Nacional

Sunday 30 Jun 2024 | Actualizado a 19:17 PM

En medio de intentona golpista, Arce posesiona nuevo Alto Mando Militar

José Sánchez Velásquez es nuevo comandante del Ejército; Gerardo Zabala Álvarez, de la Fuerza Aérea, y Renán Guardia Ramírez, de la Armada.

La posesión del nuevo Alto Mando Militar, este miércoles.

/ 26 de junio de 2024 / 17:26

En medio de una intentona golpista, el presidente Luis Arce posesionó a un nuevo Alto Mando Militar: los generales José Sánchez Velásquez como comandante del Ejército; Gerardo Zabala Álvarez, de la Fuerza Aérea, y Renán Guardia Ramírez, de la Armada.

El general Juan José Zúñiga lideró la toma militar de la plaza Murillo, su objetivo era ingresar a la Casa Grande del Pueblo, lo cual intentó, pero fue abordado por Arce, quien le ordenó replegarse. Tras ello, el militar se subió a su vehículo blindado.

Allí estuvo hasta que el Presidente tomó el juramento del nuevo Alto Mando Militar. Antes había anunciado un nuevo gabinete e incluso que se liberaría a los «presos políticos» encerrados en cárceles por la crisis de 2019.

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Arce afirma que Evo pone ‘en duda el golpe fallido por sus aspiraciones políticas personales’

El Presidente brindó una entrevista a El País y dijo que Morales “trabaja para que las cosas salgan mal” al Gobierno.

El presidente Luis Arce anunció la realización del Congreso Plurinacional de Educación.

/ 30 de junio de 2024 / 17:00

En medio de las dudas sembradas por Evo Morales sobre el discurso del “golpe de Estado fallido” difundido por el Gobierno, el presidente Luis Arce acusó al jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS) de poner en duda esto “por sus aspiraciones políticas personales”.

En una entrevista con El País de España, publicada este domingo, el mandatario indica que Morales “quiere ser candidato a la presidencia en 2025 a como dé lugar. Él lo dijo: ‘Voy a ser candidato a las buenas o las malas’. Nos tenía con conflictos aquí, con amenazas de bloqueos, está azuzando a los sectores para que salgan a conflictuar al país para que después se junten los cocaleros del Trópico y exijan su candidatura”.

Lea más: El miércoles en que las tanquetas volvieron a la plaza Murillo

¿Dice entonces que Morales trabaja para que las cosas salgan mal?, le pregunta el periodista Federico Rivas. “Por supuesto, ¿o tiene alguna duda al respecto”, le responde, y añade que no ha vuelto a hablar con Morales. “Yo solo lo llamé el día del golpe para prevenirle de la situación”. Y remarca que no le sorprende su reacción de hablar sobre un “autogolpe”, “porque todos los que lo conocemos sabemos lo que quiere. Y va a utilizar todo, incluso poner en duda el golpe fallido, por sus aspiraciones políticas personales”.

El miércoles, un grupo del Ejército dirigido por el general Juan José Zúñiga tomó la plaza Murillo, lo que fue catalogado por el Gobierno como “intento fallido de golpe de Estado”. El excomandante fue aprehendido esa misma noche y ahora se encuentra recluido, con detención preventiva, en la penitenciaría de El Abra de Cochabamba, por seis meses.

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Morales: Lucho mintió, engañó al pueblo boliviano y al mundo con este golpe o autogolpe

La insubordinación que fue bautizada por el Gobierno como “intento fallido de golpe de Estado”, culminó a las 17.27, cuando Zúñiga abandonó la plaza Murillo con dirección al Estado Mayor de la zona de Miraflores de La Paz.

El presidente Luis Arce junto al expresidente Evo Morales, en un acto del MAS.

Por Miguel Gómez

/ 30 de junio de 2024 / 16:59

Cuatro días después del asalto militar a la plaza Murillo liderado por el general Juan José Zúñiga, el exmandatario y jefe nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, subió el tono contra el presidente Luis Arce y lo sucedido el miércoles 26. “Lucho mintió, engañó al pueblo boliviano y al mundo entero con este golpe o autogolpe”.

