Comunicación digital: una carrera nueva para tiempos nuevos
Claudio Rossell, docente de la UCB, destaca cómo la digitalización ha transformado el acceso a la información y la narrativa multimedia.
En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la comunicación digital se ha convertido en un pilar fundamental de la sociedad. La digitalización está transformando no solo cómo nos comunicamos, sino también cómo consumimos información, nos entretenemos y construimos narrativas. Este cambio profundo ha generado nuevos desafíos y oportunidades, especialmente para los jóvenes que buscan desarrollarse en el campo de la comunicación digital y multimedia.
La importancia de este tema es tal que instituciones educativas de primer nivel, como la Universidad Católica Boliviana (UCB), han decidido responder a estas demandas. A partir de 2025, la UCB lanzó la carrera de Comunicación Digital y Multimedia, una apuesta innovadora que busca formar profesionales capaces de enfrentar los retos de un mercado laboral global, competitivo y en constante evolución. Esta carrera no solo responde a la revolución tecnológica que vive Bolivia y el mundo, sino que también busca integrar valores éticos y una visión integral del ser humano en la formación de sus estudiantes.
Claudio Rossell, comunicador y docente a tiempo completo de la UCB, es una de las voces más autorizadas para analizar estos cambios. En un diálogo exclusivo con Escape, de La Razón, el también periodista desglosa cómo la comunicación ha evolucionado, qué habilidades son esenciales para los profesionales del futuro y cómo las universidades deben adaptarse para formar a los comunicadores del mañana. Desde los cambios culturales que ha traído la digitalización hasta los desafíos éticos que emergen, el profesional ofrece una visión profunda y crítica de lo que significa comunicar en la era digital.
La digitalización y sus impactos culturales
Rossell inicia su análisis destacando los cambios culturales que ha traído consigo la tecnología. «La digitalización ha producido una reducción de costos generalizados en la producción y circulación del conocimiento», afirma. Desde la década de 1990, la World Wide Web ha permitido que la información sea más accesible, y en los últimos 15 o 20 años, las redes sociales han transformado la forma en que interactuamos con el mundo.
El experto distingue tres etapas clave en esta evolución: la Web 1.0, donde la publicación de textos e imágenes se volvió más accesible; la Web 2.0, donde los usuarios comenzaron a compartir conocimiento de manera más democrática; y la Web 3.0, que se enfoca en el usuario individual y su interacción con los mensajes. «Estamos lejos de haber llegado al límite en la transformación de la vida digital», asegura Rossell, quien cree que aún estamos en los albores de esta revolución.
Sin embargo, este avance no está exento de desafíos. Nuestro invitado señala que los jóvenes, a quienes se les denomina «nativos digitales», enfrentan una sobrecarga informativa. «Circula demasiada información, y por un lado es escasa la capacidad humana para procesar esa cantidad de información disponible cotidianamente», explica. Además, los jóvenes tienen poca capacidad para hacer una lectura crítica de los mensajes que reciben, lo que plantea un reto educativo fundamental: formar a las nuevas generaciones con conciencia crítica para lidiar con esta sobrecarga.
La influencia de lo digital
Las plataformas digitales han transformado no solo cómo consumimos información, sino también cómo nos entretenemos. Rossell describe este fenómeno como una «cornucopia de información y contenidos». Las redes sociales, en particular, han permitido acceder a rincones del planeta que antes eran inalcanzables. «Información a la que nunca hubiéramos podido acceder, datos, conocimiento al que por ejemplo nuestros padres nunca hubieran podido ingresar», comenta.
Sin embargo, esta abundancia de información también ha generado un problema: la multiplicación de versiones de un mismo hecho. «Hay muchas versiones de la realidad y al final del día uno puede terminar teniendo que elegir una de ellas», explica el comunicador. Este fenómeno, conocido como «posverdad», ha llevado a una fragmentación de la realidad, donde cada individuo puede encontrar una versión que se ajuste a sus preferencias personales o ideológicas.
