La recuperación del empleo es ‘lenta, incompleta y desigual’
Imagen: LA RAZÓN ARCHIVO
Las mujeres demuestran sus habilidades en diferentes sectores como la manufactura.
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Brechas. La crisis afectó de manera significativa al empleo femenino, al producir un gran retroceso en la tasa de participación laboral.
ECONOMÍA
Después de dos años de la pandemia del COVID-19, la recuperación del empleo es “lenta, incompleta y desigual” en Bolivia así como en América Latina. Además, las brechas laborales entre hombres y mujeres se han profundizado en 2021.
A esa conclusión llegaron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tras evaluar los principales indicadores laborales de la región.
Los dos organismos de las Naciones Unidas coinciden en que los principales indicadores laborales de la región registraron mejoras en un contexto en que las economías crecieron en 2021 en 6,6%, entre las que se destacan el aumento del empleo y de la tasa de participación laboral, y el descenso de la tasa de desocupación. Sin embargo, la recuperación del empleo ha sido “lenta, incompleta y desigual”.
Además, como ha ocurrido en otras situaciones de crisis, la dinámica entre el empleo y la actividad económica desempeña un papel fundamental a la hora de implementar mejores y más oportunas políticas laborales, por lo que los “posibles rezagos” del empleo sugieren la necesidad de reforzar los instrumentos que faciliten la reincorporación de las personas al mercado laboral, señala la CEPAL y la OIT en la publicación conjunta denominada “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe”.
A través de este documento también advierten que “la potencial escasez de algunos productos, puede generar inestabilidad interna en numerosos países de la región —como Bolivia—, aumentando a su vez los flujos migratorios internos y externos”.
DATOS.
Durante 2021 las economías de América Latina y el Caribe registraron un aumento significativo del empleo y de la tasa de participación y una caída de la tasa de desocupación, después de la histórica contracción del número de ocupados en la región durante 2020 (8,2%).
Entre el cuarto trimestre de 2020 y el mismo periodo de 2021 se produjo una igualmente histórica recuperación del número de ocupados en la región (6,8%). Esta es la segunda mayor tasa anual de crecimiento que registra esta variable en la región desde 1952, solo superada por la reportada en 1973 (6,9%).
Pese al importante aumento que experimentó el empleo regional durante 2021, con tasas de crecimiento intertrimestral promedio del 1,9%, el número de ocupados regional solo superó el nivel registrado al cierre de 2019 a partir del cuarto trimestre del año, señala la publicación.
Uno de los efectos más notorios de la pandemia sobre los mercados laborales de la región fue la importante reducción que experimentó la tasa de participación, de 4,5 puntos porcentuales en promedio entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020. Si bien durante 2021 esta variable creció 2,4 puntos porcentuales, al cierre de 2021 la tasa de participación era del 62,6%, 0,8 puntos porcentuales menos que el valor observado al cierre de 2019 (63,4%).
CEPAL y OIT destacan que pese a los avances en los procesos de vacunación y la tendencia a la normalización de las actividades, muchas personas, en especial las mujeres, siguen dedicándose al cuidado de enfermos, niños y personas mayores.
Por su parte, la tasa de ocupación también registró un aumento en 2021 (3,6 puntos porcentuales) respecto al valor de cierre de 2020. Sin embargo, al igual que ocurre en el caso de la tasa de participación, la recuperación fue insuficiente para alcanzar los niveles que presentaba esta variable al cierre de 2019.
En lo que concierne a la tasa de desocupación regional, entre el cuarto trimestre de 2020 y el mismo periodo de 2021 esta variable experimentó una reducción de 2,3 puntos porcentuales. Al cierre de 2021 se ubicaba en un 8,0%, 0,2 puntos porcentuales por encima del valor que presentaba al cierre de 2019 (7,8%). Esto significa que más de 25,2 millones de personas se encontraban desocupadas en la región a finales de 2021.
“Hay que destacar que si la tasa de participación registrada en 2021 hubiese sido similar a la registrada en 2019, es decir, si se corrige por la caída de la oferta laboral, la tasa de desocupación habría sido del 9,0% en 2021, lo que equivale a un total de 28,7 millones de personas desempleadas”, coinciden los organismos.
BRECHAS.
CEPAL y OIT ponen en evidencia que la recuperación de los mercados laborales también ha sido desigual, en perjuicio de las mujeres; si bien se ha registrado una mejora del empleo y de la participación tanto de los hombres como de las mujeres, ésta ha sido mayor en el primer caso que en el segundo.
La crisis generada por la pandemia afectó de manera más significativa el empleo femenino, registrándose un retroceso equivalente a más de 18 años en los niveles de la tasa de participación de las mujeres.
La lenta recuperación de las actividades que concentran el empleo femenino y el mayor peso que recae sobre las mujeres en las tareas de cuidado de enfermos, niños y personas mayores, contribuyen a explicar esta marcada diferencia en la dinámica de la tasa global de participación.
