Japón conmemora los 10 años de la triple catástrofe de marzo de 2011
El gigantesco tsunami fue el principal causante de los 18.500 muertos o desaparecidos

Japón conmemoró con gran emoción este jueves el décimo aniversario de la triple catástrofe del 11 de marzo de 2011 –un terremoto, un tsunami y un accidente nuclear– que ha traumatizado para siempre al país.
A las 14.46 (01.46 Bolivia), hora en la que el sismo sacudió el noreste del país aquel 2011, se guardó un minuto de silencio en todo Japón. Luego, se celebró una ceremonia en la que hablaron el emperador Naruhito y el primer ministro Yoshihide Suga.
Al mismo tiempo, se escuchó el ulular de las sirenas en las playas del litoral, donde se congregaron numerosas personas para orar, con las manos juntas frente al mar.
El gigantesco tsunami fue el principal causante de los 18.500 muertos o desaparecidos. Olas tan altas como edificios azotaron la costa del noreste de Japón poco después de un terremoto de magnitud 9,0.
Le siguió un accidente nuclear en la central de Fukushima Daiichi, que acabó inundada. Los núcleos de tres de los seis reactores sufrieron fusión, dejando ciudades enteras inhabitables durante años debido a la radiación y obligando a decenas de miles de personas a irse.
Fue el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
«La magnitud de los daños causados por la catástrofe es tan profunda que el recuerdo inolvidable de la tragedia persiste en mi alma», declaró el emperador.
«Nuestra nación vivió varias catástrofes que podemos considerar como crisis nacionales» pero «nuestros predecesores superaron cada crisis con valentía y esperanza», recordó por su parte Suga, asegurando que Japón siempre mirará «hacia adelante».
Del mundo entero llegaron mensajes de solidaridad, entre ellos del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y de la cantante Lady Gaga.
Durante todo el día hubo numerosas ceremonias públicas y privadas en la región, como en Hisanohama, en la ciudad costera de Iwaki (departamento de Fukushima), donde Toshio Kumaki, de 78 años, oró en el muro antitsunami de hormigón construido después de la catástrofe de 2011.
«Vengo a caminar aquí todas las mañanas, pero hoy es un día especial», afirmó, rezando hacia el sol naciente.
(11/03/2021)