Crisis sucesivas y necesidad de ajustes constitucionales
El expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé habla sobre las múltiples crisis que atraviesa el país y las impostergables tareas para evitar mayores conflictos.
A pocos meses de que Bolivia celebre 200 años de existencia, el debate sobre la estabilidad política, el impacto de crisis múltiples, la calidad de la democracia y las reformas necesarias para fortalecer las instituciones adquiere una pertinencia ineludible. La historia reciente del país está marcada por crisis recurrentes que han sacudido a la sociedad y revelado deficiencias estructurales que deben abordarse. En este contexto, el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé analiza el presente y futuro del país con una mirada crítica y reflexiva.
Este año es clave para Bolivia. Con elecciones en el horizonte y una ciudadanía polarizada, el debate sobre la gobernabilidad y la vigencia del modelo plurinacional cobra una dimensión central. La falta de independencia del sistema judicial, el hiperpresidencialismo, la necesidad de descentralización efectiva y los ajustes constitucionales son temas que definen el actual momento histórico. Rodríguez Veltzé señala que «las sucesivas crisis han mostrado las limitaciones del diseño institucional vigente y la urgencia de repensar el futuro del Estado boliviano».
En diciembre del año pasado, la Friedrich Ebert Stiftung (FES) presentó el libro “Momento Constituyente”, en el que se analiza la situación política e institucional de Bolivia. El trabajo, coordinado por José Luis Exeni, cuenta con la participación de Eduardo Rodríguez Veltzé y otros destacados intelectuales. A través de una mirada plural, se examinan los antecedentes históricos, las fallas del sistema político, las protestas sociales, la crisis del sistema judicial y el hiperpresidencialismo como factores de la inestabilidad. A raíz del mismo, Animal Político, de La Razón, conversó con el exmandatario.
Abogado y expresidente de Bolivia (2005-2006), Rodríguez Veltzé es un actor respetado por su rol en la administración de justicia y en la transición política. Su experiencia le permite ofrecer un diagnóstico agudo sobre los retos que enfrenta el país y las reformas que considera inevitables. Abordó temas medulares como la crisis del sistema judicial, el equilibrio de poderes, la gobernanza en el Estado plurinacional y los ajustes constitucionales que Bolivia podría necesitar para fortalecer su democracia.
Eduardo Rodríguez Veltzé
Crisis recurrentes en Bolivia
Bolivia ha atravesado un ciclo de crisis que, según Rodríguez Veltzé, no es un fenómeno nuevo, sino un síntoma de problemas estructurales no resueltos. «Desde 2019, pero incluso antes, hemos vivido una serie de episodios traumáticos que han dejado en evidencia la fragilidad institucional del país», señala. La sucesión de gobiernos con falta de mecanismos efectivos de resolución de conflictos ha generado un contexto de incertidumbre.
Para Rodríguez Veltzé, la situación actual puede entenderse desde el concepto de «momento constituyente», una idea desarrollada por el politólogo Bruce Ackerman. «Estos momentos surgen en tiempos de crisis y pueden dar lugar a transformaciones legales o constitucionales significativas», explica. En este sentido, Bolivia podría estar en la antesala de un cambio profundo en su estructura estatal.
El expresidente advierte que las crisis recurrentes en Bolivia han tenido diversos orígenes, pero comparten un mismo patrón: la ausencia de un marco institucional sólido capaz de procesar conflictos de manera pacífica y ordenada. Desde las protestas de 2003 hasta la crisis poselectoral de 2019, el país ha experimentado constantes estallidos de descontento popular que han derivado en cambios de gobierno abruptos. «El problema radica en que no hemos logrado consolidar instituciones suficientemente fuertes para dar estabilidad y garantizar el respeto al orden democrático», afirma.