Según los organismos, la crisis afectó de manera más significativa al empleo femenino, al producir un gran retroceso en la tasa de participación de las mujeres, y la recuperación de los mercados laborales también ha sido desigual en perjuicio de las mujeres; si bien tanto hombres como mujeres han registrado una mejora en el empleo y en la participación, ésta ha sido mayor para los hombres que para las mujeres.
De igual forma, consideran que el descenso de la tasa de desocupación regional ha sido mayor entre los hombres que entre las mujeres. Sin duda, el mayor peso que recae sobre las mujeres en las labores de cuidado, junto con las limitaciones que se produjeron durante la pandemia en lo referente a la escolaridad presencial y la prestación de servicios de cuidado, han ocasionado una ampliación de las brechas persistentes entre hombres y mujeres en los mercados laborales de la región.
A las diferencias en las dinámicas de recuperación entre hombres y mujeres también ha contribuido la recuperación más lenta que se ha observado en la actividad de sectores como el comercio y los servicios, que suelen concentrar el empleo femenino.
Finalmente, en la publicación difundida el 17 de junio pasado, CEPAL y OIT señalan que durante 2021 el empleo por cuenta propia experimentó un mayor crecimiento que el empleo asalariado; no obstante, al cierre de 2021 el empleo informal aún no alcanzaba los niveles precrisis, dada la lenta recuperación de las actividades que concentran el grueso de este tipo de empleo.
Un último aspecto que relievan es el gran impacto que ha tenido el alza inflacionaria sobre el salario real de los trabajadores, en especial aquellos de menores recursos, dado el considerable aumento que han registrado los precios de los alimentos y de la energía.
En Bolivia la desocupación se redujo a 5,3%
Pese al escepticismo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Bolivia la tasa de desempleo abierto urbano se redujo de 8,1% registrado en marzo de 2021 a 5,3% al tercer mes de este año.
De acuerdo con una última evaluación del ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, gracias a las medidas aplicadas por el Gobierno la tasa de desempleo abierto urbano se redujo a 5,3%.
“Se ha disminuido esta tasa de desempleo a 5,3% con los datos a marzo de 2022, (se trata de) un elemento importante en la recuperación económica, más personas han encontrado empleo”, dijo el funcionario.
RECUPERACIÓN.
En el mismo periodo de análisis, en Bolivia la pobreza moderada también se redujo de 39,0% en 2020 a 36,2% en 2021. De igual forma, la pobreza extrema bajó de 13,7% a 11,1%.
Para el ministro Montenegro estos datos muestran que “con la recuperación económica más personas han encontrado empleo, en un mundo de volatilidad, con var iaciones abruptas donde se sintió la recesión económica a nivel global”.
“Nadie duda de que tenemos que luchar contra los problemas estructurales de informalidad, pero es un logro importante tener una tasa de desempleo en descenso”, dijo.
Medidas como el Bono contra el Hambre, la inversión pública, el Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF), el incremento al salario mínimo nacional, son algunas de las medidas, implementadas por el Gobierno, que permitieron reducir el desempleo y la pobreza en el país, según Montenegro.
Detalló que con el Bono contra el Hambre se llegó a beneficiar a más de cuatro millones de personas en todo el territorio nacional y a través del restablecimiento de la inversión pública, en la gestión pasada, se logró invertir recursos públicos por un valor que alcanzó los $us 2.646 millones.
Asimismo, apuntó que como resultado de las medidas aplicadas por la administración de Luis Arce para reconstruir y reactivar el sector productivo, el país registró un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 6,1%, con lo que supera las proyecciones de los organismos internacionales y del Programa Fiscal Financiero 2021.
Remarcó que al primer cuatrimestre del presente año se observa una inflación acumulada de 0,4%, una de las más bajas de la región, en relación a otros países vecinos que tienen elevado este indicador.
Respecto al comportamiento de las ventas externas del país, el viceministro de Comercio Exterior, Benjamín Blanco, destacó que de enero a abril de este año los ingresos por la exportación de productos alcanzaron más de $us 4.000 millones, que es el monto “más alto que hemos alcanzado en toda la historia de nuestro país” y que ello se debe a la política de sustitución de importaciones implementada por el gobierno de Arce. Y se prevé superar los $us 11.000 millones de 2021.
“Hemos tenido un cuatrimestre favorable para el país. Hemos llegado a $us 4.278 millones en exportaciones, es el monto más alto que hemos alcanzado en toda la historia de nuestro país (…). En estos cuatro meses, ya tenemos un superávit comercial de $us 698 millones”, dijo el funcionario en una entrevista con La Razón Radio.
Aseguró que en 2021, en el mismo periodo, Bolivia alcanzó $us 1.530 millones.
Finalmente, Blanco destacó que el 51% de las importaciones son de productos de la industria manufacturera, “que alcanzaron un monto de $us 2.145 millones” en estos cuatro meses. “Además, hemos incrementado la exportación de minerales, hidrocarburos y agricultura básica”, sostuvo.