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Friday 28 Jun 2024 | Actualizado a 20:53 PM

Año Nuevo Andino, intento de ‘resignificación’ de la identidad indígena desde las ciudades

Por el Año Nuevo Andino 5532, en Bolivia, se constituye feriado nacional con suspensión de actividades, desde la promulgación del decreto del 17 de junio de 2009.

Año Nuevo Andino en La Paz. Foto: Archivo La Razón

/ 20 de junio de 2024 / 15:43

Cada 21 de junio se conmemora el Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco, que es una festividad que tiene un significado cultural y espiritual para los pueblos indígena originarios campesinos del país. Se celebra esta fecha en ocasión del solsticio de invierno o el “Willka Kuti”, que significa el retorno o renacer del Sol.

Este 2024 se constituye en el año 5532 para el mundo andino. Será un día de feriado nacional con suspensión de actividades, según los decretos supremos 173, del 17 de junio de 2009, y 2750, del 1 de mayo de 2016.

El ensayista alteño Carlos Macusaya, y la documentalista Verónica Córdova asistieron al programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, para hablar al respecto.

Macusaya consideró que la celebración del Año Nuevo Andino parte de una «resignificación» de la identidad indígena desde las ciudades. En su criterio, la tradicional celebración en Tiwanaku es una ceremonia por iniciativa de indígenas urbanos de finales de los 70 e inicios de los 80.

“La iniciativa del Año Nuevo Andino es que los indígenas pueden resignificar su cultura desde la ciudad”, afirmó.

En su criterio, la celebración conforma un espacio de “afirmación identitaria”, que, posteriormente, se difuminó por todo el país con la “estatalización” de las políticas del expresidente Evo Morales.

Sin embargo, atribuyó el rol del indianista fallecido Felipe «El Mallku» Quispe, que, en su opinión, personificó “un cambio de época” en el país desde cuando le planteó al dictador Hugo Banzer «hablar de presidente a presidente».

A partir de entonces, los indígenas pueden “hablar de tú a tú”, puso como ejemplo.

Para Macusaya, quien abrió el camino para la resignificación de la identidad indígena fue Quispe y, posteriormente, el cambio del sistema tradicional fue liderizado por Morales. “Felipe Quispe no era a hábil para las alianzas, quien era hábil era Evo Morales”, admitió.

Explicó que, en ese contexto de “efervescencia identitaria”, la identidad indígena se convirtió, además, en una identidad política para confrontar a quienes tradicionalmente habían gobernado el país; es decir, élites y clases medias y altas.

“Recoge en su caudal electoral esa voluntad que no tenía liderazgo, pero había voluntad de cambio”, añadió Macusaya.

Por su parte, Córdova afirmó que, si bien la celebración de Tiwanaku es una tradición «inventada», los rituales son ancestrales. “Ya existía un rito de paso anual», que coincidía con los tributos indígenas, como también ocurría el 21 de diciembre.

En su opinión, la celebración es posible debido a que las personas necesitan una espiritualidad, que, generalmente, se centra en las religiones institucionalizadas, como el catolicismo, cristianismo, entre otros. “La sociedad contemporánea evita la religión institucionalizada y trata de encontrar espacios que sean más libres, abiertos y flexibles”.

Es decir, la sociedad desea reencontrar los lazos con la identidad indígena que está ligada a la infancia. “En una búsqueda de recuperar prácticas religiosas y espirituales que no te obligan a una religión institucionalizada”, comentó Córdova.

Además, la documentalista consideró que la declaración del 21 de junio como feriado nacional es emergente de una política estatal y que impulsa un canal de escape para la práctica de la espiritualidad. “Son políticas culturales que crean una nueva tradición”.

De este modo, la celebración por el Año Nuevo Andino fue expandiéndose por todo el país, al lado de las autoridades de gobierno que, desde la asunción de Morales a la presidencia, impulsan la recuperación de la identidad indígena.

El presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca viajarán este viernes a Tiwanaku, a 70 kilómetros de la ciudad de La Paz, para celebrar el Año Nuevo Andino.

El acto principal se instalará la madrugada este viernes 21 de junio en el Complejo Arqueológico de esa localidad, donde los mandatarios recibirán los primeros rayos del sol como manda la tradición.

Según el programa de la ceremonia de recibimiento, comenzará a las 04.30 con rituales y ofrendas hasta minutos después de las 07.00.

Eventos similares se desarrollarán en distintos “sitios sagrados” de Samaipata (Santa Cruz), Incallajta (Cochabamba), Chataquilla (Chuquisaca), Yunchará (Tarija), Sajama (Oruro), Parque Piñata (Pando), Roca Sagrada de los Chimanes (Beni), la Isla de Incahuasi en el salar de Uyuni (Potosí) y Caiconi (La Paz).

El otrora presidente de Bolivia Evo Morales también participaba en los rituales con que los indígenas aymaras para recibir el Año Nuevo de la cultura andina, coincidente con el solsticio de invierno del Hemisferio Sur.

