Más espinas que rosas
Imagen: Oswaldo
Jorge Barraza, columnista de La Razón
Imagen: Oswaldo
No fue “el” año futbolísticamente. Arrancó con partidos emocionantes (casi siempre a cargo de la Premier League) y luego decayó hasta terminar en menos que discreto. Hubo una lánguida Copa América y una Eurocopa apenas un pelo mejor. Ni la Champions ni la Libertadores despertaron pasiones. España y Argentina, las selecciones más fuertes del mundo, volvieron a imponerse. La aparición de Lamine Yamal y los alemanes Musiala y Wirtz sí son un soplo de esperanza que da el 2024. No obstante, fueron más espinas que rosas. Será un año que olvidaremos pronto.
* Bombazo. “Botafogo, equipo pipoqueiro”, se burlaron en Brasil durante medio siglo. ¿Qué es pipoqueiro…? Que, cuando lo aprietan, revienta como la pipoca, la palomita de maíz. Que juega grandes partidos cuando los partidos no son grandes. Y que arruga en las finales. “O único time grande que nunca ganhou a Libertadores”, se mofaban sus rivales. En ocho días conquistó la Libertadores y el Brasileirao, un doblete histórico. Y en la final de la Copa, quedó con 10 hombres a los 29 segundos de juego. Jugó 104 minutos con uno menos y ganó 3 a 1.
* Insólito. Lo de Rodri refleja a la perfección al madridismo: indignación nacional en España porque le dieron el Balón de Oro a un español y no a un brasileño (Vinicius), sólo porque el español no juega en el Real Madrid y el brasileño sí. Por cierto, perfectamente elegido Rodri, un Balón de Oro por mérito, no por marketing o presión mediática.
* Freno. De Ricardo Gareca a los periodistas chilenos que intentaban darle un curso de táctica en la rueda de prensa: “Yo soy técnico y ustedes periodistas, no pueden opinar como entrenadores porque no lo son”. Bien.
TAMBIÉN PUEDE LEER:
Un milagro llamado cholismo
* Inolvidable. Lo del Bayer Leverkusen. Nunca había sido campeón alemán, pero en una campaña para el recuerdo ganó la Bundesliga, la Copa de Alemania y llegó a la final de la Europa League. Jugó 50 partidos en la temporada, se mantuvo invicto en los primeros 49 y cayó en el último, ante el Atalanta 3 a 0. Una sola derrota cortó lo que hubiese sido un suceso único en 153 años de fútbol. Igual, sorprendió al mundo. Xabi Alonso fue el arquitecto de un equipo que entusiasmó por su juego, por sus goles y por un joven prometedor: Florian Wirtz.
* Adiós. A dos leyendas de la redonda: Franz Beckenbauer y César Luis Menotti. El Káiser fue la perfección técnica, el liderazgo, la distinción y un apellido para toda la historia del fútbol. El Flaco, el verbo, la personalidad, la prédica de un estilo basado en la estética y la ofensiva.
* Marca. La del Cholo Simeone: el 23 de diciembre cumplió 13 años y 707 partidos como DT del Atlético de Madrid. Un milagro de permanencia en el alto nivel. Logró 8 títulos y el 67% de rendimiento en todo ese tiempo, en un equipo habituado a las derrotas. El cholismo le cambió la vida al Aleti, le devolvió la grandeza. Con él se da un caso singular: que el máximo ídolo de un club sea un técnico y no un jugador.
* Milagro. Que no se produjera una tragedia de magnitudes antes de la final de la Copa América. La desorganización hizo que decenas de miles de personas estuvieran por horas apretujadas contra los muros del estadio, en Miami, sin poder ingresar teniendo entradas (carísimas, por cierto). Centenares se metieron por los ductos de aire. En medio del caos, finalmente alguien tuvo la atinada idea de que abrieran los portones y entraran, con o sin boleto, pero descomprimieran una situación que era una bomba. Dios quería ver la final.
* Pasajes. Puede decirse que ya los tienen para el Mundial 2026 seis selecciones sudamericanas: Argentina, Uruguay, Ecuador, Colombia, Brasil y Paraguay. Se han despegado del resto, están firmes. Paraguay tuvo un repunte sensacional de la mano de Gustavo Alfaro: ganó 12 puntos sobre 18 y va invicto desde la asunción del entrenador en la séptima fecha.
