El Tigre, contra los elementos
Imagen: Archivo La Razón
Ricardo Bajo
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Introducción: es el partido número cien del Tigre como local en la Libertadores. Es la decimocuarta participación consecutiva. ¿Y si se hubiese invertido más/mejor en infraestructura y divisiones inferiores tantos millones de dólares logrados a lo largo de tres lustros? The Strongest está sumido en una profunda crisis institucional y el partido coincide con un nuevo fallo judicial que ahonda la sensación de orfandad.
El rival es E.C. Bahía, equipo brasileño que pertenece al City Group; llega después de gastar este año 20 millones de dólares en fichajes. En juego, la futura estabilidad económica en medio de una incertidumbre angustiosa.
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Nudo: Zago no sorprende y apuesta por el onceno/estilo que está tratando de armar; con poco tiempo y escasos partidos. Los de Rogerio Ceni llegan en plena competencia del torneo bahiano con muchos más partidos a cuestas.
El fútbol boliviano sigue dando ventajas a (superiores) rivales: siempre llega con menos trabajo que los demás. Zago forma así (4-4-2): Banegas; Supayabe, Jusino-Pedraza, Moriceau; Ursino-Castro Neto, Amoroso, Arrascaita; Triverio y Guerrero. De inicio, Bahía ataca y manda un mensaje: ha venido a jugar, a tocar y tocar; avanza con pelota al pie. Es la fórmula ya conocida de jugar en la altura. La primera parte terminará con una posesión inaudita para una visita brasileña en el Siles: 73%.
En el minuto seis, una “contra” -que no logra terminar Amoroso- acaba con una roja absurda de un acelerado (otra vez) Ursino. Jugar con diez durante 85 minutos es dar mucha ventaja.
El Tigre es su peor enemigo. El “doble cinco” es entonces para Castro Neto (un central recién llegado) y Arrascaita. Son dos líneas de cuatro para defender en bloque bajo y salir al contragolpe.
Si la idea era esa, ¿por qué Zago no apostó por la dupla Cuéllar-Quiroga mucho más ducha en robar? En una transición de la mano de un Amoroso en estado dulce, llega el uno a cero. Lo hace Guerrero para un Tigre batallador. Antes, Banegas se ha disfrazado de Viscarra, para evitar cuatro goles cantados.
Desenlace: en el descanso se escucha un clásico, es el “Fuera Crespo”. En la segunda parte, el partido no cambia. El “score” (el marcador electrónico de la norte se ha quemado en la previa), si lo hace. William José, goleador en el fútbol español, empata. El costado derecho de Supayabe es un queso Gruyere.
Post-scriptum: Bahia juega más/mejor al fútbol. “Yo no mandé a mis barcos a luchar contra los elementos” dijo un monarca español ante una derrota y unas tormentas implacables. El Tigre, tampoco. El gualdinegro no mandó a luchar contra Ursino, contra Crespo, contra una dirigencia insolente/indolente.