Cuidar a los niños es responsabilidad de todos
El cuidado de las personas dependientes debe ser compartido entre el Estado, la sociedad y las familias

Quién se responsabiliza por la provisión de cuidado a las personas que requieren de atención integral como los niños y niñas, adolescentes, adultos mayores, discapacitados y enfermos? La respuesta parece obvia: las familias y especialmente las mujeres. Aunque esta es la realidad en Bolivia y en muchos países, esta situación esconde serios problemas, tensiones y conflictos sociales que ya no pueden seguir ignorados en el debate político.
A más de tres décadas, las feministas y los movimientos de mujeres vienen visibilizando las tendencias irreversibles de las transformaciones familiares, sociales y económicas que demandan nuevas formas de organización social del cuidado. Asistimos a la pérdida de importancia relativa de la familia biparental, compuesta por un papá proveedor de recursos económicos y una mamá disponible a tiempo completo para proveer cuidado en el hogar. De la misma manera las familias se diversifican con el aumento de la familia monoparental con jefatura femenina y la familia biparental donde ambos cónyuges comparten la responsabilidad de proveer ingresos.
El conflicto entre vida laboral y familiar que viven todas las mujeres, pero más dramáticamente las mujeres de los estratos sociales menos favorecidos, les restringe el derecho al trabajo y a la educación en igualdad de condiciones, al mismo tiempo que condena a sus niños, niñas y adolescentes a arreglos precarios de cuidado y protección. Un círculo vicioso a través del cual se reproduce la desigualdad y la pobreza de una generación a otra.
El problema social del cuidado no se restringe a la democratización de los roles al interior de la familia y los cambios culturales para superar la discriminación de género en el mercado laboral. Incluye el cuestionamiento del supuesto de que las familias/comunidades (léase mujeres) deben ser las únicas responsables de proveer cuidado. La nueva pregunta que propone las feministas y los movimientos de mujeres es: ¿Quiénes deben responsabilizarse por la provisión de cuidado a las personas dependientes, especialmente a los niños y adolescentes, frente a los cambios que están viviendo las familias, las sociedades y los mercados laborales? La respuesta es contundente: la responsabilidad debe ser compartida entre el Estado, la sociedad y las familias.
En este nuevo marco, el movimiento feminista, las organizaciones de mujeres, estudiosos y organizaciones comprometidas con los derechos de la infancia, entre otros actores sociales proponen la implementación de políticas públicas orientadas a la transformación de la organización social del cuidado con base en el principio de la corresponsabilidad entre familia, sociedad y Estado. De tal manera que las familias y las comunidades tengan las condiciones y apoyos institucionales adecuados para llevar a cabo el trabajo de cuidado y protección a los niños, niñas y adolescentes independientemente de su condición socioeconómica.
Propuesta que se orienta al fortalecimiento de un estado de bienestar con el reconocimiento explícito del derecho al cuidado en el conjunto de los derechos sociales —educación, salud, vivienda, empleo y seguridad social. La explicitación de esta dimensión de derecho reorienta la coordinación de las políticas sociales y económicas para el ejercicio efectivo de los derechos ya establecidos (educación, salud, seguridad y empleo) y, por lo tanto, plantea un cambio en el marco conceptual de las políticas sociales para enfrentar integralmente los problemas de pobreza, violencia y desigualdad social. Cuidar a los niños es responsabilidad de todos.