Marcha y reclamos contra talleres textiles clandestinos en capital argentina
La movilización se produjo a diez días de la muerte de dos niños bolivianos. Amparo Menchaca y Julián Rojas de 40 y 45 años sobrevivieron al incendio. Eran los padres de crianza de uno y tíos del otro niño, que murieron por asfixia en el incendio que provocó un derrumbe en el interior del edificio.

Un centenar de personas marcharon este jueves en rechazo de los talleres textiles clandestinos en Buenos Aires, mientras una campaña llama a no usar «ropa manchada con sangre», a diez días de un incendio que causó la muerte de dos niños bolivianos.
«No queremos más ropa manchada con sangre», rezaban carteles que portaban manifestantes que bloquearon una muy transitada avenida en el barrio capitalino de Flores, conocida por ser un epicentro de la venta de vestimenta a bajo precio.
Esta campaña es impulsada por la Confederación Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa (CAME) que los considera además una competencia desleal para la industria textil ya que producen a muy bajo costo por su ilegalidad.
En esa zona de la capital argentina, se concentra la mayor cantidad de talleres clandestinos, donde trabajan inmigrantes bolivianos ilegales en condiciones infrahumanas, según organizaciones no gubernamentales que reclaman se ponga fin a su existencia.
En tanto, trabajadores estatales y docentes, entre ellos un maestro de los dos niños muertos, se manifestaron este jueves ante la Subsecretaría de Trabajo de la alcaldía capitalina, en el centro de Buenos Aires.
«Pedimos trabajo digno para evitar que pase esto», dijo Eduardo López, secretario general de la Unión de Trabajadores en la Educación (UTE), en alusión al incendio en el que murieron Orlando y Rodrigo, de 7 y 10 años, que vivían en el lugar donde trabajaban sus familiares.
Amparo Menchaca y Julián Rojas, una pareja de bolivianos de 40 y 45 años sobrevivieron al incendio. Eran los padres de crianza de uno y tíos del otro niño, que murieron por asfixia en el incendio que provocó un derrumbe en el interior del edificio.
En octubre de 2014, la ONG La Alameda denunció la existencia de 40 posibles talleres clandestinos en Buenos Aires, entre los que estaba el que se incendió. No obstante, nunca fue inspeccionado por la alcaldía, según la ONG.
«Hay grandes marcas detrás de esto, hay connivencias con la policía y con el Estado», declaró Juan Vázquez, de 34 años, dirigente del Colectivo Simbiosis Cultural, que reúne a bolivianos residentes en Argentina.
Según Vázquez, que llegó a los 9 años a Buenos Aires y trabajó en talleres de costura ilegales entre los 16 y los 23 años, hay 109 marcas denunciadas por trabajo en condiciones infrahumanas.
El Colectivo se formó hace siete años buscando alternativas para los inmigrantes bolivianos, luego de que en 2006 otro incendio en un taller ilegal causara la muerte a seis personas, cinco de ellas menores de 18 años.