Se viene un duelo de ‘Academias’
Imagen: La Razón
Ricardo Bajo
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Introducción: la torrencial lluvia (y el termómetro que baja hasta los siete grados en pleno “verano” alteño) arranca con el partido: La cancha municipal de Villa Ingenio (sede ahora de las eliminatorias) no va a soportar el agua que caerá a lo largo de los noventa minutos. Su drenaje deja mucho que desear y preocupa cara al partido contra Uruguay el 25 de marzo.
Villegas sorprende con la aparición de un “fichaje” que había llegado para ABB: es Nicolás Ariel Messiniti, argentino proveniente de Delfín de Ecuador. La roja de Ferrufino y la lesión del brasileño Paulo Henrique obligan a improvisar. El onceno/estilo de Mauricio Soria es el mismo que está sorprendiendo a propios y extraños.
Nudo: el cinco-tres-dos de Soria está pensando para salir al contragolpe y tapar todos los huecos atrás. La “banda roja” peca de ansiedad y falta de claridad a la hora de penetrar esas dos líneas defensivas celestes; cayendo en la trampa del “Loco”. El “millonario” se obceca en atacar por el centro y desaprovecha las bandas; equivocando los caminos.
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Uzeda y Paniagua se borran (son dos talentosos irregulares). Los laterales albirrojos (los Medina) apenas doblan. Sobrero, la manija, no encuentra compadre. La cancha inundada no ayuda. Los anhelados disparos de larga distancia brillan por su ausencia.
Desenlace: la segunda parte es más un partido de waterpolo con amagos de boxeo que otra cosa. La entrada (por Uzeda) del enganche zurdo argentino Tomás Gustavo Andrade (recién aterrizado, proveniente de Montevideo Wanderers) mejora el juego. Con la sustitución de la dupla de ataque de Blooming (Vadalá y Garzón), los de Soria dejan de contragolpear.
El segundo nueve que prueba Villegas (el juvenil Jairo Diego Rojas, jugador revelación de la selección boliviana en el Sudamericano sub-20) tiene dos y anota una. Faltan diez minutos para el final, faltan dos goles para empatar una eliminatoria que Always perdió en el “Tahuichi”.
El citado quilombo final (con tres rojas para Blooming y agresiones de ida y vuelta que frenan la soñada remontada) no mueve el “score”. Cuando se escucha el pitado final, los hinchas del CAR despiden a los jugadores con gritos de “Bolívar, Bolívar”.
Post-scriptum: la “Academia” cruceña es un justo finalista. Soria está demostrando (otra vez) su sapiencia a la hora de armar equipos que juegan bien a la pelota (ya lo vimos en la Libertadores).
Es el equipo boliviano con mejor fútbol en la actualidad (con permiso de Bolívar). Y se perfila como un firme candidato a ganar tanto el torneo de verano (a pesar de las rojas) como en el campeonato liguero que arrancará en abril. Se viene un duelo de “Academias”.