A las 13.04 de esa jornada, Morales fue uno de los primeros que alertó sobre lo que se venía, mediante sus redes sociales. “Desde hace una hora, comandantes de divisiones instruyen a comandantes de regimientos a retornar inmediatamente a sus cuarteles para esperar nuevas disposiciones (encuartelamiento). Eso levanta muchas sospechas del movimiento militar”.

Dos horas más tarde, cuando los efectivos del Ejército tomaron el epicentro del poder político, convencido, usó el término “golpe”. “Se gesta el Golpe de Estado. En este momento se despliega personal de las Fuerzas Armadas y tanquetas en la Plaza Murillo… Convocamos a los movimientos sociales del campo y la ciudad a defender la democracia” (sic), lanzó en otro tuit.

La insubordinación que fue bautizada por el Gobierno como “intento fallido de golpe de Estado”, culminó a las 17.27, cuando Zúñiga abandonó la plaza Murillo con dirección al Estado Mayor de la zona de Miraflores de La Paz, donde fue aprehendido a las 19.02. Ahora está en la penitenciaría de El Abra, en Cochabamba, acusado de terrorismo y alzamiento armado.

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Estos días, Morales y el bloque que lo respalda en el MAS, así como políticos de la oposición, han sumado dudas sobre lo acontecido el miércoles y han enarbolado el discurso del “autogolpe”, lo cual es rechazado por el Gobierno. El sábado, en un ampliado de la Federación Yungas Chapare, el exmandatario dijo que está “más convencido” de que hubo un “autogolpe”.

En su programa de radio Kawsachun Coca de este domingo, afirmó que hasta la mañana del jueves tenía certeza de que hubo un golpe. “Pero ahora estoy confundido, parece autogolpe. ¿Qué informe tengo? Primero, cómo podemos creer que el que fue jefe del Estado Mayor del Ejército, aquel que planificó el supuesto golpe, sea nuevo comandante del Ejército”, objetó.

Se refería a Wilson Sánchez, quien fue posesionado por Arce durante la toma liderada por Zúñiga, a las 17.10, lo cual dejó en curva al comandante, sin poder de mando. “Esa tarde del miércoles, él estaba operando desde el Estado Mayor”, subrayó Morales. Y fue más allá, al tildar como una “mentira” la preocupación de Arce por su persona durante el asedio militar.

Arce reveló el jueves que en esa tensa jornada, llamó a Morales para que tome recaudos, porque si bien él era el objetivo, luego irían por el líder cocalero. Después, el expresidente admitió el contacto telefónico, pero señaló que reprochó al mandatario por haber dado “tanto poder” a Zúñiga y le pidió que lo reemplace; eso sí, para Morales, el verdadero objetivo era él.

Este domingo, lo ratificó, inclusive habló de un supuesto plan de Arce para que se instale una junta militar. “En un ministerio, la mañana del miércoles, textualmente el ministro dijo a su gente de confianza: Lucho va a dejar la Presidencia a una junta militar, no puede dejar a Evo Morales, la única forma de que Evo Morales no sea presidente, es dejar a la junta militar”.

Para sembrar más interrogantes, Morales aseguró que el miércoles dimitió un ministro, empero, “una ministra” le conminó a que cambie de opinión. Y también habló de Zúñiga. “Antes de su detención, él informó a sus camaradas y familiares que Lucho lo traicionó, lo acaba de confirmar. En celdas de la FELCC, el general Zúñiga dijo ‘Lucho me ha traicionado”.

La noche de su aprehensión, Zúñiga indicó que obedeció una orden del Presidente para sacar las tanquetas y “preparar algo” para levantar su “popularidad”, ante la crisis imperante. Por ello, Morales se aventuró a pronosticar que el excomandante del Ejército dejará la penitenciaría de El Abra en seis meses. “Esas cosas me están convenciendo de que es un autogolpe”.

