Más laboratorios y mayor capacidad de diagnóstico permitirán evaluar mejor el estado del COVID-19 en Bolivia
La capacidad de reacción ante los casos positivos y el cálculo de la tasa de letalidad dependen en gran parte del número de pruebas que se apliquen a la población sospechosa y en contacto de riesgo.

Hasta este viernes 3 de abril, 139 personas han dado positivo al COVID-19, el patógeno transmisor de la pandemia que ya se ha cobrado 10 vidas en Bolivia.
Los estudios de laboratorio para detectar o descartar la presencia del virus en el humano son más que una referencia cuantitativa, deberían permitir dos acciones vitales: por un lado facilitar una reacción inmediata para el asilamiento tanto del paciente como de su entorno, y por otro, otorgar con mayor certeza un diagnóstico general de la expansión de la enfermedad y su tasa de letalidad.
De inicio, solo el Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (Cenetrop), en Santa Cruz, y luego el Instituto Nacional de Laboratorios en Salud (Inlasa), en La Paz, eran los únicos autorizados para realizar estos estudios. Esta semana, el Gobierno informó que los laboratorios del Seguro Universitario, de la Caja Nacional de Salud y del Seguro Policial serían incorporados al diagnóstico.
En esa línea, este jueves, gracias a una donación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), llegaron equipos e insumos para el fortalecimiento de la red de diagnóstico de laboratorios de referencia del COVID-19 de todo el país. La representante residente de PNUD en Bolivia, Luciana Mermet, explicó que con ello se multiplicará la capacidad de procesar las pruebas, “de 180 hoy en día, a cerca de 500 a 600 diarias”.
Precisamente el mismo día, Alfonso Tenorio, representante para Bolivia de la Organización Mundial de la Salud (OMS/OPS) había expresado su preocupación por el escaso número de estudios que se practican en el país, un hecho no ajeno a otras naciones –indicó–, pero que puede ayudar a explicar el porqué de la alta tasa de letalidad en Bolivia, que es del 6,5%, por encima de Paraguay (4,3%), Brasil y Perú (3,5%) y Ecuador (3,4%) y muy lejos de Chile (0,5%).
“Vemos que en Bolivia la letalidad es alta porque hay pocos diagnósticos, creemos que es eso. Lamentamos las pérdidas, pero el país está en el rango mundial, no hay ninguna sorpresa, y a medida que lleguen los diagnósticos esto cambiará”, dijo a través de una videoconferencia.
A Tenorio le preocupa que portadores asintomáticos del virus lo propaguen sin darse cuenta, de allí la importancia de llegar a la mayor cantidad de personas con los test, más sabiendo que estas personas pudieron haber tenido contacto con algún enfermo.
Éxito en otros países
La gran cantidad de test aplicados en países como Corea del Sur y Alemania es –según la prensa internacional– uno de los factores que jugó a favor de la salud de sus poblaciones y también del éxito de las acciones asumidas por sus gobiernos, que pudieron detectar a tiempo a los enfermos y controlarlos. Además, una idea más clara del estado de la enfermedad en su territorio, les permitió tomar decisiones oportunas sobre sus sistemas de salud hospitalaria.
Guillermo Cuentas, exministro de Salud de Bolivia y experto en salud pública, valora que la capacidad de diagnóstico se fortalezca. Con ello se “garantiza una capacidad de respuesta más veloz para tomar las acciones que correspondan, entre ellas el aislamiento del entorno (familiar o de quienes hayan tenidos contacto con la persona que dio positivo)”, dice.
La ventaja es que los resultados se conocerán más de prisa; en las condiciones en las que estaba el país antes de la donación, los diagnósticos demoraban 48 horas, pues las muestras –que son tomadas por los Sedes– debían viajar de un lugar a otro. “Este es un examen virológico que siempre va a llevar entre cinco y seis horas porque una vez que uno saca la muestra con un hisopo, tanto de la nariz como de la garganta, debe permanecer en cultivo un tiempo determinado, para multiplicar los virus y que haya una lectura correcta, por eso se tarda tanto tiempo”, explica Cuentas. No obstante, el exministro advierte que igual de importantes que los equipos e insumos son virólogos que harán los estudios, “no cualquier técnico de laboratorio puede hacerlo”.
Sobre los equipos e insumos
El equipamiento –reseña una nota de prensa del PNUD– será destinado a la implementación de dos redes de diagnóstico con 13 laboratorios localizados en los nueve departamentos del país. Tres de ellos son Laboratorios de PCR – Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), termocicladores, con todo el equipamiento imprescindible para implementar laboratorios con normas de bioseguridad nivel II. La entrega incluye cabinas de bioseguridad, centrifugas refrigeradas para microtubos con contenedor de aerosoles, cabinas para PCR y la cadena de frío que acompaña a estas unidades.
Los otros 10 laboratorios para implementar son Laboratorios GeneXperts (Biología Molecular automatizada en tiempo real) destinados a obtener testeos rápidos para el diagnóstico del COVID-19. Estos equipos están acompañados de igual manera con cabinas de bioseguridad y centrifugas refrigeradas.
Al momento, Bolivia cuenta con solo tres equipos PCR en todo el territorio nacional, ubicados en el eje geográfico central del país. Con este apoyo, el país contará con 13 nuevos equipos distribuidos en todos los departamentos, y de esta manera se fortalecerá la capacidad de diagnóstico de COVID-19, multiplicando de manera exponencial la cantidad de muestras que se procesan a diario.
Los equipos e insumos tienen un valor superior a los 500.000 dólares y son financiados por el fondo mundial para la lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria, programas implementados en Bolivia por el PNUD.