Uno de los ejemplos más recientes de esta dinámica es la crisis de 2019, que comenzó con un cuestionado proceso electoral y desembocó en la salida de Evo Morales de la presidencia. Este episodio reflejó la polarización extrema del país y la falta de mecanismos claros para la resolución de disputas electorales. «Lo que vivimos en 2019 fue un colapso de la institucionalidad democrática, una situación que podría repetirse si no abordamos reformas estructurales», advierte Rodríguez Veltzé.
A ello se suma la creciente desconfianza de la población en las instituciones estatales. «Cada vez es más evidente que los ciudadanos recurren a la protesta como única vía para exigir sus derechos, lo que pone en riesgo la estabilidad del país», sostiene. La falta de un sistema judicial independiente y la debilidad del Tribunal Constitucional han contribuido a esta percepción de crisis permanente. «Si queremos consolidar una democracia estable, es imprescindible fortalecer nuestras instituciones y garantizar que el Estado pueda resolver los conflictos sin necesidad de recurrir a medidas extremas», sostiene el exmandatario.
Reforma judicial
Uno de los puntos más críticos del análisis de Rodríguez Veltzé es la mala situación del sistema judicial. «El poder judicial ha sido tradicionalmente la cenicienta del Estado boliviano. Nunca ha tenido la atención necesaria, ni en presupuesto ni en independencia», afirma. La elección de magistrados por voto popular, implementada en 2011, ha demostrado ser ineficaz y ha contribuido a la politización de la justicia.
«El sistema judicial debe ser reformado desde sus bases, garantizando que los jueces sean seleccionados por su idoneidad y no por criterios políticos», indica. Además, observa que la detención preventiva se ha convertido en una práctica que vulnera los derechos de los ciudadanos. «En Bolivia, más del 70% de los detenidos no tiene condena. Es un abuso del sistema».
Rodríguez Veltzé subraya que la crisis del sistema judicial no solo afecta a quienes buscan justicia, sino a la estabilidad del país en su conjunto. La falta de confianza en los tribunales ha generado un ambiente de inseguridad jurídica, lo que también tiene consecuencias en la inversión y el desarrollo económico. «Si los ciudadanos y las empresas no confían en que sus derechos serán protegidos de manera imparcial, se debilita el Estado de derecho y se frena el progreso», advierte.
La reforma judicial, según Rodríguez Veltzé, debe incluir una revisión profunda del modelo de elección de magistrados, el fortalecimiento de la carrera judicial y un mayor presupuesto para el sistema de justicia. «No es posible que el poder judicial reciba menos del 1% del presupuesto nacional. Sin recursos, no hay justicia», enfatiza.
Además, el expresidente señala que la corrupción es otro de los grandes males del sistema judicial. «Hay jueces y fiscales que responden a intereses políticos o económicos, lo que erosiona la credibilidad del sistema», afirma. La implementación de mecanismos de transparencia y control ciudadano es fundamental para revertir esta situación.
«Si no enfrentamos con seriedad la crisis del sistema judicial, la democracia boliviana seguirá en riesgo. No podemos permitir que la justicia continúe siendo un instrumento de manipulación política», asevera Rodríguez Veltzé.
Hiperpresidencialismo y descentralización fallida
El modelo de gobierno en Bolivia mantiene una concentración excesiva de poder en el presidente. «El hiperpresidencialismo ha sido una constante en nuestra historia y debe ser revisado», sostiene Rodríguez Veltzé. A pesar de la introducción del modelo autonómico en 2009, en la práctica las gobernaciones y municipios siguen dependiendo del poder central.
Uno de los principales problemas es la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. «Los municipios y gobernaciones no cuentan con autonomía real porque siguen dependiendo de las decisiones del Ejecutivo central, especialmente en términos de financiamiento», explica el exmandatario. Esto ha generado una burocracia ineficiente que retrasa la implementación de políticas públicas y deja sin solución problemas críticos como el acceso a salud y educación.
