Campañas electorales
Las redes sociales constituyen un nuevo espacio de relevancia mediática electoral
El Tribunal Supremo Electoral ha dado luz verde al inicio de la campaña electoral. De inmediato, los diferentes frentes políticos en carrera han empezado sus respectivas maniobras para seducir al electorado. Por regla general, el arranque de campaña (así como los cierres) se materializan en sendas concentraciones; mientras más concurridas, mejor.
Los políticos entienden estos eventos como una oportunidad para demostrar su poder de convocatoria y su fuerza electoral. Por este motivo, la ciudadanía fue testigo de varias manifestaciones electorales en el transcurso de la semana que termina. De manera simultánea, en una sociedad cada vez más mediatizada, la exposición de los candidatos en los medios de comunicación se multiplica en época electoral.
A través de estas acciones, los postulantes buscan hacerse conocer por la población, aspirando a convertirse en referentes políticos que orienten la opinión pública en tiempo de campaña; y luego, si resultan victoriosos, a orientar los destinos del país y sus regiones. A su vez, los medios procuran generar y proporcionar la mayor cantidad de información posible, para que la población pueda tomar decisiones de manera responsable, barajando los pros y contras de los diferentes frentes en contienda.
La propaganda electoral en las calles, en los medios, en los espacios de interacción cotidiana y —más recientemente— en las redes sociales constituye un tercer elemento de relevancia mediática en la época electoral. De hecho, la explosión de las redes sociales que se percibe en los ámbitos urbanos ha modificado algunos patrones culturales relativos a la interrelación entre conocidos, colegas y —más allá de eso— amigos virtuales a los que muy probablemente el internauta no llegue a conocer, pues se trata de gente conectada en red pero físicamente muy remota.
Así, las redes sociales permiten a la ciudadanía conocer lo que está pasando en la esfera política de Egipto, Turquía, España o Brasil, pero además les dan la posibilidad de opinar sobre los acontecimientos que se desarrollan más allá de nuestras fronteras. Al respecto, existen estudios que sugieren que la participación en internet hace a las personas particularmente proclives a opinar más libremente y de más temas, puesto que no se enfrentan a la reacción que podrían tener lugar en reuniones presenciales.
De todos modos, la participación ciudadana en las redes es todavía muy incipiente en nuestro país, ya que la sociedad mantiene una fuerte cultura de hacer la política en las calles. En todo caso, el empuje de las nuevas generaciones, los nuevos patrones culturales de consumo y los esfuerzos que se hagan desde las diferentes tiendas políticas por copar las redes sociales harán que propios y extraños asuman este espacio virtual cada vez con más interés.