La estable economía boliviana y su credibilidad externa
¿Se desaprovecha bonanza actual?
Las calificadoras de riesgo como Standard & Poors, Moody’s y Fitch Ratings subieron de categoría al país por diferentes indicadores positivos a lo largo del año. En mayo, la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s (S&P) subió la calificación de la deuda de Bolivia a “BB-” desde “B+” con panorama estable, gracias a una mejora en las finanzas públicas del Estado y sólidos indicadores externos. Un mes después, en junio, Moody’s Investors Service señaló que la perspectiva había cambiado a estable desde positiva para reflejar el balance existente entre las mejoras en el perfil de crédito de Bolivia y los desafíos crediticios. De acuerdo con el informe, Moody’s recategorizó a Bolivia porque los indicadores de la deuda del Estado disminuyeron de manera notoria con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), de 75% (2005) a 31% (2011). Posteriormente, en octubre, Fitch Ratings ascendió a Bolivia de B+ a BB- con perspectiva estable como lo hiciera Standard & Poors meses atrás.
Bajo esta misma mirada favorable del exterior, el martes, el Mercado Común del Sur (Mercosur) invitó a Bolivia a ingresar como miembro pleno de ese bloque, opción que habría sido impensable hace sólo cinco años y será analizada por el Estado hasta diciembre, aunque el presidente Evo Morales dio muestras de que sí aceptará la invitación.
En opinión del economista e investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) Carlos Arze, al Gobierno le conviene que en el “plano externo” existan indicadores macroeconómicos positivos para que así el capital que está en los “bordes” (“pues no hay negocios rentables en el centro, es decir, Europa o Estados Unidos”) busque ubicarse en lugares como Bolivia. La gran inversión ve con buenos ojos a las naciones donde hay un crecimiento económico favorable, que tengan ahorro y recursos para financiar una relativa calma política y social, y a gobiernos que estén “obsecuentes” a darles mayores ventajas, “como es el caso de Bolivia”: “es así que hay capitales que van a querer hacer negocios en Bolivia y otros que van a ver atractivo ganar buenos intereses con bonos bolivianos que están asegurados por la renta”.
En efecto, en octubre, Bolivia emitió de manera exitosa, en el mercado financiero de Nueva York, bonos soberanos a diez años plazo por 500 millones de dólares y 4,875% de interés, tras generar una demanda por $us 4.217 millones en inversionistas internacionales. El país no realizaba una acción financiera de este género desde hacía un siglo. Adicionalmente, el ministro de economía y Finanzas, Luis Arce Catacora, prevé que el crecimiento del PIB llegará al 5,5% al final de año, por lo que el presupuesto General del Estado se incrementará 5,5% y el aumento salarial será mayor a la proyección de la inflación para 2013.
Como haciendo referencia a la invitación hecha a Bolivia por el Mercosur, Armando Méndez, miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, afirma que el buen desempeño económico del país no es propio, sino que corresponde al de toda Latinoamérica. “Estamos en los mejores puestos de la región desde hace dos años, lo cual da una muy buena imagen internacional”. Estima que esto puede atraer inversión extranjera transnacional, “pero lo que va afectar a que suceda es la falta de seguridad jurídica y la ausencia de un verdadero Estado de derecho”.
El economista y director de la Fundación Milenio, Roberto Laserna, considera que estas manifestaciones favorables sobre la economía de la nación han producido al país una “falsa imagen de su poder y realidad”. Bolivia habría no sólo malgastado el dinero, sino también oportunidades de alianzas internacionales. “Nuestra relación con los vecinos está deteriorada. Alianzas fundamentales como con Brasil y Chile están mal, con el primero porque sólo depende de la compraventa de gas y ya no hay una relación de largo plazo, por ejemplo, India (Jindal) nos alejó”.
En el caso de Chile —argumenta— el alejamiento se debe al tema marítimo y eso es conflictivo si se considera que la mayor parte de las exportaciones pasa por puertos chilenos.
“Bolivia se ha dejado llevar por el espejismo del dinero y ha descuidado establecer relaciones de largo plazo con países claves en el vecindario”, dice Laserna.
Para Arze, estas expresiones, en el plano político, sirven para que exista una mayor simpatía por el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) que para “ciertos círculos en el exterior era visto como un peligro comunista, sin embargo, no existe tal ‘cucu’ y ahora saben que negocios son negocios”.
Por otro lado, en cuanto a la política exterior boliviana que tiene relación con lo económico, Laserna cree que se ha volcado a “alianzas inútiles” como con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) —“especialmente con Venezuela y Cuba”— con los que “prácticamente” no se tiene ninguna relación comercial.
En ese mismo sentido, el exministro de Hidrocarburos Mauricio Medinaceli sugiere que se debe abrir el mercado brasileño y revigorizar las exportaciones a la Argentina. Sin embargo, “el mediano y largo plazo aún se ven inciertos. En sencillo: ¿cuál será el “Brasil II” que nos dará de comer en el futuro?”.
Méndez, también proponiendo una tarea para el Estado en este aspecto, sostiene que el sector hidrocarburífero es el que mejor podría desarrollarse en el futuro, “siempre y cuando se encuentren nuevos mercados, lo cual es una labor política que debe facilitar el Gobierno”.