Además, el centralismo impide que las regiones tengan un rol más activo en el diseño de políticas de desarrollo. «En países con sistemas descentralizados efectivos, las regiones tienen mayor capacidad de decisión y gestión sobre sus recursos. En Bolivia, esto aún no sucede», advierte.
Otro aspecto preocupante es la falta de voluntad política para fortalecer la descentralización. «Aunque se han creado normas para otorgar mayor autonomía a las regiones, en la práctica no se han aplicado plenamente», señala. Esto ha generado conflictos entre los distintos niveles de gobierno y ha profundizado la percepción de ineficacia estatal.
Para solucionar este problema, Rodríguez Veltzé propone una revisión exhaustiva del sistema de gobernanza. «Necesitamos mecanismos que garanticen una distribución más equitativa del poder y los recursos, además de mejorar la coordinación entre el gobierno central y las entidades subnacionales», puntualiza. Sin estos cambios, considera, Bolivia seguirá atrapada en un modelo de administración que no responde a las necesidades de la población.
Lo plurinacional y la república
El modelo plurinacional de Bolivia, consagrado en la Constitución de 2009, ha sido objeto de intensos debates. Mientras algunos lo consideran un avance en la inclusión de los pueblos indígenas, otros argumentan que ha generado divisiones y conflictos de identidad nacional. Rodríguez Veltzé señala que «Bolivia sigue siendo una república, aunque ha adoptado un enfoque plurinacional que busca reconocer la diversidad étnica y cultural del país».
Sin embargo, en la práctica, la convivencia entre lo republicano y lo plurinacional ha estado marcada por tensiones. «Existen contradicciones en la aplicación del modelo plurinacional, especialmente en lo que respecta a la justicia indígena y la administración de territorios autónomos», observa. Estas diferencias han generado conflictos entre comunidades, autoridades locales y el gobierno central.
Otro punto de debate es el uso del concepto de plurinacionalidad como un instrumento político. «Hay sectores que han instrumentalizado la plurinacionalidad para consolidar poder, en lugar de fomentar una convivencia armónica entre los distintos sectores de la sociedad», sostiene Rodríguez Veltzé. Esta percepción ha llevado a que algunos sectores propongan un retorno a la idea de una república tradicional.
A pesar de estas tensiones, el expresidente considera que el modelo plurinacional ofrece oportunidades para fortalecer la democracia. «La clave está en encontrar mecanismos que permitan la coexistencia de diferentes sistemas de gobierno y justicia, sin que uno prime sobre el otro», afirma. Para ello, propone ajustes constitucionales que clarifiquen las competencias y responsabilidades de cada nivel de gobierno, evitando superposiciones y conflictos de autoridad.
Rodríguez Veltzé subraya la necesidad de promover un diálogo nacional sobre el futuro del modelo plurinacional. «Es fundamental que esta discusión no se convierta en un campo de batalla ideológico, sino en una oportunidad para mejorar la estructura del Estado y garantizar derechos para todos los ciudadanos», concluye.
Ajustes constitucionales
Rodríguez Veltzé considera que Bolivia necesita reformas constitucionales en aspectos clave. «No se trata de llamar de inmediato a una nueva asamblea constituyente, sino de abrir un debate serio sobre ajustes puntuales», aclara. Entre las reformas prioritarias, menciona los siguientes.
Reforma del sistema judicial: Eliminación de la elección popular de magistrados y establecimiento de un mecanismo de selección basado en méritos.
Clarificación del régimen de reelección: Definir con claridad los límites a la reelección presidencial para evitar interpretaciones arbitrarias.
Revisión del modelo autonómico: Diseñar mecanismos de coordinación efectiva entre los distintos niveles de gobierno.
Reducción del hiperpresidencialismo: Transferir competencias a otras instancias del Estado para evitar la concentración excesiva de poder.
«No podemos seguir ignorando las crisis que nos afectan. Bolivia necesita cambios estructurales que fortalezcan su democracia y garanticen el bienestar de sus ciudadanos», concluye Rodríguez Veltzé.