Ningún país reconoce a Franco como presidente de Paraguay
El nuevo gobierno paraguayo de Federico Franco seguía ayer sin recibir ninguna muestra de apoyo en Latinoamérica, sino más bien quejas por la forma en la que se destituyó a Fernando Lugo y abiertas acusaciones de golpismo de Venezuela o Argentina.

Al mismo tiempo, EEUU, la Unión Europea o España, se limitaron a pedir calma al pueblo paraguayo y a tomar nota de los acontecimientos.
Entre los socios de Paraguay en el Mercosur (Brasil, Argentina y Uruguay), que celebra su cumbre el jueves y viernes, en Mendoza, Argentina, la declaración más dura fue justamente la de la mandataria de este país, Cristina Fernández.
“Sin lugar a dudas hubo un golpe de Estado” en Paraguay, dijo Fernández, quien estimó que esto “reedita situaciones que creíamos absolutamente superadas en América del Sur y en la región en general”.
El presidente uruguayo José Mujica se dijo “profundamente dolido” por la destitución de Lugo, pero prefiere esperar el regreso de su canciller Luis Almagro, que se encuentra en Asunción, para fijar posición, dijo el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, al diario El Observador.
Brasil, en tanto, no reaccionó directamente a la destitución, aunque la presidenta Dilma Rousseff dijo antes que los protocolos de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) prevén sanciones si hay “ruptura de orden o ruptura democrática”, aunque aclaró que no se discutió la posibilidad de aplicarlos a Paraguay.
El proceso de destitución de Lugo duró un día: el jueves la Cámara de Diputados aprobó someterlo a juicio político y el viernes el Senado votó retirarlo de sus funciones, tras una audiencia en la que los abogados de Lugo tuvieron apenas dos horas para presentar su alegato.
La Unasur, en cuya presidencia protémpore está Paraguay, es un órgano político conformado además por Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Pese a que Lugo —sustituido por el vicepresidente Federico Franco 13 meses antes de culminar su mandato— acató el fallo del Congreso de destitución, el presidente ecuatoriano Rafael Correa dijo que la decisión de su gobierno “es no reconocer al nuevo gobierno paraguayo”.
El mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió que “no reconoce a este írrito, ilegal e ilegítimo gobierno que se instaló en Asunción”.
El jefe del Estado de Bolivia, Evo Morales, aseguró que “no reconocerá un gobierno que no surja de las urnas y del mandato del pueblo”.
México, en tanto, consideró que si bien el juicio político del viernes en el Congreso “se desarrolló siguiendo el procedimiento establecido en el texto constitucional paraguayo”, “no otorgó al expresidente Lugo los espacios y tiempos para la debida defensa”, expresó la Cancillería.
Juan Manuel Santos, primer mandatario de Colombia, llamó a la “calma” y advirtió que “no se deben utilizar esos procedimientos legales para abusar del poder, o por lo menos los requisitos básicos al debido proceso se deben respetar”. El mandatario peruano, Ollanta Humala, calificó la destitución de Lugo como “un revés al proceso democrático en la región”.
Invitación para la cumbre
Federico Franco admitió que no tiene una invitación clara para la reunión del Mercosur que se celebrará la próxima semana en Mendoza, Argentina. Su situación está en un limbo y espera lograr el reconocimiento de la Unasur, bloque regional del que Paraguay ostenta la presidencia protémpore.
Hacendados apoyan destitución
AFP-Asunción
Grandes productores agrícolas de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), anunciaron ayer que suspendían un “tractorazo” previsto para mañana contra el gobierno de Fernando Lugo, y apoyaron su destitución de la presidencia.
“Tenemos que darle una oportunidad al nuevo gobierno”, dijo Héctor Cristaldo, titular de la UGP en declaraciones a los periodistas.
Ese gremio nuclea, entre otros, a los poderosos productores y exportadores de cereales y oleaginosas, el principal rubro de exportación del país.
Los “tractorazos” son una forma de protesta de los hacendados en la que bloquean las carreteras con su maquinaria agrícola, provocando kilométricos embotellamientos.
“Esperamos conseguir con Franco lo que no pudimos con Lugo”, dijo Cristaldo, en referencia a su reclamo de que se detengan las invasiones de establecimientos rurales por campesinos sin tierra, registradas durante el gobierno del presidente depuesto.
Tras apoyar la destitución de Lugo, el empresario afirmó que “la gente de afuera no debe tratar de influenciar en nuestros problemas internos”, en alusión a la posición de gobiernos de la Unasur que no reconocen a Franco.