Taller ‘Ser y Estar’
Este año, los actores dejan su voz para que sea el cuerpo el que tome la palabra.
Cuando el desencuentro y la confrontación agudiza, el silencio es perfecto para expresarse. Es así que el Taller de Teatro Ser y Estar —dirigido por la reconocida teatrista Pati García— presenta la obra BLOQUE (porque ante todo lo vivido nos quedamos sin palabra).
La obra —dirigida por García, con Diego Ayala en el diseño de iluminación y Daniela Gandarillas a cargo de la fotografía, el arte y el diseño gráfico— se presentará el miércoles 18 de diciembre a las 20.00 en el Teatro Nuna (C. 21 de Calacoto 8509, parada PumaKatari). Las entradas están a Bs 40 y se venden en superticket.bo.
La obra es resultado de la sexta versión de este taller, profundizando el ser, la relación entre el cuerpo y el espacio y el estar en el vacío, explica García. Está inspirada en el conflicto actual de tratar de definir el “ser boliviano”.
En la obra actúan: Nirvana Artieda, Richi Barrientos, Willy Bernal, Stephy Cuevas, Ariel Duranböger, Ismael Franco, Alexandro Gálvez, Patricia García, J. Pablo García, Pacho Góngora, Mateo Gonzales, Mary Leisy Hernández, Lore Iturralde, Avril León, Paola León, Pame Manríquez, Daniela Montaño, Mauri Núñez, Cami Peralta, Arce Prado Pérez Camila, Orlando Quispe, Mario Revollo, Amanda Rico, Vale Rosales, Fabiana Taboada, Kathy Trujillo, Denisse Uría y Cecilia Uriona.
Para conocer mejor los alcances de este taller anual de teatro, presentamos seis testimonios de artistas que participaron en él.
Carlos Morales
Si vemos al Ser como una manifestación particular de nuestra esencia e individualidad, y el estar como la capacidad de atravesar el aquí y el ahora desde esa expresión única, ¿qué realmente quiere decir Ser y Estar? Desde mi perspectiva, esta es la pregunta que Pati García, con intuición y riesgo, aspira a responder por medio del teatro. Una cosa es ser y estar en la cotidianidad, otra cosa es, cuando en el escenario nos enfrentamos con la palabra del otro y su necesidad de expresar. Es ahí donde entramos en un conflicto entre lo que es propiamente nuestro y lo que le pertenece al otro. El “Ser y Estar” nos brinda la oportunidad de resolver este conflicto a través de la escucha de nosotros mismos, permitiéndonos sentir y explorar como esa palabra toca nuestra propia fibra; así como la de incorporar a la experiencia elementos de nuestro mismo entorno. Con esta consciencia e introspección se hace posible transmitir la urgencia del otro con una fluidez que emerge de la honestidad y la naturalidad, sin enredarnos en el “cómo debería ser”. Con este enfoque quedamos susceptibles a la magia de cada día y abiertos a descubrir capas más profundas de nosotros mismos.
Paolo Mariaca
Me inscribí a la primera versión de un taller con un concepto muy lindo, el ser y el estar de un actor. Un taller express de dos días que me hundió en una terrible frustración con ganas de retirarme para siempre de la actividad teatral (algo que mis padres hubieran festejado como si de recibirme de ingeniero se tratara). Ese golpe de realidad me llevó con determinación a inscribirme a la primera versión semestral y permanente del “Ser y Estar” dictado por Pati García. Participé consecuentemente de cuatro versiones más, ya que cada una me revelaba más cosas sobre mí y esta que ya consideraba mi carrera. En el transcurso de cinco semestres me deshice de (casi) todas mis capas, escudos y máscaras, reencontrándome con mi oficio. El proceso que atraviesa cada estudiante es único y propio.
Aprendí que un actor no crea personajes, un actor desde su Estar encuentra una voz, utilizando el cuerpo como un instrumento que toca como notas las palabras propuestas por el dramaturgo —según resuenan por dentro y de modo exclusivo— con un ritmo que el director ayuda a establecer. Llegando de esa manera a Ser, con una honestidad que el público siempre agradecerá. Es la mejor decisión que tomé en mi vida.
