Los hijos perdidos del narcotráfico
Los acertijos de Glenda nos habla de los huérfanos anónimos del narcotráfico (un filón literario no explotado aún), de las chicas fatales de los colegios de secundaria y del primer amor en una trama de suspenso y adivinanzas con reminiscencias a Agatha Christie, incluso con sus toques moralistas a cuestas.

Los acertijos de Glenda del escritor cruceño Róger Otero Lorent ganó el año pasado el concurso nacional de novela convocado por la Alcaldía de Santa Cruz. Es la séptima vez que lo consigue (lo que provocó una pequeña polémica en círculos literarios cruceños con rifi-rafes en las redes sociales). En su nueva novela juvenil-policiaca, Otero reitera su fórmula de thriller, costumbrismo adolescente y temática social, como ya lo hiciera en las obras Bullying y Lo bonito de ser feos.
Los acertijos de Glenda nos habla de los huérfanos anónimos del narcotráfico (un filón literario no explotado aún), de las chicas fatales de los colegios de secundaria y del primer amor en una trama de suspenso y adivinanzas con reminiscencias a Agatha Christie, incluso con sus toques moralistas a cuestas.
El estilo narrativo de Otero es ameno y simple, alejado de la pretenciosidad pomposa de cierta literatura boliviana; fluyendo con facilidad para enganchar a un público lector joven y/o poco exigente que aspira a entretenerse en la tradición de aquellos libros baratos de ficción pulp de la literatura estadounidense donde lo esencial se centraba en la pura acción y en diálogos frenéticos sin prestar demasiado vuelo y atención a la profundidad y hechura de los personajes.