Una intensa puja se vivió en el remate de la feria de Alasita 2016
Desde el mediodía, aprovechando el sol, miles de personas acudieron al Campo Ferial del Bicentenario para aprovechar el último día de la feria de Alasita, evento que se prolongó por una semana más debido al Carnaval, las lluvias y el auto de buen gobierno del referéndum.

“Como siempre, los paceños dejamos todo para el último”, se quejaba Marcela Lima, que vio cómo se acababan sus humintas al caer la tarde. Mientras, Remigio Mendoza se alistaba para llevar a la puja un ángel de yeso en el remate de la Alasita 2016.
Imposible caminar. Desde el mediodía, aprovechando el sol, miles de personas acudieron al Campo Ferial del Bicentenario para aprovechar el último día de la feria de Alasita, evento que se prolongó por una semana más debido al Carnaval, las lluvias y el auto de buen gobierno del referéndum.
Si bien durante las últimas semanas los feriantes mostraron su descontento con la baja cantidad de ventas, la situación cambió drásticamente ayer y, a pesar de las previsiones, muchos expositores, sobre todo de gastronomía, vendieron sus productos muy temprano. Es el caso de Lima, que para las 20.00 tenía apenas algunas humintas para comercializar.
“¿Cuánto pagaría usted por este ángel?”, grita don Remigio levantando en alto una escultura de yeso. “20”, le responden. “Estamos en 25, quién da 30… y por 50 a la una, 50 a las dos y 50 a las tres!”, remata la pieza. Los gritos de “¡Fraude! ¡Fraude!” solo hacen sonreír al afortunado ganador de la subasta. Él, como muchos otros compradores, esperaba que le llegue el turno a su pieza.
“Este florero hermoso me ha costado Bs 20 y debe estar en Bs 80”, dice David, que salió airoso de otra intensa puja.
Don Remigio Mendoza es el experto en remates y le acompaña María Delia, quien le facilita las piezas. “Estaremos hasta las dos de la madrugada. Damos rápido porque hay harta competencia”, señala.
En otros sectores, el ritmo es menos frenético. Le fue regular a Mary Román con la venta de ropa de muñecas, oficio cultivado desde hace 20 años. “Esta semana más nos han dado y las lluvias han afectado, pero hoy hubo afluencia de gente y hemos bajado los precios. Al año vamos a sacar nuevos modelos para que las niñas estén a la moda”, promete.
La ausencia de vendedores ambulantes este año ayudó a la venta de miniaturas de Olga Claure, quien está muy agradecida con las autoridades. Y si bien Aurora Jiménez Espinoza asegura que este año no le fue tan bien como otros años vendiendo api con pasteles, en esta jornada casi no le quedó nada para ofrecer cuando caían las 20.00.
Este año la feria contó con la participación de cerca de 5.000 artesanos y comerciantes de la Federación Nacional de Artesanos y Expositores de Navidad y Alasita (Fenaena) que se instalaron en los diferentes espacios del Parque Urbano Central (PUC).
“¿Quién dijo 50? 50 a la una, 50 a las dos… ¡50 a las tres!”, pasada la medianoche, se siguió escuchando en el sector de yesos.