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Macusaya cuestiona que Choquehuanca no contribuya a la resignificación de la identidad indígena

“Él decía en 2022 que 40 días y 40 noches antes de Año Nuevo Aymara no se bebía alcohol y no se tenía sexo. Él es de Huarina” y eso no ocurre, dijo Carlos Macusaya en alusión a David Choquehuanca.

El ensayista Carlos Macusaya en Piedra, Papel y Tinta. Foto: Oswaldo Aguirre

/ 20 de junio de 2024 / 15:35

El escritor y ensayista alteño Carlos Macusaya aludió al vicepresidente y presidente nato de la Asamblea Legislativa, David Choquehuanca, de no contribuir a la resignificación de la identidad indígena.

Cuestionó de él, por ejemplo, declaraciones que, en su criterio, son una farsa y que no ayudan a fortalecer la identidad indígena. Además, lo tildó de promover una visión estereotipada y superficial de esa identidad, que “distorsiona” el verdadero proceso de cambio en Bolivia, reduciendo su historia de lucha a referencias místicas.

“Él decía en 2022 que 40 días y 40 noches antes de Año Nuevo Aymara no se bebía alcohol y no se tenía sexo. Él es de Huarina (…) Es una región donde el adventismo ha tenido mucha fuerza”, criticó en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

En junio de 2022, Choquehuanca recomendó “limpiar los cuerpos” a quienes visiten el templo de Tiwanaku. “40 días antes, hermanos, no carne; 40 días antes, no trago, ni una gota de alcohol; tenemos que limpiarnos; 40 días antes, no sexo, tenemos que prepararnos”, declaró.

La autoridad hizo esas declaraciones en el acto de lanzamiento del Año Nuevo Andino, Amazónico y Chaqueño “Wilka Kuti” 5530, en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz.

Macusaya lamentó que esta visión superficial deja de lado los verdaderos procesos históricos y de lucha de los indígenas, recordando cómo los indianistas enfrentaron agresiones y discriminación en su lucha por el reconocimiento.

Además, el investigador cuestionó la ausencia de legisladores o funcionarios del Órgano Ejecutivo que promuevan esa resignificación identitaria. “Necesitamos actores que estén a la altura de poder resignificar a un indígena, no solo desde lo simbólico, sino desde las acciones prácticas”, afirmó.

En las últimas semanas, los actos de Choquehuanca, en su rol de presidente de la Asamblea Legislativa, han sido blanco de cuestionamientos. Frente al bloqueo legislativo y rezago de las elecciones judiciales en el primer órgano del Estado, el vicepresidente no fue capaz de manifestarse o convocar una sesión inmediata y, antes del 6 de junio, solo convocó a sesión del pleno de la Asamblea en dos ocasiones.

“Con ese tipo de acciones la imagen del indígena sigue reproduciéndose como un tipo que no tiene la capacidad de dirigir por ejemplo la Asamblea”, criticó Macusaya.

De ese modo, reclamó las acciones del segundo hombre del Estado. “¿Qué indígena destaca?  ¿Quién puede decir qué brillante ese indígena del Parlamento o en el ministerio? No hay nadie”, cuestionó. 

Asimismo, apuntó a Choquehuanca de no ser un apoyo para el presidente Luis Arce. “Cuando lo atacan a Arce, Choquehuanca es un ratón en su ratonera mientras los gatos están dando vueltas en la cocina”, indicó.

“Yo recuerdo que. cuando a Evo Morales lo atacaba la oposición, Morales no respondía. El que salía a dar lanzas era Álvaro García Linera”, dijo.

Por otro lado, Macusaya remarcó que el “gran líder histórico” del proceso de cambio no fue solo Morales, sino también García Linera. “Nunca fue el solo, siempre era la dupla Evo-Álvaro (…) Álvaro siempre estaba ahí defendiéndolo, dando pecho por él”. 

Consideró que el proceso de resignificación de la identidad indígena tiene antecedentes en las luchas anteriores al llamado proceso de cambio impuesto por el Movimiento Al Socialismo (MAS) y Morales.

Las luchas comenzaron en las universidades y en algunos cuadros como Quispe. “Los indianistas eran pateados en la universidad, eran escupidos por su wiphala y alguien te sale con un discurso sobre la ancestralidad de la wiphala. Y se salta el hecho para que hoy agarren la wiphala tuvieron que ser pateados y escupidos”, enfatizó.

Subrayó que la politización y educación de jóvenes indígenas, que luego regresaron a sus comunidades para movilizar a su pueblo, fue fundamental para el ascenso de Morales a la presidencia.

Además, indicó que se debe reconsiderar la forma en que se representa y se entiende la identidad indígena dentro del MAS y en la política boliviana en general. “Yo pienso que (debe) tomarse con seriedad a los indígenas”, remarcó.

El análisis de Macusaya fue expuesto en el debate sobre la importancia del Año Nuevo Aymara, del que también participó la documentalista y cineasta Verónica Córdova.

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