El triunfo de Paraguay y las derrotas de Bolivia y Chile dejan todo aclarado: los seis de arriba son inamovibles, van al Mundial; queda la pelea chica, por el séptimo puesto, el del repechaje.
Esto, faltando cinco fechas para terminar la Eliminatoria. Puede que en las jornadas siguientes se distienda todo y muchos enfrentamientos sean como amistosos. Amistosos por plata.
Que muchos futbolistas no acudan al llamado de sus selecciones acusando lesiones inexistentes o que no pongan la piernita. Esto abre un debate sobre cómo deberían ser las Eliminatorias del futuro.
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Ocho sobre diez es récord mundial
* Increíble. Si hoy terminara la clasificación, Bolivia estaría con grandes chances de disputar el Mundial por ser séptimo, pese a haber perdido 8 partidos sobre 13. Porque estaría en la repesca y podría lograr un cupo. O sea, clasificaría una selección que perdió el 62% de sus encuentros. O podría entrar Chile aún con diez derrotas. Un absurdo. Pero el tema no es Bolivia o Chile, es el sistema. Esto se debe al número tan alto de plazas de que goza Sudamérica. Que por un lado nos alegra, por otro le quita sentido a la carrera mundialista.
* Anomalía. Al vencer a Uruguay, Argentina consiguió virtualmente el boleto al Mundial cinco fechas antes del final. Le quedan cinco encuentros en los que no se jugará nada, en todo caso el prestigio. Que no es poco, claro, pero Scaloni hasta podría licenciar jugadores o probar jóvenes a pesar de tener que enfrentar a rivales que se juegan el pellejo, como Chile y Venezuela. Incluso futbolistas de los que están en Europa podrían decir “me duele la pancita, contra Chile y Colombia no voy”. Y otro peligro es que pueda haber acuerdos entre jugadores rivales y se den esos choques híbridos con resultados “convenientes” para beneficiar a alguno.
* Inflación. Esto obedece al aumento, en los Mundiales, de 32 a 48 equipos. ¿La consecuencia…? hay demasiados clasificados: el 60% de los que participan en la Eliminatoria. Porcentaje que treparía al 70 si el del repechaje gana un cupo también. Es decir, tantas plazas mundialistas quitan fogosidad, tensión y seriedad al tramo final de la Eliminatoria. Pero, bueno, ya está determinado así y es utópico pensar que se vuelva hacia atrás.
* Cambio. Hoy, las asociaciones sudamericanas viven de los derechos de TV de la Eliminatoria. Ese colchón de dinero les permite financiarse por cuatro años. Si se reduce el número de partidos se achican también los ingresos. Nadie lo aceptaría. Habría que mantener los 18 cotejos para cada uno viendo una fórmula nueva, tal vez por fases, para que se llegue a la última fecha con una mayoría de selecciones luchando por un lugar.
* Salvavidas. A Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Ecuador y Colombia sólo les falta hacer el chequeo de los pasajes, pero ya están emitidos. Hay cuatro que se pelean en el medio del mar por un gomón: son Bolivia, Venezuela, Perú y Chile.
Los tres primeros tienen parecidas posibilidades de lograr ese séptimo puesto que los salve del naufragio. Chile, en cambio, está último y le tocará caminar sobre un sendero de brasas ardientes: Ecuador, Argentina y Uruguay en Santiago, Bolivia en El Alto y Brasil también afuera. Si de los 15 puntos logra 12 entra en los libros de historia.
* Fantástica. La campaña de Ecuador, que venció a Venezuela 2 a 1. Este grupo de jugadores es magnífico desde la actitud y muestra un hecho notable: está por encima de los entrenadores. Nombren a quien nombren, juegan por ellos, dejan todo en cada partido.
