Estafas inmobiliarias
Los delincuentes se aprovechan de la ingenuidad de las personas que buscan un anticrético.

El último reportaje de Informe La Razón advierte sobre la gran cantidad de personas que han sido estafadas por intentar tomar en anticrético un inmueble. No se trata de un fenómeno nuevo, sin embargo, el número de casos se ha incrementado en los últimos años. Lo que debiera servir como una alerta para quienes ponen en riesgo su capital en este tipo de transacciones.
Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 54% de las familias que habitan en zonas urbanas del país carecen de vivienda propia. Situación que los obliga a tomar un anticrético o bien a alquilar un inmueble. Naturalmente la mayoría prefiere la primera opción, pues les permite conservar su capital.
No obstante, esta figura es cada vez más escasa, y quienes encuentran una vivienda en buenas condiciones ofertada en anticrético se apresuran a tomarla, entregando en tal sentido un adelanto, teniendo como contraparte tan solo la palabra del oferente plasmada en un recibo o bien un documento que puede ser apócrifo. Una vez que la víctima desembolsa un anticipo, que puede ser hasta el 50% del monto total, los estafadores inventan excusas para postergar la entrega del inmueble. Lapso que suele ser aprovechado para engañar a más personas. Cuando la situación se vuelve insostenible, los delincuentes huyen con el dinero de las víctimas.
Esta es una de las seis formas de estafa en esta clase de transacciones detectadas por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC). Se trata de una peligrosa combinación entre necesidad, escasez e ingenuidad, que está siendo aprovechada por gente inescrupulosa para quedarse con el ahorro de otros.
Otra forma bastante extendida es la de ofrecer bienes inmuebles que están hipotecados. En este caso, los dueños a veces prefieren huir con el dinero de los anticresistas sin honrar la deuda financiera que tienen. Y cuando el banco procede a incautar el inmueble, el inquilino se queda sin soga ni cabra. La mejor forma de prevenir este te tipo de engaños es asegurarse de que el inmueble no esté hipotecado e inscribir el anticrético en Derechos Reales, para evitar que la vivienda sirva de garantía para un préstamo en el futuro.
Solo en 2012, la Policía registró 63 estafas de esta naturaleza en La Paz, y se estima que muchas otras no fueron denunciadas. En 2013, esta cifra subió a 115, 82% más. Los afectados ahora no solo carecen de una vivienda, sino que además han perdido sus ahorros. Incluso algunos han contraído deudas para pagar el anticrético.
Por estos y otros motivos, la justicia no se puede mostrar indolente con este tipo de delincuentes, que muchas veces truncan proyectos de vida. Urge establecer sanciones más duras (la ley contempla solamente entre uno y cinco años de cárcel, se haya estafado a una o a mil personas), pero también medidas que garanticen la recuperación del capital de las víctimas.