A las urnas el 10N
Más de dos tercios de los electores en España ven mal o muy mal tener que acudir de nuevo a las urnas.

Tras cinco meses de silencios, evasivas y sesiones fallidas de investidura para formar Gobierno en España, este martes se firmó el decreto de disolución de las cortes y la convocatoria a nuevas elecciones el 10 de noviembre. Será la cuarta elección en cuatro años en aquel país. No parece que el próximo escenario postelectoral sea muy distinto: ningún partido tendrá mayoría para gobernar en solitario.
Las elecciones generales del 28 de abril reafirmaron el fin de ciclo del sistema bipartidista en España, que permitía gobiernos mayoritarios ora del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ora del Partido Popular (PP). Con la emergencia en 2015 de nuevas fuerzas políticas como Podemos y Ciudadanos, y ahora Vox desde la extrema derecha, se configuró un escenario de multipartidismo con dispersión del voto, incluidos varios partidos con presencia en las autonomías. La evidencia muestra que para formar gobierno se requiere pactar.
Debido a la proximidad de las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo, en un primer momento primó el cálculo estratégico y los partidos postergaron cualquier acercamiento a reserva de los resultados de la nueva votación. La situación no cambió de manera sustantiva, pero la espera se prolongó otros dos meses hasta la doble sesión de investidura de julio. El PSOE de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, esperó hasta el final para tentar algún acuerdo. Y fracasó.
La posición inamovible del PP y de Ciudadanos de no viabilizar con su abstención la investidura de Sánchez mostró que la salida dependía de una alianza entre las izquierdas. Pero hubo trampa: el PSOE ofrecía un gobierno “de cooperación”, que en rigor era un gobierno con apoyo programático en el Congreso; y Unidas Podemos, de Pablo Iglesias, exigía un gobierno “de coalición”, con distribución de responsabilidades en el Ejecutivo. Hubo ofertas de ida y vuelta, pero fueron insuficientes.
Así, la falta de voluntad política para lograr un acuerdo que despeje el bloqueo derivó en lo que se venía anticipando: sin un candidato, en este caso Sánchez, que cuente con los apoyos necesarios en el Congreso, solo quedaba volver a las urnas. Se espera así que el 10 de noviembre la ciudadanía con su voto resuelva lo que los líderes partidarios no pudieron, o no quisieron, encaminar en cinco meses. Las encuestas muestran que el PSOE ganará sin mayoría de votos ni de escaños: necesitará acuerdos.
¿Qué dicen las y los ciudadanos españoles? Un reciente sondeo publicado en El País revela que el 90% están decepcionados, enfadados o preocupados por la repetición de la elección debido a la parálisis política. Y más de dos tercios ven mal o muy mal tener que acudir de nuevo a las urnas. Peor todavía: la mayoría considera que el funcionamiento de la democracia se ha deteriorado en estos meses. Hay desmovilización. No se sabe aún si se expresará en abstención relevante el 10N. Corre convocatoria.