“O finalmente qué ha planificado bien Lucho para usar el Ejército, para hacer tanto daño al Ejército, victimizarse con lágrimas de cocodrilo con semejante mentira. Yo quiero aprovechar esta oportunidad para decir al mundo entero, pedir disculpas, lamentablemente Lucho mintió, engañó al pueblo boliviano y al mundo entero con este golpe o autogolpe”, cerró Morales.

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La trama según Zúñiga

Se graduó en 1990 y ocupó el puesto 48 entre 65 oficiales de su ‘promo’.

/ 30 de junio de 2024 / 07:07

Paradojas. “No pierdan su tiempo golpeando los cuarteles en busca de kalimanes; ya no hay kalimanes, no pierdan su tiempo”. La amenaza corresponde a Juan José Zúñiga Macías. Data de hace siete meses, del 16 de noviembre de 2023, cuando en el aniversario del Ejército el comandante emitió un discurso furibundo, recordando a Williams Kaliman, excomandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, prófugo, acusado de haber provocado el derrocamiento del presidente Evo Morales, el 10 de noviembre de 2019.

Ahora, el militar potosino de 55 años es apuntado por el Gobierno de haber dirigido un “intento fallido de golpe de Estado”, cuando con un grupo de efectivos, armadas y con carros blindados y tanquetas, irrumpió en la plaza Murillo para, según Zúñiga, “tomar” la Casa Grande del Pueblo. Al final, todo quedó en un mero plan y el excomandante está tras las rejas, con detención preventiva en el penal de El Abra, en Cochabamba.

Sin duda, Zúñiga ha mostrado una personalidad que no respeta reglas, tanto por su deliberación sobre asuntos políticos en un programa televisivo como su insubordinación ante su capitán general, el presidente Luis Arce, contra quien libró un duelo el miércoles, en las puertas del Palacio Quemado: bastón de mando contra grados militares, cada uno señaló los símbolos que les delegan poder.

¿Quién es Zúñiga? Nació en Potosí, se graduó como oficial del Ejército en 1990 y, de acuerdo con datos brindados por políticos en esta semana, fue ascendido a comandante general en 2022, ratificado en enero reciente, sin ser el mejor alumno, ya que hace tres décadas ocupó el puesto 48 entre un total de 65 oficiales. Más todavía, en 2013 estuvo implicado en un caso de desvío de fondos públicos por Bs 2,7 millones, cuando dirigía un regimiento de infantería.

El general Juan José Zúñiga compartía partidos de baloncesto con el presidente Luis Arce.
El general Juan José Zúñiga compartía partidos de baloncesto con el presidente Luis Arce.

Tenía la confianza de Arce, con quien era común verlo en partidos de básquet, un deporte que apasiona al mandatario. Sin embargo, el miércoles llegó a las cinco faltas personales para su expulsión en el ámbito público, haciendo un paralelismo con las reglas del baloncesto. Más todavía, implicó a su capitán general en el asalto a la plaza Murillo, al momento de su aprehensión en puertas del Estado Mayor de la zona de Miraflores.

Fue su primera versión de lo ocurrido esa tensa jornada. “El día domingo, en el colegio La Salle, me reuní con el Presidente y me dijo que ‘la situación está muy jodida y que va a ser crítica, entonces, es necesario preparar algo para levantar mi popularidad’. Le pregunto: ¿Sacamos los blindados? Y me dice ‘sacá’. Entonces el domingo en la noche los blindados comienzan a bajar, del regimiento de Achacachi”. Luego fue trasladado a celdas de la Policia, donde a las 20.00 brindó una “entrevista policial” que lleva su rúbrica y la del investigador. Es su segunda versión.

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“Mi persona estaba a la cabeza juntamente al general… Marcelo Zegarra (comandante de la Fuerza Aérea), vicealmirante Juan Arnés…, comandante de la Armada Boliviana; del servicio pasivo, Gral. Tomás Peña y Lillo; Gral. José Ágreda y Cnl. Charly Calderón” (sic), comienza la transcripción en el documento al que accedió LA RAZÓN.

