Grietas y tuberías rotas en 5 calles de Bella Vista
Temor. Afectados se quejan de la lentitud de los trabajos de EPSAS y la Alcaldía

La Razón hizo ayer un recorrido por el área afectada por el movimiento de tierra en este barrio paceño, que es patente en las calles 23, 24, Ignacio Sanjinés y Pío XXII de la zona. En la calle 22B también hay problemas.
Los testigos (marcas para comprobar el grosor de la rajadura, la magnitud del movimiento de tierra o su velocidad) que colocó la Alcaldía en enero de este año, presentan rajaduras. «Estos testigos son la muestra de que todavía hay movimiento en la zona», aseguró Óscar Vargas, asesor legal de los vecinos del barrio.
Sin embargo, Pavel Mareño, responsable de monitoreo geodinámico del Sistema de Alerta Temprana (SAT) del Gobierno Municipal, sostiene que el área está estable y que no existe movimiento de tierra. Según él, las rajaduras en las viviendas datan del 2008 y no se observaron otras nuevas. «Puede que haya desajustes en una u otra casa, los cuales se dan porque la tierra se acomoda», afirmó.
Contrariamente a lo que afirma Mareño, Jorge Sotez, gerente de Operaciones de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), dijo a Unitel que «hay problemas estructurales en el suelo», sobre todo en la calle 22B, y que «se ha notificado al Gobierno Municipal para que se estabilice el sector con obras», lo que permitiría a la empresa de agua realizar simultáneamente el saneamiento de sus redes de agua y alcantarillado sanitario.
Un vecino, que no quiso dar su nombre, señaló que en la calle Ignacio Sanjinés, la más afectada de la zona, se presenta de forma continua la rotura de tuberías de agua y alcantarillado.
«La calle tiene más de cinco reparaciones. Debajo de la vía existen aguas subterráneas y las tuberías de la red de agua cada vez se rompen. La empresa repara, pero se necesita un cambio total de la red», indicó Félix Sarmiento, otro habitante del lugar. Otra vecina tomó la palabra y denunció que «cuando se rompe la cañería, la empresa no atiende de forma inmediata sino luego de días, y el agua se filtra».
En un convenio suscrito el 2008 con EPSAS y la Alcaldía se acordó el cambio de las dos redes. «Pero la renovación de las tuberías, que data de hace 30 años, es lenta. Si pasa alguna desgracia y las casas se caen, es responsabilidad exclusiva de EPSAS y de la Alcaldía, los que deberán responder por su negligencia», insistió Óscar Vargas.
Según Mareño, desde 2010 el movimiento geodinámico está controlado con obras como la construcción de muros de contención y cortinas drenantes en las calles de Bella Vista. «El monitoreo entre 2008 y 2010 reportaba movimiento de tierra en la zona. Pero, concluida la obra, se realizaron dos mediciones cada tres meses y en éstas no se han advertido movimientos. En el último control (jueves) no se reportó movimiento de tierra», insistió.
El 18 de julio, EPSAS abrió una zanja al final de la 17 de Obrajes para proceder al cambio de la tubería rota con apoyo de la Alcaldía. Hay dos brigadas de ocho personas que operan en la zona.
Epsas pide estabilizar el sector
El gerente Técnico de EPSAS, Jorge Sotez, informó ayer a la red Unitel que debido a las rajaduras, la firma hizo una evaluación de los sistemas de agua y verificó «varios problemas de la estructura del suelo. Se notificó a la Alcaldía para que realice los trabajos de estabilización en el sector para así sanear nuestra instalación».
La pesadilla de dos familias
En los muros de la casa de una familia de la zona se observan las grietas y los puntales que sostienen la construcción, que fue concluida apenas hace cinco años.
La vivienda mide cerca de 50 metros cuadrados y consta de dos plantas. La familia sólo ocupa las habitaciones de la planta baja debido a que las grietas en la parte alta la hacen inhabitable. «Hace tres años tampoco teníamos el servicio de agua debido al movimiento de tierra, por lo que hace un año se realizó la conexión de agua de forma superficial. Desde que se cortó el agua subterránea ya no hay mucho movimiento de tierra. Pero en otros sectores aún persiste», dijo uno de los cuatro miembros de esta casa ubicada en la calle Pío XXII de Bella Vista.
Más allá está otro inmueble con problemas similares: uno de sus muros se derrumbó. «Tuvimos que poner una reja para evitar cualquier tipo de robos de nuestras pertenencias. Hasta ahora, no podemos reconstruir esa parte por falta de recursos», dijo la propietaria de la vivienda.
En parte de la habitación improvisada que ahora alberga a la familia se pueden ver escombros y vigas amontonadas.
Dos puntales sostienen las paredes de la construcción. En el piso existen grietas.
«En algunas partes de la casa hemos remachado con cemento las grietas. Pero estamos preocupados porque, debido a las filtraciones de agua subterránea, todas las casas están en riesgo», dijo la vecina. «Pedimos a EPSAS y a la Alcaldía que concluyan de forma rápida el cambio del sistema de agua antes que llegue la época de lluvias», manifestó otro vecino.