos para transportar, al día, unas 40.000 unidades de carne de pollo a mercados de La Paz, eso con el objetivo de bajar el precio del kilo de este alimento que llegó a venderse hasta en Bs 21.00.

En el portal elsitioavicola.com, en enero de 2016, se decía que el consumo de carne de pollo en la gestión pasada en el departamento de La Paz llegó a 183.018 toneladas, lo que hace unas 500 toneladas por día, en todo el departamento.

Los empresarios estamos convencidos de que el gobierno debe hacer todos los esfuerzos para para que se levanten los bloqueos, aplicando lo que dispone la Constitución Política del Estado, y así garantizar la libre transitabilidad. Deben dialogar las dos partes en conflicto.

El sector empresarial se encuentra muy angustiado ya que se prevén millonarias pérdidas, recursos que no serán recuperados, pues estas pérdidas afectarán al Producto Interno Bruto y aumentará la necesidad de divisas, afectando seriamente a nuestra economía. Algo importante que todos los bolivianos debemos recordar, es que las elecciones generales se realizarán el próximo año.

Recordemos que el Gobierno estimó para este año una inflación del 3,6%, pero a septiembre la cifra ya había alcanzado el 5,53%, lo que representa un aumento de casi el 50% en el estimado para todo el año. Se espera que la inflación pueda seguir aumentando, dependiendo de cómo evolucionen los bloqueos

Este no es el momento para afectar más a la economía, sino de sumar esfuerzos que nos permitan superar la ya difícil situación, generada por la drástica reducción de las reservas de gas natural.

Rolando Kempff Bacigalupo es licenciado en economía de la UMSA y presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).

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Que nuestra prioridad sea Bolivia

Una de las mayores prioridades del país es conseguir un mayor ingreso de divisas

Rolando Kempff Bacigalupo

/ 24 de septiembre de 2024 / 08:35

Vivimos tiempos difíciles que demandan el trabajo conjunto y coordinado de todos los bolivianos. La coyuntura nacional demanda establecer acuerdos políticos que permitan combatir los problemas económicos que Bolivia enfrenta, priorizando la actividad productiva y bienestar social del país. 

Los empresarios consideramos que para todos: autoridades del gobierno, empresarios, trabajadores, políticos y movimientos sociales, la prioridad debe ser el país y eso significa dejar de lado intereses políticos sectoriales.

Revise: Canal de Panamá y puerto de Chancay

Una de las mayores prioridades del país es conseguir un mayor ingreso de divisas que sustituya la dramática caída de las ventas de gas natural. Y esto solo será posible si el país es atractivo para mayores inversiones privadas externas en agricultura, minería y petróleo.

También se debe diversificar la matriz económica de nuestro país en nuevos sectores como el desarrollo de la economía naranja, economía 4.0 del talento, economía verde, energía eléctrica, economía circular, así como el uso de biotecnología que permita aumentar la producción sin necesidad de incrementar la superficie cultivada.

La coyuntura nacional requiere que los bolivianos reflexionemos sobre varios aspectos que acontecieron las últimas semanas.

Uno de los problemas más complejos es la deforestación. Desde 2019, Bolivia deforesta en promedio, 4 millones de hectáreas de bosques y pastizales al año. Durante este último tiempo, la deforestación en Bolivia provocó una crisis ambiental, demandando cooperación nacional e internacional. Bolivia se encuentra entre los 20 países con mayor biodiversidad en el mundo y consideramos que es necesario preservar nuestra naturaleza, evitando la deforestación año tras año.

La economía naranja debe ser promovida, ya que con una adecuada promoción de la riqueza turística que tiene nuestro país y la activa participación conjunta y coordinada del gobierno y el sector privado, se puede generar un ingreso nacional de 3.000 millones de dólares al año, monto superior al que provenía de las exportaciones de gas natural.

Es necesario comprender que el país se beneficiará con la llegada de nuevos inversores si es que otorgamos un clima empresarial adecuado, fortaleciendo la seguridad jurídica y la libertad de empresa, así como factores que incluyen el tránsito libre de carga de importación y exportación en las carreteras, evitando los bloqueos que perjudican y debilitan significativamente nuestra economía.

Actualmente, enfrentamos una polarización política en la cual se perciben críticas relacionadas al descuido de la inversión en la exploración petrolera, la caída de la producción de combustibles, lo que consecuentemente incrementa las importaciones de diésel, tras haber tenido épocas de bonanza económica que nos permitieron firmar importantes acuerdos de venta de gas con nuestros vecinos países como Argentina y Brasil.

