Beetlejuice Beetlejuice
Pedro Susz analiza el regreso a la pantalla grande del fantasma imaginado por Tim Burton e interpretado por Michael Keaton.
Antes del estreno de «Beetlejuice Beetlejuice» un mes atrás en el Festival de Venecia, Tim Burton afirmó: «En estos últimos años me sentí un poco decepcionado por la industria del cine», sin entrar, empero, en mayores detalles acerca de los motivos de esa decepción, aunque cabe suponer que la manía por desenterrar éxitos del pasado intentando repetirlos mediante copias, en muy raras ocasiones acertadas, podría ser una de las causas de su desencanto. Lo cual empuja entonces a preguntarse por qué, 36 años después, aceptó hacer una nueva versión de «Beetlejuice».
Al parecer, accedió con un tanto de rubor, reflejado en el hecho de haber rehuido agregar simplemente el 2 al título del original y más bien duplicándolo. Por lo demás, también debe haber pesado el hecho de la ya larga, bien rentada relación de Burton con la factoría Disney, muy probablemente impulsora de la riesgosa aventura que siempre implican los remakes, mayormente lanzados al ruedo de la taquilla como parte de las estrategias de marketing socorridas en medio de la sorda disputa por el mercado de la exhibición.
Tim Burton
Desde su debut en 1984, Burton tiene en su haber 23 largometrajes, amén de algunos cortos y varias series de televisión. Revisando el listado de sus largos, asoma enseguida una conclusión: los mejor logrados trabajos de esa filmografía son de buen tiempo atrás: «Beetlejuice» (1988), «El joven manos de tijera» (1990), «Ed Wood» (1994), «Charlie y la fábrica de chocolate» (2005), a los cuales, en parte, se podría sumar «Alicia en el país de las maravillas» (2010). Dicho de otra manera, la carrera de Burton, luego de varios prometedores eslabones iniciales, no estuvo exenta de múltiples yerros y hasta de algunos estropicios impresentables.
Había, pues, variados ingredientes para alimentar las expectativas de cara a la rehechura de su primera diana. Digamos de entrada que asimismo abundaban los riesgos, sobre todo el de enfrentar a quienes no tuvieron oportunidad de ver el original de hace tres décadas y media con una historia cuyos antecedentes desconocen y, por ende, podrían fácilmente extraviarse en el seguimiento a la trama de la nueva versión.
Historia
Muerto el cabeza de familia de los Deetz, presuntamente devorado por un tiburón, el grupo debe retornar al caserón del cual huyó en la primera entrega, escapando del acoso de los fantasmas, en particular de Beetlejuice interpretado por Michael Keaton, vuelto a la vida, por así decirlo, cuando la adolescente Lydia tuvo la mala idea de pronunciar tres veces el nombre de quien se convertiría en su alocado pretendiente. Ahora este desempeña en el inframundo un papel burocrático atendiendo a las almas extraviadas de seres mutilados. Es una suerte de exorcista al revés, especializado en alejar a los humanos de los muertos que lo contratan con tal fin.
Por su parte, la entonces adolescente Lydia, a cargo en ambas versiones de Winona Ryder, ya madura, conduce en el presente, como mediadora síquica, un popular programa televisivo dedicado a los fenómenos sobrenaturales gracias a su presunta pericia para contactar con los macabros seres de ultratumba. Insegura e insatisfecha con una vida que se le va saliendo de control, consume sin pausa cuanta droga tiene a la mano, entre otras cosas para aguantar el acoso de Rory, repulsivo gerente obstinado en formar pareja con ella. Para peor, continúa llevándose a las patadas con Delia, su madrastra y ególatra, cuanto dudosa, artista.
Misterio
Y por si ello fuera poco, Astrid, su hija adolescente, hasta entonces internada en una lujosa escuela, la detesta conceptuándola una simple impostora que se aprovecha de la ignorancia de los televidentes con el cuento de poseer una fluida comunicación con el otro mundo. Por tanto, siempre acaba rebelándose contra las órdenes de mamá. Así, cuando esta le prohíbe asomarse siquiera al ático de la casa, es obvio que una vez completada la mudanza, eso será lo primero que hará de inmediato. Y así ocurre en efecto, reiniciando el hostigamiento de Beetlejuice sobre Lydia, a la cual una vez más tratará de seducir no obstante su repulsiva apariencia.
Por lo demás, el propio Beetlejuice se encuentra atosigado por Delores, con la cual contrajo matrimonio en el siglo XIV, cuando él dedicaba sus esfuerzos a robar los cadáveres de las víctimas de la peste que por entonces asolaba el planeta, entretanto se distraía engañando a su compañera. Ese giro en el relato, como varios otros, más que ayudar a fortalecerlo es un prescindible añadido de los guionistas para justificar la igualmente forzada inclusión en la trama de tétricas escenas apuntadas a sobresaltar a los espectadores, como una en la que un descuartizado occiso se auto reconstituye engrampando sus pedazos con una pistola especial.
Crítica
No menos superfluos resultan los paréntesis en el desarrollo de la historia para incluir algunas escenas acerca del amorío adolescente de Astrid con un joven lugareño al cual conoció durante la noche de Halloween. Ni otros momentos únicamente adosados al relato para justificar la inclusión en el elenco de Willem Dafoe en el papel de cierto actor fanfarrón antes especializado en meterse en la piel de diversos detectives y quien pasó a cumplir la misma función en el más allá.