Sobre la planificación del asalto militar, remarca que el miércoles “nos reunimos los tres comandantes de las tres fuerzas, ya que el comandante general de la Fuerza Aérea y el comandante general de la Armada Boliviana, en una primera instancia fueron quienes llegaron a mi oficina manifestando que había que hacer algo a la situación política que estaba viviendo el país, cuando menciono esta institución política me refiero a la liberación de todos los presos políticos, principalmente militares y civiles” (sic).

“Es así que quien fue el ideólogo fue el Lic. Aníbal Aguilar, quien realizaba presentaciones y análisis en mi oficina desde el mes de mayo, me decía que yo debía realizar un levantamiento donde debíamos salir a la plaza Murillo para tomar el poder y llamar a elecciones. Estas organizaciones las realicé con el comandante general de la Fuerza Aérea. El comandante general de la Armada Boliviana y Gral. Juan Mario Pausen, Inspector General del Ejército, también estaba el actual Comandante General del Ejército, Gral. de Brigada José Wilson Sánchez. Cnl. Julio Omar Buitrago Sempértegui, jefe de Inteligencia del Ejército. Cnl. Céspedes, jefe de logística del Ejército” (sic), continúa el acta.

Atribuye la movilización de tanquetas a la amenaza de bloqueos del transporte pesado, programados para el jueves. “Salieron el día 26 de junio en la mañana con el objetivo de controlar la situación de conflictos en el país”, remarca, y posteriormente vuelve a involucrar a Arce. “El domingo 23 de junio a las 9 am. de manera personal tengo su autorización del Presidente y en la noche, de manera personal, di parte al ministro Edmundo Novillo, ya que estaban saliendo los blindados” (sic), cierra.

Es la historia de los hechos según Zúñiga. Parte de las investigaciones que tienen un trecho largo.  

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El miércoles en que las tanquetas volvieron a la plaza Murillo

El general Zúñiga y sus efectivos del Ejército tomaron el epicentro político del país y desafiaron al gobierno de Luis Arce.

No se había visto tanquetas militares en la plaza Murillo desde la crisis de 2019.

/ 30 de junio de 2024 / 06:50

Casi cinco años pasaron. El ruido de las tanquetas volvió a la plaza Murillo el miércoles. Las botas de los militares marcaron el paso de la toma liderada por un comandante que se hacía llamar “general del pueblo y líder planetario”: Juan José Zúñiga Macías.

El 12 de noviembre de 2019, en la proclamación de Jeanine Áñez como presidenta transitoria en una polémica sesión que le valió dos años después el encarcelamiento, los carros blindados de las Fuerzas Armadas coparon el epicentro político del poder. Se quedaron un buen tiempo para garantizar que ese mandato camine.

El miércoles 26 de junio de 2024, aproximadamente a las 14.30, el color camuflado marcó la tendencia en el epicentro político del poder. Las tanquetas y los soldados del Ejército, de la Policía Militar (PM), irrumpieron y se atornillaron en las cuatro esquinas de la plaza y salió a flote un personaje: el general Zúñiga.

GÉNESIS

Pero el comandante que jugaba básquet con el presidente Luis Arce, que paradójicamente, en el aniversario del Ejército del año pasado, había lanzado una advertencia a cualquier aventurero con afanes “golpistas”, quiso anotar un cesto de tres puntos con su insubordinación, que fue bautizada por el Gobiermo como un “intento fallido de golpe de Estado”.

La irrupción de los militares puso al país en vilo.

Las pesquisas iniciales señalan que todo se planificó desde mayo, pero los equipos de Inteligencia oficiales ni olfatearon lo que supuestamente tramaban Zúñiga y un grupo de militares, efectivos del servicio pasivo y civiles. Sin embargo, el apellido del general corrió de boca en boca desde el lunes pasado, cuando se dejó llevar por la emoción verbal en el programa televisivo No Mentirás.

Un día antes, el expresidente y jefe nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, le lanzó un dardo más desde que fue nombrado jefe del Ejército en 2022: lo acusó de tener un plan para atentar contra su integridad. Así, el uniformado potosino no se guardó nada contra el exmandatario e incluso le advirtió con detenerlo si candidatea en 2025, porque para él “está inhabilitado”.

