Como en el barrio
Imagen: La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: La Razón
Introducción: han pasado 58 días desde la última vez que el Tigre jugó en el Siles. Va a llegar más gente a la cancha. El precio de la curva, s 20 pesitos, ayuda a que la Sur se vea más linda. Hace siete años que los stronguistas no damos la vuelta de campeón. El gualdinegro quiere estirar su ventaja a nueve puntos. Faltan siete fechas para completar los 34 partidos. No están Arrascaita (lesionado), Ursino (sancionado) y Castillo (saliendo de su lesión).
TAMBIÉN PUEDE LEER:
Llega Blooming del argentino Carlos Bustos, el colero. Llega después de sacar una sorprendente victoria en Potosí. Cabanillas coloca su dibujo favorito: 4-3-3. Bustos y Quaglio son los laterales; Pedraza hace pareja con Jusino; Quiroga es el cinco, a su izquierda un Leonel López en ascenso y a su derecha Ortega; los tres de arriba son Sotomayor de “wines” y Triverio. Hay ocho “chiflados” en la bandeja alta de la Recta, luego llegarán más, hasta el medio centenar. Se venden 3.600 entradas y llegan 2.068 abonados.
Nudo: la seña de identidad del fútbol de Cabanillas es la presión alta. Así va a robar varios pelotas cerca del buen arquero rival, Uraezaña, don Braulio. El Tigre no va a jugar bien. Sigue siendo intermitente. No se ven sociedades en la cancha. Los laterales suben de Pascuas a Ramos. Ortega no es el mismo; a ratos va de ocho, a ratos de diez. El colombiano -con este sistema- juega muy lejos del “box” rival. Al mexicano López el sistema le va mejor. No tiene tanta responsabilidad defensiva y filtra más pelotas, su mejor virtud. En una de esas jugadas, llega el único gol. Pelota para Triverio, de espaldas. El nueve que lleva la once tiene a los dos centrales pegaditos. No importa. El once que juega de nueve se da la vuelta y saca un potente disparo. Uno a cero. El Tigre es Triverio y nada más. Es su gol número 17. Va por el título de goleador. ¿Qué sería del gualdinegro sin el Quique?
Desenlace: la segunda parte va a desnudar las falencias del equipo de Cabanillas. Van a entrar Roca, Chura, Isnaldo, Wayar… Pero el Tigre no mejora. Aún así, sacará nueve puntos a sus seguidores. Es una metáfora de nuestro fútbol: ni el puntero entusiasma. Es un equipo solidario, eso sí; conjurado para romper el maleficio de esos siete años sin salir campeón. La otra imagen de la noche es el marcador electrónico de los cambios y los minutos de alargue. En la primera parte deja de funcionar. Se jugará así, como en el barrio.
Post-scriptum: el Tigre jugará dos partidos entre semana (de Copa, lunes y jueves) para volver con el torneo liguero el sábado en Cochabamba frente a Aurora. Es una locura. Es el fútbol boliviano, ese que para un mes -al pedo- y luego juega un día sí y otro también, como en el barrio.