Suaznabar, entre el sueño y la lucidez
El artista boliviano radicado en Canadá expone en la capital estadounidense.

Años de trabajo constante, de evolución “lenta y pausada” son los que Marcelo Suaznabar, artista orureño radicado en Canadá, muestra en Sueños lúcidos, no como resultado final, sino como continuación de este proceso “que mantiene la esencia, pero incorpora nuevos elementos con el pasar del tiempo”, señala el artista.
El título de su exposición — inaugurada el 10 de septiembre en la galería del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, Washington, EEUU) y por la que Suaznabar fue elegido como artista destacado de este mes en esa institución— hace referencia a esos momentos en los que “el soñador es consciente de estar en un estado de sueño y, sin embargo, puede afectarlo y controlarlo”, describe Ashley Johnson, curadora de la muestra.
Y es que el sueño es uno de los temas esenciales en la obra de Suaznabar. Para él este es una “llave para poder imaginar despierto”, Así, el espectador se ve invitado “a participar en estas metáforas visuales que habitan su espacio como si existieran, pero que no están limitadas por las reglas de la realidad objetiva”, indica Johnson, quien reflexiona sobre cómo estas pinturas desafían la lógica y lo aparente de la vida.
Esta muestra pasó por varios procesos de evaluación que se remontan a meses atrás. Primero la cónsul de Bolivia en Washington, Natalia Campero, recomendó la obra. Luego, Mónica Medina-Porro, directora del espacio, y su comité de selección, la aprobaron.
“El hecho de que una vez al mes haya un artista destacado para representar a su país es una oportunidad abierta a todos”, señala el creador nacional.
Él se siente muy contento de haber sido elegido y menciona que esto se debe a que ha logrado “un lenguaje homogéneo, en el que estuve insistiendo, lo que me permite crear un mundo de caracteres que no existen y darles forma”. Para la curadora, estos personajes tendrían a veces una mirada bondadosa y otras se “dominan entre sí sexualmente”. Estas figuras híbridas y extrañas mirarían a la naturaleza con un lente “absurdo y surrealista”.
Esto, señala Johnson, se logra porque el artista usa una técnica especial: una capa base “texturizada como un yeso bruto en una pared” y coloca los colores más fuertes emanando del fondo. Lo que le da a ese universo un “atributo de planitud sobre el cual la ilusión se materializa”.
Así “hay una cualidad inquietante en estas obras. La experiencia es como mirar a la mente del universo, ver una realidad cuántica que desafía la realidad. Nos damos cuenta de que vivimos en una zona liminal donde la realidad es realmente ‘inventada’ por el espectador”, finaliza la experta.
La muestra no podrá ser traída a Bolivia todavía, pues luego de esta exposición, que estará disponible hasta el 3 de octubre, llegará a Monterrey (México).
Son 17 años los que el artista vive en Canadá. Como él señala, su acogida en ferias y exposiciones internacionales ha sido siempre buena. Su pintura, así, permitiría al espectador soñar y Washington podrá hacerlo ahora.