* Solvencia. Argentina volvió a ganar la Copa América, encabeza con holgura la tabla de la Eliminatoria y terminó el año como líder del Ránking Mundial de la FIFA. Ponderable porque es complicado mantener el apetito de gloria después de haber alcanzado la cima. Sostuvo su esquema de juego y el carácter de equipo difícil de vencer en un momento en que se le fue Di María, sufrió lesionados y le aflojaron varias individualidades como Enzo Fernández, Mac Allister, De Paul y Julián Álvarez. Que ahora volvieron a levantar en sus clubes.
* ¿The Best…? Tras el escándalo mayúsculo que armó el Real Madrid por la no entrega del Balón de Oro a Vinicius, finalmente el brasileño recibió el The Best de la FIFA, imponiéndose por brevísimo margen a Rodri. Éste, no obstante, fue primero para los entrenadores y los periodistas. Vinicius se impuso entre los capitanes de selecciones y el voto popular por Internet. A Vinicius le va muy bien en el Real Madrid y muy mal en Brasil. Decir que es el mejor jugador del mundo suena a demasiado.
* Sobrevaloración. “La diferencia hoy la marcan los entrenadores, y eso no es bueno”. Lo dijo en 2021 Marco Van Basten, ahora comentarista. Fue visionario. No hay estrellas que decidan partidos o campeonatos. Hay futbolistas sobresalientes, no extraordinarios. Tampoco son estables, tienen momentos. Haaland es gol, no otra cosa, y lleva ocho partidos sin marcar. Lo mejor de los jugadores son los precios. El top cinco de las cotizaciones al finalizar el año, según Transfermarkt, es este: 1) Haaland (200 millones de euros), 2) Vinicius (también 200 M€), 3) Lamine Yamal (180 M€), 4) Bellingham (180 M€) y 5) Mbappé (160 M€).
* Acertar. Por eso, lo más importante es encontrar “al” técnico. El que la pega, llega al éxito. Scaloni es una prueba, Lorenzo otra, Alfaro en Paraguay una más. Ni hablar de Botafogo con el portugués Artur Jorge. En Europa, España con De la Fuente. El Liverpool reemplazó magníficamente a Jürgen Klopp con Arne Slot. Desde luego, el Real Madrid dio en la tecla hace tiempo con Ancelotti, lo mismo que el Atalanta con Gasperini y el Inter con Simone Inzaghi.
* Baja. El que se cayó del podio en el mercado es Mbappé, cuya valuación era de 180 M€ y ahora está en 160. Transfermarkt lo explica así: “Su traspaso generó grandes expectativas que aún no ha podido cumplir. Para un jugador de su talla se podría haber esperado una adaptación más rápida, aunque sus números pueden calificarse de aceptables. A pesar de esto, parece carecer de confianza en sí mismo y se le ve algo insatisfecho”. Lleva 14 goles en 24 partidos, ninguno que se llame golazo, varios de penal o de empujada bajo el arco. Cumplió 26 años, su juego no evolucionó un centímetro. Cuando apareció era potencia, carrera y remate, nueve años después es potencia, carrera y remate.
* Enamoró. La Selección Colombia dejó un recuerdo magnífico de su juego en la Copa América. Le tocó un camino durísimo: enfrentar a Brasil y Uruguay. Eso le costó llegar menguado a la final con Argentina y jugó un partido opaco ante un rival muy astuto, que sabe manejar los tiempos, las situaciones que plantean los partidos y no perdona titubeos. Pero fue una imagen impecable del fútbol colombiano.
* Cupos. La sexta coronación consecutiva de un equipo brasileño en la Libertadores reavivó la polémica sobre si las plazas en la Copa están bien repartidas. Una gran mayoría del continente pide que se le quiten lugares a Brasil y Argentina. “Ganan porque tienen demasiados equipos”. No, ganan porque son buenos. Encaran la competencia buscando el título, no los premios. Hasta 1999, cuando clasificaban dos por país, también prevalecían brasileños y argentinos. La cantidad de cupos no determina la calidad.
(30/12/2024)