Nadie podrá decir que no corren o no sienten la camiseta. Está segundo en la tabla, pero conste que, de no mediar aquella quita de tres puntos por el caso Byron Castillo, estaría a un pasito de Argentina. Es un plantel para hacer un Mundial recordable. La Defensa de Oro, esta vez sin Hincapié, es la fuerza que empuja el carro. Y arriba, el talento goleador de Enner Valencia (46 goles con la selección), que a los 35 años es una tromba marina. Lo hemos dicho reiteradamente: el biotipo físico ecuatoriano es por lejos el más impactante de Sudamérica. Un presente feliz que, por edad de los futbolistas, debería prolongarse el año próximo.
* Atención. La única mancha de la Tricolor es que el penal fallado por Enner lo ponía 3 a 0 y era una fiesta. En cambio, terminó en un 2-1 ajustado. Tanto que, antes del gol venezolano, Galíndez desvió una bola dificilísima, que, si no, se le metía abajo. Fue la acción en que se le salió el dedo. Por fin Ecuador resolvió el problema del arco. Ya no hay dudas ahí: Galíndez es el uno.
* Jerarquía. La de Argentina en su triunfo sobre Uruguay en el Centenario. El resultado mínimo (1-0) no ilustra la solvencia con que lo resolvió. Sin Messi, De Paul y Lautaro Martínez logró una victoria grande en un reducto bravo. Muy superior a su rival, aguantó las asperezas en el primer tiempo, se soltó y dio una cátedra de circulación en el segundo. Un equipo que lucha cuando toca la batalla y juega cuando logra domar al rival. Personalidad, juego, aguante, brillante toque de bola y manejo de los momentos anímicos. Una actuación de las más importantes de este equipo, que no se relaja. Uruguay ni pateó al arco. Scaloni, único técnico que ganó por Eliminatorias en Maracaná y en el Centenario.
* Perfección. “Fue una actuación para estar feliz la de Argentina”, opina Ricardo Montoya, comentarista peruano de TV. “Demostró por qué es el campeón del mundo. Fue brillante en todos los aspectos. Uruguay no jugó mal, tuvo un plan, puso lo que se le conoce, intensidad, vértigo y muy buenos jugadores, pero Argentina se lo comió. Primero lo esperó con temple, lo neutralizó y, cuando se adueñó de la pelota tuvo una extraordinaria exposición táctica. El uno a cero quedó cortito. Thiago Almada genial, Cuti Romero estupendo, el Dibu Martínez fantástico, Tagliafico impasable…”.
* Inquietante. Colombia estará sin dudas en Estados Unidos, México y Canadá 2026. No obstante, sacó sólo 7 puntos de los últimos 21. Y perdió 4 de sus últimos 5 juegos. ¿Qué estará pasando…? El funcionamiento es el mismo, los rendimientos individuales no. Se instaló una inseguridad. El golpe de no ganar la Copa América ha sido grande, había una convicción absoluta de conquistarla y justo en la final jugó su peor partido. A partir de allí decayó ostensiblemente. Pero puede pasar. “La Selección Colombia atraviesa su peor racha de los últimos 17 años en las Eliminatorias” es el mayor titular de El Tiempo.
* Karma. Hay otro tema que quema: los últimos instantes de los partidos. Cayó en tiempo suplementario en la definición americana en Miami ante Argentina; a los 101 minutos con Uruguay (2-3) y ahora a los 99’ con Brasil. Pero había perdido al minuto 85 en Barranquilla en el fatídico choque con Perú en 2021. Aquel gol del Oreja Flores le costó el Mundial. Frente a Uruguay en Barranquilla le empataron 2-2 en el ’91. ¿Es casualidad…?
* Ídem. Exactamente lo mismo le pasa a Uruguay: la Celeste ganó uno de los últimos 10 partidos que jugó entre 2024 y este año, y en siete de ellos no convirtió goles. Ahora debe ir a El Alto a enfrentar a Bolivia y Bielsa anunció que no jugarán los mismos que el viernes. Perdió juego, Uruguay. Y hay nerviosismo. Los medios uruguayos sostienen que, tras la derrota con Argentina, el vestuario era un volcán, con gritos y acusaciones entre los jugadores.