Criptomonedas
Para Belfort, se trata de ‘una gigantesca estafa que está por explotar en la cara de muchísimas personas’.

En los últimos meses, el valor de las criptomonedas, o monedas virtuales, se ha incrementado exponencialmente, lo que a su vez ha contribuido a aumentar su demanda en la mayoría de los países, y por ende, también su precio. Esto, pese a las prohibiciones que pesan sobre estas divisas y las advertencias que han formulado autoridades y especialistas financieros al respecto.
Por ejemplo, si bien las transacciones con este tipo de divisas están proscritas en el país, según se consigna en una nota publicada el lunes en este diario, en las redes sociales (principalmente en Facebook) existen al menos 65 grupos conformados por ciudadanos bolivianos en los que se puede comprar y vender bitcoin, la criptomoneda más conocida que se cotiza actualmente en torno a los $us 14.800 la unidad; junto con otras como el ethereum, que en 2017 se revalorizó un 2.400% frente al dólar.
Al respecto huelga recordar que la principal diferencia respecto a las divisas convencionales es que las criptomonedas no están reguladas por los gobiernos, los grandes bancos o los fondos de inversiones, sino por inversionistas privados; se pueden acceder a ellas a través de internet (se estima que por la red circulan más de 700) o firmas de intercambio; y tienen valor porque la gente está dispuesta a intercambiarlas por bienes, servicios reales o dinero en efectivo, aunque la gran mayoría las utiliza como una inversión. De hecho, el valor del bitcoin se disparó a partir de 2013 tras el “corralito” de Chipre, durante el cual se cerraron las oficinas y depósitos bancarios y esta divisa virtual pasó a ser una suerte de “refugio” para los inversores, como lo ha sido el oro en distintas ocasiones. En la actualidad el capital estimado del bitcoin ronda los $us 160.000 millones, superior a la de grandes empresas como General Electric, según estimaciones de firmas como Pension Partners. A pesar de ello, numerosos analistas y autoridades consideran que en realidad se trata de una burbuja financiera (quizás la mayor de la historia), en tanto su valor no está respaldado por ninguna institución financiera pública o privada. En palabras de Jordan Belfort, excorredor de bolsa que pasó 22 meses en la cárcel por fraudes financieros y cuya historia inspiró la película El lobo de Wall Street (protagonizada por Leonardo Di Caprio), se trata de “una gigantesca estafa que está por explotar en la cara de muchísimas personas”.
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, comparte este parecer, a tiempo de aclarar que la principal razón del crecimiento de las criptomonedas se debe al hecho de que existen personas que desean sortear los controles, cada vez más rigurosos, de la banca internacional para poder participar en actividades ilícitas como el lavado de dinero o la evasión fiscal. De allí que a su parecer deberían ser controladas, y cuando esto ocurra, carecerán de valor. Interesantes consejos que ciertamente no debe-rían pasar desapercibidos.