En promedio, cada cuatro días una mujer es víctima de feminicidio en el país
Esta cifra, pero además la saña que emplean los feminicidas, desnuda los casos de violencia extrema de género en Bolivia.
De enero a octubre de este año hubo 76 feminicidios en Bolivia.
Imagen: redes sociales
En promedio, cada cuatro días muere una mujer en el país a manos de su pareja o de un miembro de su familia. Entre el 1 de enero y el 30 de octubre de este año se registraron 76 feminicidios, según la Coordinadora de la Mujer-Observatorio de Género.
Esta cifra, pero además la saña que emplean los feminicidas, desnuda los casos de violencia extrema de género en Bolivia.
Esta situación es alertada por la Coordinadora de la Mujer, que desnudó las graves falencias en las instituciones del Estado al desproteger a las mujeres ante los ataques machistas.
Ello luego de conocerse el feminicidio contra dos mujeres, quienes fueron asesinadas con saña por sus exparejas, luego de negarse a retomar la relación. Hechos ocurridos en octubre.
“Si bien en abril se registró el mayor número de feminicidios, estos últimos casos de octubre, el mes de las mujeres en Bolivia, fue crítico. Pues se registraron hechos de violencia con absoluta crueldad. Kamila que recibió 39 puñaladas y pocos días después, Amalia que murió por 61 puñaladas”, señaló a La Razón la directora ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, Tania Sánchez.
Con múltiples puñaladas y delante sus compañeros, Kamila, de 23 años de edad fue asesinada en Caranavi, municipio del norte de La Paz. La joven estaba en un aula de la Unidad Académica dependiente de la Escuela Superior de Formación de Maestros, cuando su feminicida la atacó a cuchillazos hasta quitarle la vida.
DATOS
De acuerdo con datos del Ministerio Público, Kamila y Marco Calle Huanca tenían una relación por al menos tres años. La mañana del 15 de octubre, la joven acudió de manera normal a clases; en una de las aulas la aguardaba el feminicida y poco después la atacó.
Antes de ser brutalmente asesinada, Kamila era víctima de acoso constante del asesino, según relató la madre de la víctima.
El fiscal provincial de Caranavi, Limberth Arredondo, informó que Kamila era acosada por Calle y que le tenía miedo; al extremo que incluso había analizado la posibilidad de dejar sus estudios.
También puede leer: Al tercer trimestre de 2024, Bolivia registra 69 feminicidios y 27 infanticidios
Así, a Kamila le truncaron sus proyectos de ser profesional. Además, un niño quedó en la orfandad.
Siete días después del feminicidio de Kamila, otro crimen conmocionó al país. Amalia fue asesinada con 61 puñaladas. El crimen sucedió en la comunidad de Ancuaque, municipio de Coro Coro, provincia Pacajes, departamento de La Paz. El asesinado, luego del hecho, se dio a la fuga y días después fue hallado sin vida.
De acuerdo con datos del observatorio basados en las cifras del Ministerio Público, en enero de este año se registraron 5 feminicidios; en febrero, 7; marzo, 4; en abril se registró el mayor número de casos con 11; mayo, 8.
Junio fue otro mes crítico de muertes de mujeres con 10 casos; julio, 6; agosto, 9, septiembre 8 y octubre, 8. (Ver cuadro).
De esa cifra, el 62,5% de las mujeres murieron a manos de sus parejas; el 15,3%, de sus exparejas; el 6,9%, el autor fue de su entorno familiar; otro 6,9% sin determinar y el 5,6% murieron a manos de amigos.
EDAD DE LAS VÍCTIMAS
Respecto de la edad de las víctimas, los datos de la Coordinadora de la Mujer muestran que cinco víctimas tenían entre 10 y 20 años de edad; 40, entre 21 y 30 años; 21 de 31 a 40 años; 5 tenían entre 41 y 50 años y 5 víctimas tenían entre 51 años y más.
Estos datos muestran que la mayor cantidad de víctimas de feminicidio fueron mujeres de entre 21 y 30 años de edad seguidos de las e 31 a 40.
“Las víctimas son jóvenes. Lamentablemente no se está trabajando como se debiera en el respeto a la vida. Vemos que hay un sentimiento de adueñidad con respecto a las víctimas. Esto nos dice cómo lo que se transmite en medios no está ayudando a respetar la vida de todos y todas, particularmente en gestión emocional”, consideró Sánchez.
¿Será necesario modificar la Ley 348 Para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia? Para Sánchez, el problema no es la norma sino su implementación y el acceso a la justicia “donde están las debilidades”.
“La prevención, sanción y reparación en casos de violencia no está funcionando. Y de ellos son responsables varias instancias, desde las unidades educativas, instancias de género de cada uno de los niveles, incluidos medios de comunicación. Hay impunidad, falta de capacitación, de operadores de justicia”, señaló.
Afirmó que la falta de capacitación a operadores de justicia, a servidores públicos de los servicios legales integrales municipales (Slims); Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), además de la falta de asignación de recursos para enfrentar esta problemática, entre otros, son los que debilitan la aplicación de la Ley 348.
INFORME
Hace más de 15 años, la mayoría de los países de la región reconocieron la gravedad de la discriminación y la extrema violencia feminicida ejercida sobre las mujeres y niñas y, en este contexto, aplican leyes y protocolos e intentan construir una institucionalidad para frenar este fenómeno.
Sin embargo, y pese a todos estos esfuerzos, “el feminicidio o femicidio persiste como una realidad y no se observan señales claras de que el fenómeno vaya en disminución”, afirma el estudio: “Poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas”, elaborado en 2021 por la Cepal (Comisión Económica para América Latina).
Las mayores tasas de femicidio o feminicidio en América Latina se registraron en Honduras, con 4,6 casos por cada 100.000 mujeres; la República Dominicana, con 2,7 casos por cada 100.000 mujeres y El Salvador, con 2,4 casos por cada 100.000 mujeres.
Bolivia se encuentra en cuarto lugar entre 18 países con 1,8 casos por cada 100.000 mujeres. Detrás está Brasil con 1,7 casos por cada 100.000 mujeres.
En este contexto, el estudio recuerda que “lograr la autonomía y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en toda su diversidad es un compromiso que los países de la región asumieron en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.