Estudian el genoma de joven con físico de un bebé
El caso de Brooke ayudaría a descifrar el envejecimiento

Se llama Brooke Greenberg, mide unos 75 centímetros de estatura y pesa siete kilos. Aún tiene los dientes de leche y no sabe hablar. Lo normal en un bebé… si no fuera porque Brooke ha cumplido ya los 17 años. Científicos estadounidenses estudian el genoma de esta adolescente con cuerpo de bebé para descifrar los mecanismos del envejecimiento, según publicó la edición digital de The Times citada por la BBC Mundo.
«Creemos que tiene una mutación en los genes que controlan su envejecimiento y el desarrollo para que ella parezca estar congelada en el tiempo», declaró al rotativo Richard Walker, profesor de la Universidad de Florida del Sur y responsable del estudio.
El objetivo es comparar su genoma con uno normal, encontrar los genes alterados responsables del proceso y «ver exactamente lo que hacen y cómo controlarlos», explicó.
Brooke Greenberg se comporta como una niña de menos de un año. De hecho, sus padres llevan ya casi dos décadas cambiando pañales. Sin embargo, su organismo no es el de un recién nacido y manifiesta problemas de salud graves e inusuales incluso en una adolescente. La pequeña ha sufrido accidentes cerebrovasculares, convulsiones, úlceras y dificultades respiratorias.
Secretos. En el ADN de Brooke podría estar la explicación —y puede que algunas soluciones— para muchas enfermedades vinculadas a la vejez, o bien aportar pistas que acerquen a la ciencia al perseguido secreto de la eterna juventud.
«Si podemos usar su ADN para encontrar el gen mutante, entonces se podría probar en animales de laboratorio para ver si podemos cambiar o retrasar el proceso de envejecimiento a voluntad», añadió Walker a The Times. El caso de esta joven, que vive con sus padres y sus tres hermanas en Baltimore (EEUU), será el tema central de una conferencia que se celebrará en la Royal Society de Londres con investigadores de todo el mundo.