Burton demuestra que sigue siendo un realizador siempre extremadamente cuidadoso en la elaboración de las imágenes y dotado de gran talento para sustentar sus relatos primordialmente en los ingredientes visuales, a diferencia de tantísimos colegas que sólo alcanzan a relegar la puesta en imagen a una función ilustrativa en trabajos que ponen el acento en los diálogos, en el alocado montaje de las escenas de acción o en los efectos generados por computador (CGI), herramienta que Burton se niega a utilizar, prefiriendo echar mano de marionetas, distintos maniquíes mecánicos y, en especial, el laborioso maquillaje de los personajes.
Dificultades
Pero es una lástima que ese indudable virtuosismo formal no encuentre la misma consistencia en el enhebrado de historias compactas, dadas las visibles dificultades del realizador para equipararlo. En efecto, una vez más, como a lo largo de toda su filmografía, «Beetlejuice Beetlejuice» patentiza cuán difícil, si no imposible, le resulta a Burton articular convincentemente una trama evitando la dispersión, flaqueza que por cierto no lo ayuda a enfrentar el guion con su deshilvanada acumulación de mini historias, por sí solas más propias de una colección de cortometrajes que de una realización de 144 minutos.
Los pedazos no consiguen cohesionar un todo narrativamente a la altura de su empaque visual y de la siempre disfrutable banda sonora aportada por Danny Elfman, en múltiples ocasiones colaborador de Burton, ni de la pulcra fotografía del chipriota Haris Zambarloukos.
Actuaciones
En lo que toca a la interpretación, Keaton no desentona con sus antecedentes, ayudado, es obvio, justamente por el maquillaje que encubre el tiempo corrido desde su primera personificación del torvo protagonista. Sin destacar en demasía, Winona Ryder también ofrece una solvente Lydia entrada en años y extraviada en el laberinto de sus perplejidades y vacilaciones. Danny DeVito asoma en un cameo insertado, daría la impresión, a modo de tributo fraternal. Pero quien destaca, entre las innumerables incorporaciones al bis del taquillazo de 1988, es Jenna Ortega en el difícil rol de la caprichosa, rebelde Astrid, causante, en última instancia, del pantanoso jaleo en que vuelven a sumergirse los Deetz. Tampoco sería justo dejar de mencionar la personificación de Justin Theroux como Rory, el despreciable potentado con ínfulas de genio que atosiga a Lydia.
En cambio, tienen gusto a un ridículo malgasto las presencias en el reparto de Mónica Bellucci y Willem Dafoe, puestos en la lista con el solo propósito de agregar algunos ceros a las cifras de taquilla. Sus personajes han sido indisimuladamente añadidos respondiendo a tal finalidad, pues si de la trama se excluyen sus escenas no pasa nada.
Detalles
Como tampoco significaría pérdida alguna si se cortaban varios de los poco risibles chistes proferidos por los personajes, o las referencias paródicas al horror en el cine italiano, incluyendo una escena en blanco y negro que parece material de otra película que se le hubiese entremezclado al montajista.
Y algo muy parecido ocurre con la fugaz aparición de un bebé medio cruel y otro tanto tierno, quizás un Beetlejuice en ciernes, y con la de un pequeño can llamado Taco, muerto de miedo, sin que nunca más adelante la película vuelva a ofrecernos noticia alguna acerca de uno ni del otro. Son todos ejemplos de la cantidad de hilos dejados sueltos en el guion, yerros que en el producto final el realizador no supo, o quizás no le interesó, enmendar.
Resultados
Resumiendo: Burton se despreocupa, o no supo cómo hacerlo, de orquestar una historia sólida. Por el contrario, vemos un deshilvanado y atropellado rejunte de situaciones, personajes y géneros (hay toques de drama, terror, humor negro, romance), con una prolongada caída de tono en el tramo intermedio del relato. En varios momentos este conduce a preguntarse cuál habrá sido la causa para no dedicarle mayor atención al bizarro personaje, supuestamente central, cediéndoles, sin real justificación dramática, muchos minutos a las protagonistas que comparten la cabeza del elenco. ¿Imposición de Disney u oportunista coartada para ponerse a buen resguardo de cualquier acusación de estar sordo a los reclamos feministas?
Es, en suma, irónicamente, «Beetlejuice Beetlejuice» un producto no muy distinto a buena parte de las producciones que, de acuerdo a las, al principio de esta recensión, citadas declaraciones de Burton, le provocaron la decepción frente al curso actual de la producción cinematográfica, empujándolo a volver los pasos sobre su lograda hechura de hace 36 años, en comparación muy superior a esta.
FICHA TÉCNICA
Tìtulo Original:Beetlejuice Beetlejuice – Dirección: Tim Burton – Guion: Alfred Gough, Miles Millar – Historia: Alfred Gough, Miles Millar, Seth Grahame-Smith – Personajes creados por: Michael McDowell, Larry Wilson – Fotografía: Haris Zambarloukos – Montaje: Jay Prychidny – Diseño: Mark Scruton – Arte: Alex Baily, Ian Bunting, Nick Gottschalk, Andrew Palmer, Will Coubrough – Maquillaje: Christine Blundell, Kat Ali – Música: Danny Elfman – Efectos: Stefano Pepin, Tim Berry, Angus Bickerton, Charine Bederar, Fiona Barnes, Ryan Crew, Matt Blackler, Beth Harkess, Juan Carlos Orihuela-Cuesta – Producción: Tim Burton, Dede Gardner, Tommy Harper, Jeremy Kleiner, Marc Toberoff, Brad Pitt, Pete Chiappetta – Intérpretes: Michael Keaton, Winona Ryder, Catherine O’Hara, Jenna Ortega, Justin Theroux, Willem Dafoe, Monica Bellucci, Danny DeVito, Arthur Conti, Nick Kellington– USA/2024