Los empresarios consideramos que se debe lograr la sinergia público privada, la cual permitirá fomentar la seguridad jurídica, estableciendo normas que garanticen un clima adecuado a los inversores. A través de esta sinergia, también será posible promocionar los acuerdos de libre comercio, establecer un Fondo de Promoción de Exportaciones, así como promover la minería a través de la regulación de las leyes en este sector.

El empresariado nacional coincide plenamente con las recientes declaraciones del presidente de la Cámara Nacional de Industrias, quien rechazó que la crisis de divisas y el desajuste en la provisión de dólares en la economía es, en parte, responsabilidad del sector privado.

En este escenario, Gobierno, empresarios y trabajadores debemos centrar nuestra atención en los problemas políticos, económicos y sociales para encontrar soluciones que permitan el desarrollo económico de nuestro país en el marco de la democracia y el respeto a la Constitución Política del Estado.

(*) Rolando Kempff Bacigalupo es presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP)

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Canal de Panamá y puerto de Chancay

Rolando Kempff Bacigalupo

/ 25 de agosto de 2024 / 01:49

El Canal de Panamá es una vía fluvial de 82 kilómetros, la cual vincula desde hace 110 años el océano Atlántico con el océano Pacífico. Esta vía construida por la mano de más de 50.000 hombres, junto con el soporte de la tecnología, atraviesa el istmo de Panamá en su punto más estrecho, permitiendo el tránsito de barcos entre los dos océanos.

La construcción del canal fue un proyecto complejo que comenzó inicialmente bajo control francés en 1881, pero fracasó debido a enfermedades y problemas financieros. Posteriormente, Estados Unidos asumió el proyecto en 1904 y completaron la construcción en 1914, constituyéndose como una de las obras de ingeniería más importantes del siglo XX.

Aunque el canal fue administrado por Estados Unidos desde su apertura hasta 1999, actualmente es de propiedad y operación panameña.

El Canal de Panamá ha reducido significativamente la distancia de navegación entre los puertos de la costa este de los Estados Unidos, Europa y Asia. Su importancia es tal que influyó en la navegación comercial mundial, ya que muchos barcos fueron construidos con las dimensiones máximas adecuadas para transitar por este canal, que se los conoce como los “Panamax”.

Este canal se convirtió en un componente esencial del transporte marítimo internacional, conocido por su sistema de esclusas que elevan y bajan los barcos, permitiendo su paso de manera eficiente, con sus casi 50 pies de calado y capacidad de tránsito para 35 buques diarios, desde la ampliación realizada en 2016. Es así como la vía interoceánica conecta a 180 rutas marítimas que llegan a 1.920 puertos en 170 países alrededor del mundo.

Con la finalidad de ofrecer una mejor atención a los usuarios, entre 2007 y 2016 se hicieron ampliaciones, incluyendo esclusas más grandes para el paso de barcos de mayor envergadura, con un calado máximo de 18,3 metros y una eslora máxima de 427 metros, contribuyendo a una cadena de suministro más eficiente, permitiendo el tránsito de 35 buques diarios.

El canal de Panamá es utilizado en casi un 70% por barcos de los Estados Unidos de Norteamérica, y luego están las embarcaciones chinas en un 18%. En porcentajes menores encontramos barcos de banderas chilenas y japonesas.

Pese a la crisis generada por el fenómeno de El Niño, se estima que este canal generará ingresos para el gobierno de Panamá, en el año fiscal 2024, por $us 2.471 millones.

Para el año fiscal 2025 se prevé un aumento en estos aportes, con estimaciones que ascienden a los $us 2.789 millones, demostrando la solidez y eficiencia de la administración del canal.

Considerando los beneficios comerciales y económicos que representa la promoción e inversión en logística, actualmente se desarrolla el puerto de Chancay, ubicado en la provincia de Huaral, en la región de Lima, Perú. Chancay cuenta con modernas instalaciones portuarias que permiten la carga y la descarga de mercancías de manera eficiente.

Además, su ubicación estratégica lo convierte en un punto de partida para el transporte de productos hacia diferentes destinos tanto nacionales como internacionales, contribuyendo al desarrollo económico de la región y del país en su conjunto.

El Terminal Portuario Multipropósito de Chancay será inaugurado en noviembre y contará con la participación del presidente de China, Xi Jinping. Este puerto aspira a desempeñar un papel crucial como la principal conexión comercial de China en Sudamérica.

Los distintos puertos comerciales demuestran la necesidad de apertura a mercados internacionales, mejorando la interconexión entre economías. Es por eso que el comercio exterior es pilar fundamental en la estrategia de los países.

Rolando Kempff Bacigalupo es licenciado en Economía de la UMSA, académico de Número de la ABCE y presidente de la Federación de Empresarios Privados de La Paz (FEPLP).

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