‘Little America’, la serie que retrata a Estados Unidos a través de sus inmigrantes
El producto es una adaptación de los retratos de inmigrantes realizados por la revista Epic Magazine.

De izquierda a derecha, los autores y productores de la segunda temporada de "Little America": Sian Heder, Lee Eisenberg, Kumail Nanjiani y Emily Gordon, en Los Ángeles en la proyección de la serie, el 5 de diciembre de 2022. Foto: AFP.
La segunda temporada de la serie Little America llega este viernes a Apple TV+ con la intención de cuestionar el «sueño americano». Así explicó a la AFP Sian Heder, una de sus creadoras y productoras. Son ocho episodios e igual número de fragmentos de Estados Unidos a través del retrato de sus inmigrantes.
Desde la familia Song y su taller-tienda de sombreros en Detroit hasta Jibril; o un cocinero somalí de Minneapolis y sus deliciosos kebabs de carne de camello están presentes. Y es que este «sueño americano» y su ideal del éxito a fuerza de trabajo y perseverancia, están en el centro de estas historias de vida, retratadas en episodios que duran menos de 40 minutos.
El precio a pagar, sin embargo, es el desarraigo, las dificultades económicas, la presión familiar para lograrlo. O, a veces, la simple decepción de encontrar una ciudad como Nueva York, artificial y fútil, sentimientos que también van apareciendo en los episodios, inspirados en historias reales.
Una de ellas es la de Zahir, un pianista afgano que huyó de los talibanes y logró inscribirse en el conservatorio en Nueva York, pero tuvo que dejar atrás a su madre en su país.
«Uno de los temas que queríamos explorar es lo que ocurre cuando el sueño americano no funciona como se esperaba», explica Heder. Ella es una de las creadoras de la serie junto al actor paquistaní-estadounidense Kumail Nanjiani.
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«Una presión increíble»
Little America es una adaptación de los retratos de inmigrantes realizados por la revista Epic Magazine. Algunos de los episodios tienen humor y desenfado, como el de un inmigrante de Sri Lanka en Texas que participa en un concurso de besar coches. Y la persona que permanece más tiempo con los labios pegados a la carrocería se lleva el vehículo. Otros episodios están disponibles en podcast.
«Lo que buscamos en nuestras historias son, en cierta manera, personas muy normales», resume Heder.
Ni héroes ni víctimas. No todos los personajes tienen el mismo éxito, pero logran hacerse un lugar y aportan su grano de arena a la diversidad estadounidense.
Este mosaico cultural se refleja en los diálogos de los actores, a menudo en su lengua original, y en algunos detalles como la comida que se encuentra en la mesa del comedor. Cada episodio termina con un epílogo en el que se descubre al personaje real que inspiró la historia.
«Creo que a través de nuestro compromiso de intentar representar su experiencia real, se logra un retrato mucho más fiel de lo que supone vivir aquí», concluye Heder.