ABRAZOS

Así, quebró uno de los preceptos que dirigen a quienes asumen la vida militar: no deliberar sobre asuntos políticos. La ola de críticas fue inmediata y se abrió una presión al Gobierno para su alejamiento. El martes, en medio de reuniones con alcaldes y gobernadores, Arce definió su destitución, y lo hizo convocar a la Casa Grande del Pueblo, donde llegó de civil, mimetizado entre la gente.

La notificación personal fue encomendada a los ministros de la Presidencia, María Nela Prada, y de Defensa, Edmundo Novillo. Según los relatos posteriores de estas autoridades, Zúñiga asumió su error, que se excedió en sus palabras. Y aceptó la determinación de sus superiores. Un encuentro que terminó en “abrazos fraternales” y la ratificación de lealtad.

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Pero la moneda giró de cara desde la medianoche, porque antes ya se había filtrado a medios que el comandante había sido anoticiado con su salida del cargo. Fue así que Zúñiga fue contactado por Erbol, red a la que señaló que continuaba como máximo representante del Ejército. Más aún, el miércoles en la mañana cumplió su agenda como si nada hubiera pasado, con rostro alegre en fotos y videos que circulaban.

Desde las 09.00, Novillo comenzó a dudar de los “abrazos fraternales”. Personal de confianza le reveló que un grupo militar armado se movilizaba desde Challapata, en Oruro, en seis camionetas. Tomó su teléfono, llamó al general y le demandó explicaciones. “Voy a averiguar y le devuelvo la llamada”, fue la respuesta. La promesa nunca se cumplió.

Las siguientes noticias fueron más preocupantes. Tropas y camiones blindados, tanquetas se movilizaban desde unidades de Viacha, Achacachi. El Presidente fue alertado al mediodía, cuando se encontraba en un acto de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), en El Alto. Y por ello apuró su retorno a La Paz.

El encuentro en que Arce se enteró del «movimiento irregular».

CELULARES

Mientras el desacato para responder a las llamadas de los superiores se extendió. Ya no solo Zúñiga no atendía a su teléfono celular, sino que los otros dos comandantes de la Armada y la Fuerza Áerea, léase los generales Juan Arnez y Marcelo Zegarra, respectivamente. No importaba la fuente, no atendían a Novillo, ni al comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Víctor Vigabriel, ni al mismo Arce, su capitán general.

Estaba en puertas el tradicional gabinete de los miércoles en la Casa Grande, que en vez de estar destinado a la planificación se dedicó a definir cómo hacer frente a lo que acontecía en las calles cercanas. Es que a las 14.30, aproximadamente, Zúñiga había vuelto a la plaza Murillo, pero ya no lo hizo vestido de civil como una jornada antes, sino con traje de campaña, de guerra, en una tanqueta en la cual pasaba la mayoría del tiempo hablando por celular.

GRADOS

Fueron tres horas tensas, de incertidumbre en el país. Bolivia se convirtió en tendencia en las redes sociales, con las etiquetas “Zúñiga”, “Golpe”, “Bolivia”. En medio, una tanqueta intentó tumbar la puerta del Palacio Quemado. Y el comandante anunció su intención de “tomar” la Casa Grande”, de formar un gabinete, de liberar a “presos políticos”; se insubordinó a Arce, quien le mostró su bastón de mando, a lo que el militar respondió señalándole los grados cosidos en sus hombros.

Parecía que era una encerrona sin salida para el Gobierno. Afuera, ciudadanos comenzaban a parapetarse en los alrededores de la plaza. En el país, en la región, en el mundo, se condenaba lo sucedido y se reivindicaba la democracia. La gente se volcaba a los surtidores de gasolina, supermercados y mercados, bancos y cajeros automáticos para aprovisionarse de gasolina, de alimentos y de sus ahorros. Hasta que la posesión de un nuevo Alto Mando Militar dejó en curva a Zúñiga, le quitó poder de mando. Así, a las 17.27, abandonó el lugar. A las 19.05, fue aprehendido en el Estado Mayor de Miraflores. Hoy está en la cárcel de El Abra en Cochabamba y comenzó una cacería de sus cómplices. La novela abierta por las tanquetas y militares en la plaza aún no termina.

