Viajó a pie de La Paz a Potosí por su trabajo; una travesía en la que encontró solidaridad
Rodeó Patacamaya y recorrió algunos pequeños tramos en vehículo, cuando lo encontraba. No durmió a la intemperie, porque encontró ayuda en cada puerta que tocada cuando la noche lo encontraba

No podía quedarse en La Paz y emprendió un viaje a pie hasta Potosí, luego de declararse la cuarentena total que suspendió los viajes interdepartamentales. En una mochila llevó solo lo necesario para un agotador viaje que también le mostró la calidad humana de familias que le cobijaron en sus humildes moradas cuando la agarraba la noche.
Adrián Luque Conde tiene 25 años y su responsabilidad con su trabajo hizo que haga el viaje. La travesía comenzó el domingo 29 de marzo. “Tenía que presentarme a trabajar y, como ya no hay transporte, tuve que venirme caminando”, relató durante una entrevista con radio Kollasuyo de Potosí, según publicó el diario El Potosí.
La declaratoria de cuarentena y estado de emergencia sanitaria lo sorprendió en La Paz y a poco de emprender viaje a Potosí. Con la suspensión de los servicios de transporte interdepartamental, no tuvo otra opción que lanzarse a la aventura, aunque con la esperanza de encontrar vehículos en la carretera que le acerquen a su destino.
Salió de La Paz a las cuatro de la madrugada del domingo. «He tenido que bordear casi todo el camino para que no me pillen porque decían que me iban a arrestar con multa de 1.000 (Bolivianos)”, contó. Su primera meta era ingresar al pueblo de su madre, Quilviri, cerca de Patacamaya, pero se lo impidieron.
Se alimentó con lo que pudo llevar en su mochila o comprar de alguna tienda de los poblados por los que pasó.
Aunque confesó que más le ayudó el pito de cebada (alimento molido a nivel polvo) que una señora, de la que no recordó el nombre, le invitó en el camino.
“La solidaridad de esa gente, que se encuentra en los márgenes de la extrema pobreza, es proverbial y Adrián lo comprobó cuando llegaba la noche y él se aproximaba a alguna casucha para pedir cobijo. Siempre le abrieron la puerta, así que nunca durmió a la intemperie”, dice la publicación de El Potosí.
Luque Conde recordó que despertaba “muy temprano” y que caminaba hasta las 22:00, con intervalos para descansar o comer, así que completó todo el tramo en cinco días. “El cuarto día estuve en Macha —detalla— y me fui al módulo (policial) a descansar porque ya no daba más. Mis pies me estaban ardiendo”.
No fue la primera vez que hacía largas caminatas. Desde niño acostumbraba a recorrer grandes distancias y, para esta ocasión, preparó dos pares de abarcas porque estas son mejores que los zapatos, cuando de caminar por los cerros se trata.
En cinco días Luque Conde recorrió aproximadamente 538 kilómetros, una distancia que en un bus interdepartamental llega a durar unas ocho horas.