COVID-19, estigmatización y mezquindad
Es una vergüenza que las autoridades no hayan podido hacer respetar el derecho a la salud de los ciudadanos

Hace pocos días vivimos acciones violentas de rechazo contra personas infectadas por el coronavirus COVID-19 en Santa Cruz, Cochabamba, Oruro, La Paz y Potosí. Varios vecinos y personal de la salud pública (administrativos, paramédicos e incluso médicos), en su ignorancia, evitaron que los infectados reciban atención médica, por temor a que contagien a los enfermos y a quienes trabajan en los hospitales. ¿Dónde quedó la solidaridad humana con los enfermos?
Es una verdadera vergüenza que las autoridades no hayan podido hacer respetar el derecho a la salud de los ciudadanos contagiados, y que hayan permitido que una compatriota nuestra deambule, sin éxito, entre varios hospitales para ser atendida como correspondía. Se prometió enjuiciar a quienes bloquearon y cerraron las puertas de los hospitales, vociferando que harían vigilias. El Ministerio Público debería actuar de oficio contra estas personas que vulneraron las leyes y el derecho a la salud de nuestros compatriotas.
¿No podían explicar que la gran mayoría de los afectados no mueren si son atendidos a tiempo? Ante la falta de información precisa y formas de comunicación sencillas para dirigirse al pueblo, se ha generado un miedo desmesurado, una gran especulación y, sobre todo, el afán individualista del “yo solo tengo que salvarme”. Esta crisis social nos permite deducir que cada vez somos más individualistas y solo pensamos en lucrar. Los colegios médicos en general, salvo algún galeno excepcional, se aplazaron, porque no han sabido explicar con claridad qué es el COVID-19, cómo se manifiesta y, sobre todo, que la gran mayoría de los afectados se recuperan.
¿A quién recurrimos en esta coyuntura de virulización social extrema? Luego del golpe de Estado en noviembre de 2019, los médicos cubanos fueron echados del país sin contemplación y se rompieron las relaciones diplomáticas con Cuba. Hay que recordar que hace algunos años, la brigada médica cubana marchó en misión humanitaria al África para enfrentarse al virus del ébola, sin importarles la posibilidad de contagiarse, tal como sucedió.
Hace pocos días, la presidenta Áñez declaró que en esta lucha contra la pandemia del COVID-19 no hay ideologías políticas. ¿Será que el Gobierno de transición tendrá la modestia de disculparse por el acto mezquino que cometió contra el Gobierno cubano y le pida ayuda? El Interferón alfa 2B recombinante, desarrollado en 1986 por un equipo de investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba, fue utilizado por China exitosamente. Este antiviral ha resultado muy efectivo en el tratamiento contra el coronavirus surgido en Wuhan. Los especialistas cubanos informaron que no es una vacuna, pero que trabajan en una para atacar las distintas gamas de los coronavirus. Autoridades cubanas han manifestado públicamente que el Interferón alfa 2B está disponible a quien lo solicite.
Se habla de que están inventando una vacuna contra el COVID-19 en EEUU e Israel. Pero estoy seguro de que lo primero que están pensando en estos países citados es vender la vacuna y ganar mucho dinero con la enfermedad. Aunque China también ha informado que tiene lista una vacuna contra el COVID-19, y que será producida de manera masiva; ojalá llegue muy pronto al país. Aunque no se descarta que algunos ministros y sus allegados al Gobierno de transición digan “solitos nos enfrentaremos al COVID-19”, la cual sería una reacción típica de la mentalidad del colonizado que piensa que sabe todo, cuando en la realidad ocurre lo contrario. Wal phiñasiyistu Codiv-19 uka usuxa. Q’anq’a jaqinakaw China markaru apapxatayna uka usu sapxiwa. Ukhamata taqi jaqiru jiwayañataki.
* Es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.