‘Habemus’ Defensor
Si bien el procedimiento fue legal, hay cuestionamientos de legitimidad.

Luego de cinco intentos fallidos, la Asamblea Legislativa Plurinacional eligió finalmente con dos tercios de votos al nuevo Defensor del Pueblo. Aprovechando el desbande opositor por licencias, la bancada mayoritaria del MASIPSP cambió el orden del día y zanjó la designación bloqueada desde mayo. Si bien el procedimiento fue legal, hay cuestionamientos de legitimidad.
La Constitución Política del Estado y la normativa vigente establecen con claridad el procedimiento para la designación de la Defensora o el Defensor del Pueblo: concurso público, calificación de capacidad profesional y méritos, selección de postulantes y elección por al menos dos tercios de asambleístas presentes. Todos esos pasos se siguieron formalmente en la designación del nuevo Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya Aro. Lamentablemente, la elección se produjo sin acuerdo entre el oficialismo y la oposición.
El proceso empezó de manera auspiciosa el 15 de marzo de este año con la aprobación por consenso del Reglamento y convocatoria para la designación del Defensor del Pueblo. En el plazo previsto, se presentaron 198 postulantes. Luego de las fases de verificación de requisitos, impugnación, evaluación de méritos y entrevista y evaluación oral, la Comisión Mixta elaboró el informe respectivo con la lista de siete postulantes seleccionados. El consenso se rompió y la oposición decidió no suscribir el informe.
En la fase final correspondiente a la designación en el pleno de la Asamblea, se realizaron cinco sesiones de votación (cuatro en mayo y una última en septiembre). En ninguna de ellas hubo la mayoría de dos tercios requerida. El MAS-IPSP partió dividido, pero al final cerró filas por el postulante Pedro Callisaya, que obtuvo la mejor calificación; Comunidad Ciudadana votó por su propia postulante, Evelin Cossío; y Creemos optó por el voto blanco en demanda de una nueva convocatoria. Se impuso así el veto opositor.
Cuando todo hacía prever que continuaría sine die el interinato de la defensora Nadia Cruz, pese a estar en curso una acción de cumplimiento para que la Asamblea cumpla su mandato, una disciplinada bancada del MAS-IPSP cambió el orden del día de una sesión convocada con más de 24 horas de anticipación y habilitó la designación. Lo hizo con apego al procedimiento del Reglamento de Diputados. 32 asambleístas de la oposición, nada menos, estuvieron ausentes de la sesión por festejo y otros motivos.
De ese modo, luego de un accidentado recorrido de más de seis meses, finalmente el país cuenta con un nuevo Defensor del Pueblo titular, designado por la Asamblea. La mala noticia es que la falta de acuerdo político implica el cuestionamiento por parte de la oposición a la legitimidad de origen de la nueva autoridad. Ello va en desmedro de la institucionalidad. Habrá que acompañar y vigilar el desempeño del defensor Callisaya en la defensa de los derechos humanos, que debe ser autónomo e independiente.