La evolución de la comunicación
Rossell destaca que la comunicación ha cambiado radicalmente con la llegada de las plataformas digitales. «Literalmente está al alcance de nuestra mano la comunicación con cualquier persona en cualquier lugar del globo», afirma. Este cambio ha facilitado no solo la comunicación con conocidos, sino también con personas desconocidas, lo que ha abierto nuevas posibilidades de interacción.
En cuanto a la narrativa, nuestro entrevistado señala que las historias ya no se cuentan únicamente en un solo lenguaje. «Hemos pasado de estilos narrativos que se fundaban en el dominio de un lenguaje, a formas narrativas llamadas multimedia», explica. Además, la narrativa transmedia, donde una historia se cuenta en diferentes partes a través de diversos medios, ha revolucionado la forma en que se construyen y consumen las historias. Un ejemplo claro es la saga de Star Wars, que se expande a través de películas, novelas, cómics y series animadas.
El papel activo de las audiencias
En la era digital, las audiencias ya no son pasivas. El docente explica que el paradigma de la comunicación masiva ha cambiado: «La comunicación ocurre en forma de red, hay ya no solamente un emisor sino una multiplicidad de emisores». Las audiencias ahora comentan, celebran o deploran los mensajes que reciben, y tienen la capacidad técnica de replicarlos o redistribuirlos. «Las audiencias son activas», afirma.
Esta interactividad ha llevado a una mayor inmediatez. «Los mensajes circulan de modo prácticamente instantáneo», dice Rossell. Además, los mensajes quedan disponibles para ser revisitados, lo que ha generado un fenómeno conocido como «documentalidad», donde todo lo que se publica en línea deja una huella digital que puede ser recuperada en el futuro.

Oportunidades para los jóvenes profesionales
Rossell ve un futuro prometedor para los jóvenes profesionales en el campo de la comunicación digital. Considera que la transición hacia la vida digital está todavía en sus momentos iniciales. En ese marco, destaca que las universidades están adaptando sus currículos para responder a las demandas del mercado laboral. La UCB, por ejemplo, se ha lanzado la carrera de Comunicación Digital Multimedia, que combina pensamiento estratégico, manejo de tecnología y creatividad narrativa.
El experto también resalta la importancia de incorporar nuevas habilidades como la programación y el diseño interactivo. «La programación exige un modo de pensar y de estructurar el pensamiento que sea fácil de entender para el robot», explica. Además, el diseño de interfaces y la experiencia de usuario son competencias clave en la comunicación digital, ya que permiten crear mensajes que lleguen de manera efectiva a las audiencias.
Los desafíos éticos de lo digital
Uno de los temas más importantes que aborda Rossell es el de los desafíos éticos en la comunicación digital. «Los desafíos éticos me parece que son más grandes que nunca», afirma. En un mundo donde la posverdad y la desinformación son moneda corriente, los profesionales de la comunicación tienen la responsabilidad de poner un freno a los excesos.
“El problema es que la verdad no se puede conocer de manera directa, sino que se conoce a través de las diferentes representaciones que se hacen de la realidad», explica. Por ello, las universidades tienen el reto de formar a los estudiantes en pensamiento crítico y ética profesional, para que puedan discernir entre la información veraz y la desinformación.
El futuro de la comunicación digital
Claudio Rossell cierra su análisis con una reflexión sobre el futuro de la comunicación digital. «Estamos en tiempos de incertidumbre, pero también de grandes oportunidades», afirma. La digitalización ha transformado la forma en que nos comunicamos, contamos historias y consumimos información, pero también ha planteado desafíos éticos y educativos que deben ser abordados con urgencia.
Las universidades, como la UCB, están tomando la delantera en la formación de profesionales capaces de navegar en este nuevo ecosistema digital. «La comunicación digital multimedia es una carrera que responde a los retos actuales y futuros del país», concluye Rossell, quien ve en la combinación de creatividad, tecnología y pensamiento crítico la clave para el éxito en la era digital.
En un mundo donde la información es poder, la formación de comunicadores digitales éticos y críticos será fundamental para construir una sociedad más informada y consciente.
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