Mariana Torrico
El taller Ser y Estar ha abierto para mí una puerta a lugares que no necesariamente tienen que ver solo con el teatro. Al principio no entendía nada, porque estaba racionalizando todo y quería hacerlo bien. Con el tiempo aprendí que tengo que dejar de esforzarme por ser alguien que no soy, me dejé observar, me miré con menos juicio, escuché más e intenté hacer lo mismo con el otro. Pude valorar el instante, ese presente que casi nunca es como uno quiere, solo es y está bien así.
Pasar por el taller me ha enseñado la importancia del proceso, sin importar el final. Ha sido un espacio de encuentros con personas valiosas con las que he vivido experiencias que nos han sorprendido y nos han llevado a lugares inesperados. El trabajo es siempre desde uno, siendo lo más honestos con nosotros mismos, aunque eso nos incomode. Tomar todo lo que nos atraviesa en la escena, hacerlo propio y desde ahí transformar (nos). Solo el hecho de estar consciente de todo esto ya es un regalo enorme, un aprendizaje que no terminará nunca y que me acompañará en cada paso que dé en el teatro y/o en la vida, que al final, son un reflejo el uno del otro.
Ismael Franco
Ser y estar son palabras fundamentales en nuestra lengua y nuestra vida, pero pueden ser muy confusas a la hora de definir una escuela teatral. Partir de lo que uno es en el aquí y el ahora, sin máscaras ni personajes, sin emociones falsas o pasadas, fue un reto personal muy grande siendo que, de forma recurrente, he asistido a la interpretación como forma de escape y desconexión.
La entrega que experimentamos en el taller es pura expresión de honestidad. Todas nuestras carencias, limitaciones, virtudes, conductas y reacciones pueden ser puestas en evidencia con el solo hecho de transitar en el espacio definido. Ahí el riesgo máximo, pero también, el mayor disfrute.
Gozamos de ser vistos sin más recursos que nosotros mismos. Y nuestra principal consigna es conectar, tanto con el espacio, como con quienes se encuentran dentro, y con quienes nos observan.
El beneficio principal que he encontrado en el taller no radica en la técnica actoral, sino en el ejercicio de escucha del y con el otro. Reconocer nuestra vulnerabilidad, definitivamente, es un acto de coraje.
Avril Micaela, León Revollo
En el taller pude encontrarme con esos aspectos que solemos negar; esas características íntimas que no admitimos, por miedo, dolor o vergüenza. Enfrentarme a mí misma y redescubrir que amo el teatro, por sus infinitas posibilidades; el estar en escena con mi propia presencia y cargar mi ser mostrándolo al mundo orgullosa de lo que soy con mi pasado, mis sueños y mi presente, que me configuran como el ser único que soy, jugando con personas que creen en lo mismo. El taller te permite el choque contigo mismo y con otros seres que crecen con su propio proceso y tiempo, pero crecen a tu lado, seres que se descubren y te ayudan a revelar esa criatura, mezcla de todas las vivencias, que llevas dentro.
En el taller encontré amistad, diversión, evolución y crecimiento personal a través de lo que más amo, el teatro, además de fortalecer la idea de vivir solo de este arte y tener la seguridad de que estoy en el camino correcto de mi vida, no porque sea buena o mala haciendo teatro, sino porque es lo que amo hacer.
Alexandro Galvez
“Sinceridad” es la palabra que define el taller actoral Ser y Estar de Patricia García. Cada ejercicio es un trabajo profundo con el ser interno y es desde este espacio personal que buscamos constantemente el ser auténticos en escena, personalmente creo que este punto es lo más difícil de alcanzar, pues el estado del alma es una forma que cambia continuamente y atravesar este espacio es develarse a uno mismo sin ningún tipo de capa, es mostrarse desnudo ante el público y llegar a ello es un viaje de investigación personal que lo compartimos entre compañeros de sala; nos resistimos, nos abrazamos, nos contenemos y todo ello ha construido en nosotros lazos de amistad profunda.
En este último taller estamos revitalizando la forma del cuerpo y su expresión, hemos casi abandonado la palabra para que el cuerpo sea la voz del actor y este también es todo reto, pues muchos estamos acostumbrados a tener un libreto en mano. Para quien quiera formarse actoralmente y seguir descubriéndose como ser humano, éste es el taller.