Francia-Inglaterra, inclusive
Colombia bordeó la gloria y la injusta derrota, y en esas circunstancias siempre apareció Mina.

Alemania y Brasil, finalistas. ¿Era posible que no se cruzaran antes? Quizás. Pero al comienzo del Mundial Rusia 2018, ambas selecciones tenían la performance necesaria como para pelear por el trofeo, sin dejar de lado a Argentina, España, Inglaterra, Bélgica, Portugal, Uruguay y Rusia, en ese orden. Y miren cómo quedaron en el camino, contra todo pronóstico y la ilusión de sus millones de seguidores en el mundo.
Como ellas, otras selecciones. Nada más en el primer partido, México humilló al campeón y Corea del Sur terminó —otra vez contra todas las apuestas— sepultándola y privándonos así de la magia de Neuer, Kroos o Müller.
Argentina, otra de las favoritas, sucumbió con la inseguridad de Caballero, con el escarnio injusto contra Messi y con el despropósito de Sampaoli, al punto de ceder las decisiones propias al camarín. Pudo ser el Mundial de Messi si es que los restantes 10 jugadores engranaban tan bien con él como lo hacen en el Barcelona español.
En Portugal fueron solo una ilusión los tres goles de Ronaldo contra España. Al 7 del Real Madrid le faltó equipo para consagrase en Rusia, de donde retornó sin gloria y con las puertas abiertas para su partida del club madrileño que acogió su éxito.
España fue la más golpeada. Nunca pudo reponerse de la salida intempestiva de Lopetegui, la improvisación técnica de Hierro y las manos de cera de De Gea. Una pena de selección para la despedida del interminable Iniesta.
Uruguay ilusionó hasta que Cavani se lesionó. Fue el equipo más regular de los sudamericanos, incluso por encima de Brasil en la primera fase. Se fue aclamado, con una envidiable garra, un solitario Suárez, una triste sentencia de Muslera y la sabiduría de su eterno técnico, el maestro Tabárez.
Colombia siempre bordeó la gloria y la injusta derrota, y en esas circunstancias siempre apareció Mina con goles de cabeza sobre el límite del partido. El último solo sirvió hasta los penales ante Inglaterra, que causó desazón en el país y lágrimas en su jugador ausente e impotente, James.
México tuvo la mala suerte de toparse en octavos con un envalentonado Brasil y un recuperado Neymar. La revancha verbal de Guardado con el 10 brasileño quedó solo para la anécdota: ambas selecciones se fueron a casa, lo que dejó a Rusia 2018 en una especie de solo Eurocopa.
Los culpables fueron Bélgica, de Courtois, Lukaku y el sorprendente Hazard; Croacia, del heroico Subasic, Rakitic y del líder Modric; Francia, del inesperado Pavard, del decisivo Griezmann y de la revelación del momento, Mbappe, e Inglaterra, del consagrado Kane, que apunta a ser la “bota de oro” del Mundial Rusia 2018; tiene hasta el momento seis goles con su firma.
Francia tiene, ahora, grandes posibilidades de consagrar a Mbappe, cuya velocidad fue un factor clave en su camino. Se medirá con Bélgica, cuyos antecedentes son todos los partidos que jugó ganados y la eliminación en sus manos (pies) de Brasil.
Kane puede llevar a los ingleses a la gloria, pero tendrán al frente a una inesperada Croacia. Francia-Inglaterra quizás sea una final, aunque este torneo ha mostrado que las grandes selecciones no siempre estuvieron a la altura de sus viejos logros.
Lo sabremos el domingo. Corren las apuestas. Lo cierto es que los shows de Maradona terminaron, como las estrepitosas caídas de Neymar, la tristeza de Messi o los lamentos de Iniesta en el césped.
Hay fútbol para disfrutar todavía, para alegrarse de victorias ajenas; hay homenajes aún que entregar por esas estrellas que quedan en la lejana Rusia.