Una mirada al cambio
Durante la cuarentena la interrelación entre las personas se ha visto facilitada con los distintos recursos que ofrece la tecnología.

En pocos meses nuestras vidas han cambiado radicalmente, respecto al hacer y pensar sobre el futuro. Con la inesperada llegada de un peligroso virus proveniente de Asia, que hoy en todo el planeta, ha perdido importancia el mundo político; y se cierne una sombra, en la que la luz asume contornos imprevistos y ambiguos, al igual que nuestro vivir actual.
Este tiempo viene cargado de dudas y preguntas acerca del futuro, cuyas respuestas no son nada concretas incluso para los países desarrollados, ya que la pandemia desatada por el coronavirus COVID-19, además de desestabilizar la vida humana, constituye un gran desafío para todos los ámbitos. Por tanto, son momentos en los que se requiere una “reinvención” social; vale decir, extraer los valores propios de las sociedades, sin olvidar que la realidad que exige importantes “cambios”, especialmente en la vida y el hacer del habitante.
Todas las naciones enfrentan el mismo desafío, pues es un hecho que el nuevo coronavirus no va a desaparecer fácilmente, y no se tiene claro el camino que seguirá la pandemia. Pero sí se puede afirmar que el COVID-19 ha disminuido la seguridad del sujeto, pero también el significado que produce su libertad de acción.
Independientemente de aquello, con esta terrible enfermedad y las medidas adoptadas para contenerla, la interrelación se ha visto facilitada con los distintos recursos que ofrece la tecnología (celulares, iphone, tablets, computadoras, televisores smart, entre otros) y las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Tik Tok, Zoom, etc.), para permitir el “encuentro” entre la ciudadanía.
Así, una vez que lo virtual ha ingresado de forma franca a nuestras vidas, el contacto intercontinental que podemos lograr hoy en cuestión de segundos no deja de sorprender. Y lo propio ocurre con los innumerables contenidos que se pueden transmitir o recibir, por ejemplo los videos sobre el coronavirus, las relaciones humanas, el medio ambiente, hechos graciosos, materiales educativos, de investigación y otros.
La necesidad de comunicación ha obligado a la población a aprender sobre tecnología digital, pues esta transformación del hacer y sentir humano promete un futuro en una franca vida en red. En esta medida, la generación y procesamiento de información se ha convertido en parte de nuestras fuentes de valor y de oportunidad para lograr grandes transformaciones.
Respecto al contacto personal tan reprimido en estos días, la historia y la vida cotidiana dan cuenta de que el ser humano nació con una relación directa con el espacio externo, y esa era la esencia de la ciudad efervescente de la que gozábamos hasta hace poco. Por tanto, la vida urbana juega un rol determinante en el devenir del ciudadano. Por ejemplo, la nueva vivienda o espacio habitacional no deberá dejar de lado su innovación, lo que sin duda constituye un hermoso desafío para los arquitectos. Para terminar, es evidente que la ciudad silenciosa que predomina gracias a la cuarentena ha sacado a relucir una cualidad con la que se deberá hacer frente luego a la nueva realidad: la creatividad, entendida como la fuerza más productiva y poderosa en el ingreso definitivo del planeta a la era digital.
Patricia Vargas, periodista