La impronta del Che que trasciende a la muerte de su captor
Su muerte otra vez dividió criterios en relación a su trascendencia histórica.

Verónica Córdova y Jorge Barrón conversan con la directora de La Razón, Claudia Benavente en Piedra, Papel y Tinta. Foto: Rodwy Cazón
La impronta y la figura de Ernesto “Che” Guevara reaparecieron en los últimos días a raíz de la muerte de su captor, el general en retiro Gary Prado Salmón. Un acto íntimo y reclamos de homenaje a un “militar de honor” caracterizaron las exequias.
Nacido en Roma (Italia) el 11 de noviembre de 1938, el militar murió el 6 de mayo, víctima de una falla renal y una neumonía derivadas de su estado de discapacidad motriz a causa de un accidente con arma de fuego en 1981.
Sin actos oficiales por su condición de otrora miembro de las Fuerzas Armadas y declarado “héroe nacional” por el Congreso Nacional en 1967, el cuerpo del general fue velado en la Gobernación de Santa Cruz. Seis jefes militares en retiro fueron sus guardias de honor. Fue sepultado del lunes.
“Cuando un militar cumple una misión, no espera una recompensa, pero sí un reconocimiento, que lo que hizo en defensa de su país sea honrado”, dijo a La Razón en octubre de 2017, a propósito de los 50 años de la muerte del guerrillero argentino-cubano.
Herido en una de sus piernas en el combate en la Quebrada El Churo, el 8 de octubre de 1967, Guevara fue capturado por el sargento Bernardino Huanca, de la columna de Prado Salmón. “Los militares tomaron el campamento de los guerrilleros gracias a la información de los desertores, por lo que se quedaron sin campamento, divididos y traicionados entre ello”, recordaba en La Razón el militar.
Su muerte otra vez dividió criterios en relación a su trascendencia histórica.
Criterios
Expresidente (2003-2005) y líder de la alianza Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, expresó sus sentimientos por quien consideró que fue “un militar de honor”. Fue “protagonista de un hecho histórico fundamental de nuestra historia, la captura de Ernesto Che Guevara”, tuiteó.
Entretanto, ni el presidente Luis Arce ni el expresidente Evo Morales expresaron criterio alguno sobre el deceso. Las Fuerzas Armadas, tampoco.
“La mezquindad enciende y alimenta los odios políticos. Nada costaba que el Comandante del Ejército autorizara que se procediera en el entierro de Gary Prado como correspondía a su figura”, protestó Samuel Doria Medina.
En criterio de la cineasta Verónica Córdova, expresado este jueves en Piedra, Papel y Tinta, de La Razón, “la muerte de una persona no puede servirnos de excusa para defenestrar a nadie ni el rol que ha jugado”.
Sin embargo, consideró que el episodio que protagonizaron Prado Salmón y las Fuerzas Armadas en la campaña del Che Guevara “no debería recordarse en una visión tan poco meditada”. No se puede justificar como “una invasión cubana en nuestro territorio que ha sido repelida por el Ejército boliviano”, como leen algunos, dijo.
El general fallecido había dicho que el guerrillero “quería forzar a que vengan las tropas americanas (estadounidenses) a pelear” en Bolivia y dejar “miles de muertos y convertir al país en un campo de batalla”.
“Ése era el objetivo de la presencia del Che Guevara, escrito y confesado, y según su planificación estratégica”, insistía.
Subordinación
Córdova discrepó con esa tesis y dijo que, si bien lo del Che era un grupo guerrillero, “en cambio el Ejército boliviano, que tiene una misión constitucional, se subordinó a las órdenes de tropas norteamericanas”.
“No olvidemos que ese Ejército boliviano que combatió a la guerrilla del Che y finalmente asesinó al Che estaba comandado por lo boinas verdes norteamericanos y que estaban agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) formando parte de esa campaña”, dijo la productora y columnista de La Razón.
Otro panelista de Piedra, Papel y Tinta, Jorge Barrón, director de la Videoteca Barbarroja, coincidió con esos conceptos. “Prado Salmón había sido el responsable de esa operación comandada por la CIA”, dijo.
Apuntó al general fallecido de la muerte del Che Guevara en la escuelita de La Higuera al día siguiente de su captura, además del mayor Miguel Ayoroa y el coronel Andrés Selich Shop.
Consultado en octubre de 2017 sobre qué hubiera pasado si el Che Guevara estaba vivo, Prado Salmón respondió: “No es muy difícil hacer suposiciones de lo que hubiéramos hecho con el Che”.
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Sentencia
Enseguida contó pormenores de su versión. “Tuve la suerte de coincidir en Madrid con el general (Alfredo) Ovando y me contó que sostuvo una reunión con (René) Barrientos (NdR: presidente durante la campaña, la captura y muerte del guerrillero) y (Juan José) Torres, y los tres aprobaron acabar con el Che; nadie discrepó con la decisión”.
“El debate era que, si le daban una sentencia de 30 años de cárcel, dónde lo iban a tener. No había Chonchocoro y el penal en Santa Cruz, donde se encuentra el comando policial, era una casa vieja”, dijo Prado Salmón.
Además, recordó que una eventual pena máxima contra el argentino-cubano “sería un factor de irritación constante de querer liberarlo”. Contó que “por ese motivo es que estas autoridades decidieron eliminarlo”.
“Al final, Barrientos, en una declaración pública, afirmó que fue quien ordenó la ejecución del Che. Sin embargo, fue una decisión en consulta con Ovando y Torres”, remató.
Fallecidos ahora Che Guevara y Prado Salmón, la historia continúa y los debates también. Córdova recordó al guerrillero “desde un lugar más inspiracional y ético”. “Es el ejemplo que nos ha dejado de perseverancia, de honestidad, de rigor intelectual y político… de integridad. Ese ejemplo es lo que tenemos”.
Es lo que hay que reconocer de él “más que las discusiones bizantinas de quién tenía la razón o no hace 50 años”.
En su criterio, “en el tiempo, el Che ha triunfado”. Dijo que, si uno ve lo que ha pasado en Bolivia años después, y lo que está pasando hoy, hay que “atribuirlo a la fuerza de la historia del Che en Bolivia”.
“No podemos decir que las banderas sean las mismas. La inmolación del Che ha servido como un parteaguas que ha transformado a la sociedad boliviana”, afirmó Córdova.
El Che muerto
El camino que se ha decantado hasta ahora “tiene su origen en el Che muerto en la lavandería de Vallegrande, que puede no haber sido un triunfo militar”, reflexionó.
En tanto, Barrón consideró que, “si bien fue derrota militar (de la campaña del Che Guevara), también fue derrota ideológica (para el Ejército y la CIA)”.
Por muchos años no se supo del destino de los restos del guerrillero. Incluso se decía que aquellos fueron incinerados y las cenizas esparcidas en la serranía de Ñancahuazú.
El 21 de noviembre de 1995, el general retirado Mario Vargas Salinas declaró que el cuerpo fue enterrado en la vieja pista de aterrizaje de Vallegrande.
Un grupo de forenses argentinos encontró el 28 de junio de 1997 los huesos del Che Guevara y otros seis hombres en cercanías del lugar indicado. El 12 de julio, el presidente Fidel Castro recibió el ataúd, declaró duelo nacional y organizó homenajes al guerrillero.