La Policía captura al principal sospechoso del descuartizamiento de una familia en Brasil
La Policía reportó que Gustavo V. A. fue aprehendido en la ciudad de Santa Cruz. Estaba prófugo y es considerado el principal responsable del crimen y descuartizamiento de una familia boliviana en Sao Paulo
La Policía capturó en las últimas horas, en la ciudad de Santa Cruz, al principal sospechoso de la muerte y el descuartizamiento de una familia boliviana en Brasil. Gustavo V. A. era buscado por la Policía Internacional (Interpol) luego de descubrirse el crimen que conmocionó por su crueldad.
“Tras arduas investigaciones, Gustavo Santos V. A., principal sospechoso del homicidio de una familia boliviana en Brasil fue capturado por efectivos policiales en #SantaCruz”, confirmó la Policía en un mensaje en su cuenta en Twitter acompañado de una fotografía de la persona capturada.
En la fotografía difundida se lo ve con el cabello, el bigote y la barba crecida. No hay datos sobre las circunstancias en las que fue detenido, sin embargo se conoce que en las próximas horas será presentado a la prensa.
El crimen fue cometido en Sao Paulo en diciembre. Jesús Reynaldo Condori Sanizo, de 39 años, su esposa Irma Morante Sanizo, de 28, y su hijo Gian Abner Morante Condori, estaban desaparecidos, por lo que sus familiares iniciaron una campaña en redes sociales para dar con su paradero.
Se dio con los cuerpos sin vida los primeros días de enero. “Los han encontrado descuartizados, el esposo de mi otra hermana es el culpable. Todo es por dinero, porque tenían más de 40.000 dólares en su casa”, contó en ese entonces Gladys Morante, hermana de la mujer asesinada.
Las investigaciones establecieron que el menor fue asesinado dos días después que sus padres. Los cuerpos fueron repatriados y sepultados en diferentes lugares por decisión de sus familiares: los restos de Jesús Reynaldo fueron sepultados en Achacachi, mientras que de Irma y Gian en La Paz.
Gustavo V. A. tiene su pareja y tres hijos en Brasil. Su esposa, Virginia Mamani, le pidió en enero entregarse por sus hijos a la Policía en medio de llanto y desesperación.
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