Los efectivos del Ejército se atornillaron en las cuatro esquinas de la plaza.

Los 10 momentos clave del miércoles 26 de junio

  1. 09.00. La primera alerta. El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, se entera del movimiento sospechoso de personal armado. Pide explicaciones a Juan José Zúñiga y desde entonces el general ya no responde, al igual que los otros comandantes de las dos fuerzas. Tanquetas se movilizan desde Viacha y Achacachi.
  2. 11.30. Arce se entera. El presidente Luis Arce es informado del “movimiento irregular” militar, cuando estaba en un acto de los campesinos en El Alto. Confirma que los tres comandantes castrenses no responden a sus teléfonos. El expresidente Evo Morales habla de un “acuartelamiento” en regimientos. 
  3. 14.30. Toma de la plaza. La plaza Murillo es asaltada por militares, carros blindados y tanquetas, bajo el liderazgo del comandante Juan José Zúñiga. En las redes sociales, el presidente Luis Arce denuncia una “movilización irregular” de tropas. Lo mismo hace la canciller Celinda Sosa a la comunidad internacional. 
  4. 15.50. Golpes al Palacio. Una tanqueta intenta tumbar la puerta del Palacio Quemado para que el general Juan José Zúñiga ingrese, esto luego de que el militar fue increpado por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, para que salga de su vehículo blindado. Se logra despejar la entrada al Palacio. 
  5. 15.55. El duelo. Juan José Zúñiga ingresa al Palacio Quemado, pero es abordado en la puerta por el presidente Luis Arce, quien le exige que repliegue a sus tropas. “Me va a hacer caso”, le pregunta el mandatario al uniformado, quien le responde con un “No”. Luego, el general deja de lado su intención. 
  6. 16.05. Golpe mediático. El comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, se dirige a los medios y anuncia que hay molestia en las Fuerzas Armadas, por la deslealtad imperante. Dice que cambiará a ministros y que “por el momento” respeta la investidura del presidente Luis Arce. Luego, indica que liberará a “presos políticos”. 
  7. 16.00. Enfrentamientos. Los militares que rodean la plaza Murillo gasifican a los ciudadanos que llegan a las inmediaciones del lugar en rechazo a lo que acontece y reivindicando la democracia. De acuerdo con el Gobierno, hubo más de una decena de heridos, inclusive por balines, quienes requirieron de cirugías. 
  8. 17.10. Cambio de mando. El presidente Luis Arce nombra un nuevo Alto Mando Militar en la Casa Grande del Pueblo, para el Ejército, la Armada y la Fuerza Naval. El recién posesionado comandante del Ejército, José Sánchez, ordena el repliegue de todas las tropas que se encuentran en la plaza Murillo. 
  9. 17.27. La fuga. Tras haber sido reemplazado como comandante del Ejército, Juan José Zúñiga pierde poder de mando y abandona la plaza Murillo en su tanqueta, acompañado de los efectivos y los carros blindados que lo acompañaron. Se dirige a su oficina del Estado Mayor en la zona de Miraflores. 
  10. 19.02. La aprehensión. La Policía, junto al viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, aprehenden al general Juan José Zúñiga en puertas del Estado Mayor de la zona de Miraflores de La Paz. El uniformado implica al presidente Luis Arce, afirma que él le ordenó sacar las tanquetas ese día.

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Del Castillo dice que se ordenó traer al grupo de élite Satinadores

El ministro indica que Zúñiga ya tenía nombres para un posible gabinete.

Al promediar las 14.30 del miércoles 26, efectivos del Ejército tomaron la plaza Murillo.

