El poder de la agricultura urbana y periurbana
La agricultura urbana y periurbana puede convertirse en una verdadera política de abastecimiento nacional
La agricultura urbana y periurbana (AUP) es una estrategia de desarrollo para la alimentación y la agricultura. Su aporte abarca dimensiones de la salud, del medio ambiente, de la educación y del bienestar. Por lo que es prioritario apoyar su consolidación y popularización desde todos los ámbitos de acción, en un esfuerzo global de lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza.
En Bolivia esta práctica es impulsada desde 2003, con un enfoque de promoción del huerto familiar como punto de partida para mejorar la nutrición y alimentación de familias de escasos recursos, y de contribución a la diversificación de sus economías. Pero los resultados han trascendido estos objetivos y el país acumuló valiosa experiencia en urbes tan disímiles geográfica y socialmente como son Cobija (Pando) y Sucre (Chuquisaca); así como en espacios catalíticos como El Alto (La Paz) y el Plan 3.000 (Santa Cruz).
Hoy varios son los desafíos que plantea este camino: el acceso a tecnologías, inversión para la mejora de infraestructuras, la diversificación de las estructuras de acuerdo a los contextos (invernaderos, casas de cultivo, carpas solares, cultivos verticales), la construcción de políticas públicas para su fomento, la institucionalidad, pero sobre todo hay que trabajar en los mercados.
Esto último es de primera importancia, porque acortando las brechas entre productor y consumidor se beneficia toda la población en muchos más aspectos que solo la alimentación. A saber: las verduras y legumbres que produce una familia en un huerto tienen un valor nutricional indiscutible, son alimentos sanos y saludables. Este tipo de producción también contribuye al medio ambiente, porque el sistema no requiere de grandes cantidades de agua para riego ni agroquímicos. La AUP tiene un componente social muy fuerte cuando pensamos que es una actividad que ocupa predominantemente a mujeres: más del 80% de los emprendimientos corresponde a madres de familia.
Por último, la incorporación de la práctica a contextos educativos ha demostrado ser una herramienta pedagógica de alto valor. De hecho, el vínculo con el sistema educativo es una veta que debe ser potenciada. Las escuelas que cuentan con huertos escolares son la prueba de que es posible e importante vincular la agricultura urbana y periurbana con la alimentación complementaria escolar y la educación nutricional, como paso lógico para mejorar la nutrición y la salud de la población en edad escolar.
Todas estas dimensiones las estamos acompañando actualmente desde la FAO con un proyecto que ve la necesidad de impulsar la producción de AUP hacia espacios comerciales que vayan más allá de los mercados tradicionales. Dar un salto del abasto (donde la oferta es abundante y no diferencia productos ecológicos de otros) a los hospitales que precisan de insumos de alta calidad nutricional; a los supermercados donde el comprador está dispuesto a pagar por el valor alimenticio y no solo por el precio; a los restaurantes donde se le puede dar un valor agregado al origen del alimento.
Ya se han logrado, por ejemplo, pequeños contratos para abastecer centros de distribución del subsidio de lactancia en Santa Cruz con buenos resultados y perspectivas para extender esta experiencia a nivel nacional. Con esto se aporta no solo a la salud pública, sino también a la creación de pequeños negocios familiares. La agricultura urbana y periurbana tiene el potencial para convertirse en una verdadera política de abastecimiento nacional.
Y de eso se trata, de explorar mercados y estrategias para que la población acceda a hortalizas y verduras frescas producidas bajo estándares garantizados de inocuidad, con beneficios tanto para productores como consumidores. Esto no solamente mejorará los ingresos de las familias agricultoras, sino también contribuirá a mejorar la salud y la nutrición de la población urbana que actualmente enfrenta problemas relacionados a la subnutrición y a la obesidad.
* Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia.