Peña llama al voto nulo como una forma de ‘rechazo contundente’ a las judiciales parciales
“Votar nulo (en estas elecciones) es decirle al presidente Arce que no aceptamos la manipulación del sistema electoral ni el deterioro de nuestra democracia”, dijo el analista político Vladimir Peña.
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Elecciones Judiciales de 2017
Imagen: archivo
A tres días de las elecciones judiciales, analista político Vladimir Peña consideró que este evento dejó de ser una simple renovación de cargos judiciales para convertirse en un plebiscito sobre la democracia misma.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), obligado por dos decisiones del Tribunal Constitucional, se apresta a organizar elecciones judiciales parciales el domingo 15 de diciembre. Solo serán elegidas 19 autoridades de 26, y todavía no se sabe cómo se completarán los comicios restantes.
En entrevista con La Razón Radio, el analista hizo un llamado al voto nulo como una forma de rechazo democrático. “Estas elecciones no son para transformar la justicia; son un plebiscito entre democracia y autoritarismo. Votar nulo es decirle al presidente Arce que no aceptamos la manipulación del sistema electoral ni el deterioro de nuestra democracia”.
Peña afirma que la parcialización de las elecciones, impulsada por una controvertida sentencia del Tribunal Constitucional, representa una maniobra política que favorece los intereses del presidente Luis Arce y pone en riesgo la institucionalidad democrática del país.
“El gobierno del presidente Arce ha convertido estas elecciones en un engaño, en un instrumento para consolidar el control sobre el Tribunal Constitucional, que se ha transformado en un brazo político al servicio del Ejecutivo”, reclamó.
Peña también criticó a los órganos del Estado que quedaron supeditados a las decisiones el Tribunal Constitucional encabezado por magistrados prorrogados. Según él, tanto el TSE como la Asamblea han sido sometidos a las decisiones del Tribunal Constitucional, dejando de lado su papel de defensores de la democracia.
“El TSE se ha convertido en un órgano pasivo que no defiende su autonomía ni la democracia. Si no van a cumplir con su papel, entonces ¿para qué están ahí?”, cuestionó.
El Tribunal Constitucional, que debería garantizar la justicia y la constitucionalidad, ha sido duramente cuestionado por decisiones como la autoprorrogación de sus magistrados y la aprobación de elecciones judiciales fragmentadas.
Para Peña, esta fragmentación tiene un trasfondo político que asegura al Gobierno de Luis Arce mantener el control del tribunal. “De los nueve magistrados del Tribunal Constitucional, solo se renovarán cuatro. Los otros cinco, que ya demostraron su lealtad al Ejecutivo, permanecerán. Esto no solo compromete la imparcialidad de la justicia, sino que sienta un precedente funesto para futuras elecciones”, advirtió.
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