Brasileño que viaja a pie llega a Bolivia para escuchar y apoyar a personas con VIH-Sida
"Caminando por Aline", es el nombre de la caminata que empezó Marcelo Monti en 2018, en homenaje a su hermana que murió a consecuencia del VIH - Sida. Tiene la meta de llegar a 70 país en 10 años

Marcelo Monti, de la orden religiosa Franciscano Capuchino, empezó el 28 de agosto de 2018 desde Porto Alegre, Brasil, una caminata con la idea de visitar 70 países en el mundo para escuchar a las personas con VIH-Sida y concientizar sobre esa problemática, como un homenaje a su hermana que murió por causa de ese mal.
Llegó a Bolivia, y recogió una serie de historias, aunque contó que una despertó un sentimiento de "compasión y cariño" por lo dramático: Un joven de 21 años se enteró al mismo tiempo que tenía VIH y que a su madre le diagnosticaron cáncer.
“Caminando por Aline”, así se llama la travesía que empezó. “Mi hermana Aline tenía 28 años, hace 10 años que falleció dejando a tres niñas. Ella no falleció por el VIH, falleció por los prejuicios y los estereotipos vinculadas a esta enfermedad”, cuestionó en un contacto con La Razón Digital.
“Durante mi estadía en La Paz tuve la oportunidad de conversar con jóvenes, pero de esas historias una me dejó con un sentimiento de compasión y cariño por la situación que está atravesando. Es un joven de 21 años, que hace tres años descubrió que tiene VIH – Sida y al mismo tiempo a su madre le diagnosticaron cáncer”, relató.
Tiene como meta visitar 70 países en los cinco continentes, durante 10 años. Ya recorrió más de 5 mil kilómetros desde el sur de Brasil, Uruguay, Argentina, Chile (de sur a norte) y Bolivia. Tiene previsto dejar suelo boliviano este sábado por Desaguadero e ingresar a Perú para desde ahí viajar a Ecuador y Colombia.
No tiene otro objetivo que escuchar la historia de vida de quienes padecen este mal y hacer un llamado a la gente para desterrar los perjuicios que invaden a la sociedad en general sobre el VIH –Sida, que provoca que las personas sean aisladas y vivan temerosas.
Cuenta con el apoyo de 31 amigos que le solventan con 34 bolivianos diarios su estadía en Bolivia, pero casi siempre la gente comparte su comida y le brinda hospedaje de manera desprendida.