Por Miguel Gómez

/ 30 de junio de 2024 / 06:42

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, se ha convertido desde el miércoles en el portavoz de los hallazgos de las piezas del rompecabezas para explicar las razones y lo sucedido en el asalto militar a la plaza Murillo por parte de efectivos del Ejército, al mando del ahora excomandante Juan José Zúñiga, detenido en la cárcel de El Abra en Cochabamba.

Ayer, mientras vigilaba el operativo para el traslado de Zúñiga y los excomandantes Juan Arnez, de la Armada, y Edison Irahola, de la Brigada Mecanizada del Ejército, de las celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) a la penitenciaría de Chonchocoro, lanzó más resultados de las investigaciones que realizan la Fiscalía y la Policía.

Por ejemplo, habló del descubrimiento de un radiograma que devela la orden para que un avión Hércules aterrice en Tarija para el transporte a La Paz de miembros del grupo de élite Satinadores, el día del zafarrancho. “Estos elementos son investigados, hay mucha información, hay muchas personas que están involucradas, otras han cumplido instrucciones, pero otras han sido parte de la comisión de este ilícito y toda la información se irá dando a conocer al pueblo”, indicó a los medios.

También se refirió a lo denunciado un día antes por el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, de que cinco oficiales de las Fuerzas Especiales F10 de la entidad castrense llegaron de Cochabamba a bordo de la aeronave EB-001 con fusiles de francotiradores, horas antes de la insubordinación de Zúñiga.

Del Castillo, ayer en la FELCC para el traslado de Zúñiga.
Del Castillo, ayer en la FELCC para el traslado de Zúñiga.

INSTRUCCIÓN. El miércoles, el entonces jefe del Ejército y efectivos irrumpieron en la plaza Murillo, en lo que el Gobierno definió como “intento fallido de golpe de Estado”, e intentaron “tomar” la Casa Grande del Pueblo. Incluso, el general se insubordinó ante el presidente Luis Arce. “Me va a hacer caso”, le preguntó el mandatario en el ingreso al Paladio de Gobierno. “No”, respondió con un dejo desafiante el militar.

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“Le dieron instrucción a todos los francotiradores de trasladarse hacia la ciudad de La Paz. ¿Cómo vino la orden? Hay un documento escrito y firmado. ¿Quién fue el comandante que instruyó traer francotiradores a la ciudad de La Paz? Hay bastante información”, remarcó la autoridad gubernamental.

Explicó que estos “francotiradores” ya brindaron sus declaraciones ante el Ministerio Público y la Policía, y lo hicieron en calidad de testigos, especialmente sobre el avión que los transportó a la sede de gobierno, que debía hacer “dos movimientos” para traer más personal desde territorio cochabambino.

Recalcó que se apunta a revelar de dónde provino la instrucción. “Las órdenes en el Ejercito se dan de forma escrita y hay mucha gente que se acuarteló para atentar a la vida e integridad del pueblo boliviano. Hay gente que se insubordinó al señor Zuñiga, quien ya ha dado una serie de instrucciones en contra de la integridad del pueblo. Felizmente muchos se insubordinaron a Zuñiga, el día 26, no le hicieron caso. Todos estos elementos vamos a darlos a conocer en siguientes días”.

Eso no fue todo, inclusive Del Castillo mencionó que hay pistas de que Zúñiga tenía pensado conformar un gabinete. “También tenemos bastante información, como que ya tenemos algunos nombres de posibles personas que habrían sido parte del posible gabinete” del general, complementó el ministro de Gobierno, quien dijo que hay más nombres en la carpeta de sospechosos, de quienes se espera que se presenten de manera voluntaria ante los fiscales.

Precisamente Zúñiga, el miércoles en la plaza Murillo, en un contacto con los medios, habló de un pronto cambio de ministros y que respetaba “por el momento” la investidura de Arce. Otra de las declaraciones polémicas que lanzó se refirió a que se liberaría a los “presos políticos” de la crisis de 2019, entre ellos al gobernador cruceño Luis Fernando Camacho y la expresidenta transitoria Jeanine Áñez, encarcelados por las investigaciones de los casos Golpe de Estado I y II.  

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